Título: Steelheart
Autor: Brandon Sanderson
Sinopsis: Diez años atrás, Calamity irrumpió en la ciudad en la forma de una explosión en el cielo que otorgó a algunos seres poderes extraordinarios. A estos se los empezó a llamar Épicos, y pronto subyugaron a la población empleando sus increíbles poderes con el afán de gobernar la voluntad de los hombres y conquistar el mundo. Ahora, un tirano y furioso Épico llamado Steelheart se ha proclamado dueño y señor de la ciudad de Chicago Nova.
De él se dice que es invencible; ninguna bala puede hacerle daño, ninguna espada puede atravesar su piel, ningún fuego quemar su cuerpo. Nadie se atreve a desafiarlo… Nadie salvo los Reckoners, un grupo clandestino que no goza de poderes pero sí de una férrea disciplina, conseguida tras pasarse la vida estudiando el comportamiento de los Épicos con el objetivo de hallar sus puntos débiles y poder así exterminarlos.
El joven David Charleston se unirá a ellos con el fin de vengar la muerte de su padre a manos de Steelheart. Los Reckoners quieren venganza, y el chico tiene una cualidad que le distingue del resto: sabe que el Épico no es invencible. David es el único que ha visto sangrar a Steelheart.
Editorial: Ediciones B
Número de páginas: 416
Voy a confesar algo que a lo mejor algunos consideran un pecado: No tenía ni idea de quién era Brandon Sanderson hasta que leí este libro. Según tengo entendido, todo el mundo (o casi todo el mundo si descontamos a Rika) adora a este escritor porque escribe fabulosamente bien y yo no sé posicionarme porque sólo he leído un libro suyo y me pareció normalito, así que no vais a ver aquí alabanzas exageradas ni babas por todas partes hacia este autor.
Steelheart me llamó la atención porque la narrativa de «superhéroes» es rara y yo soy una friki de los supers. En realidad no es tan rara si no sujetamos la temática a la definición más estricta de superhéroe, de persona con poderes y mallas de colores chillones, pero sí es raro que se escriban libros de ello porque la mejor plataforma para desarrollar una historia de supers es el cómic. No hay ningún misterio en esto, simplemente los cómics son más vistosos y permiten un desglose casi infinito de líneas. Los que leéis cómic americano sabéis a qué me refiero.
Así pues, Steelheart me entró por los ojos con su portada y su sinopsis en un momento en el que quería devorar cualquier cosa que llevara la etiqueta «superhéroe» [R: las dragonas tienen antojos curiosos]. No me arrepiento, me gustó, me gustó mucho pero... no es una maravilla.