... la novela más antigua del mundo fue escrita por una mujer?
«En la corte de cierto emperador, cuyo nombre y año en que subió al trono omitiré, vivía una dama que aun sin pertenecer a los rangos superiores de la nobleza, había cautivado a su señor hasta el extremo de convertirse en su favorita indiscutida» (p. 91, La novela de Genji, Austral)
¿Os suena este tipo de comienzo? Seguro que sí, los españoles estamos un poquito cansados de escucharlo.
Pues no, Murasaki Shikibu no copió descaradamente a Cervantes. Al contrario, estas líneas fueron escritas a finales del siglo X en Japón y son el comienzo de la primera novela moderna conocida (es decir, que tiene una estructura que nosotros identificamos con una novela), Genji Monogatari o «La historia de Genji». Y de eso os voy a hablar en esta entrada:
Abarca 54 capítulos con dos partes diferentes —Esplendor y Catástrofe— y que dejan por los suelos muchas novelas actuales que giran alrededor de dramas familiares y sí, estoy mirando a Isabel Allende y a Ken Follet. Se considera a la novela como un tesoro nacional de Japón y a su autora como la escritora de más talento del país. ¿Cómo os quedáis? Yo sigo pensando que Cervantes copió de alguna forma a Murasaki, es demasiada casualidad que dos grandes obras de la literatura universal comiencen así.
Es broma.
Murasaki Shikibu era una noble menor y pertenecía a una rama de los Fujiwara, la familia que gobernaba Japón a través del emperador, que era un precioso florero. Aun así, ella en concreto nunca tuvo poder político ni tampoco su padre. Es más, pasó un tiempo viviendo en el campo, algo que se consideraba horrendo por los nobles de la capital. Murasaki contrajo matrimonio con un noble llamado Nobutaka, con quien tuvo una hija que, a su vez, escribió una obra famosa llamada Sagoromo. ¡Familia de artistas, nada menos! Algunos señalan que fue su hija quien escribió los últimos diez capítulos de la obra, porque tienen un tono completamente diferente. Más maduro. Pobre Murasaki, como si pasarte décadas escribiendo implicara que no puedes evolucionar como escritora…