Recordatorio

No somos profesionales, simplemente nos gusta leer y tenemos tiempo libre, así que a veces cometemos errores.

domingo, 24 de marzo de 2019

¿Por qué leer a Lois McMaster Bujold?


“Guard your honor. Let your reputation fall where it will. And outlive the bastards.” 


¡Bienvenidos a la Mazmorra! Soy Rika y, aprovechando que en abril reeditarán la saga Vorkosigan, vengo a hablar de una de mis autoras favoritas: Lois McMaster Bujold.

Quizá lo primero que tendría que decir, aunque la opinión de Bujold sobre los premios no es muy buena, es que cabe resaltar que tiene más en su haber que el escritor clásico Heinlein. Él tuvo cuatro premios Hugo. Ella nada menos que siete. Y no es cuestión de hacer cuentas y ver quién es mejor o peor, sino que me sorprende que una mujer tan galardonada ni siquiera salga en las listas de «mejores autoras de ciencia ficción».

Solo quería comentarlo.

La verdad es que estoy convencida de que nunca me habría enterado de su existencia hasta la reedición de Vorkosigan de no haber sido por pura casualidad. La página de Nobody Suspects the Butterfly, que os recomiendo intensamente si os gusta leer de Canción de hielo y fuego, la recomendaba como una autora que trataba temas políticos, sentimentales y mágicos, pero con menos violaciones, menos violencia general, más diversidad sexual y de personajes y… Sonaba bien. Me lancé.

Oooh, cómo lo agradezco a día de hoy.



Empecé con La maldición de Chalion. Algún día sacaré un análisis, pero me cuesta porque siento que nunca voy a decir lo suficiente. El caso es que en un solo libro, doña Bujold deconstruyó el típico personaje masculino que debería ser adorado como un héroe de esos que abundan en tantas historias escritas por hombres —como, se me viene a la cabeza, don Sanderson—. Desarrolló a personajes masculinos vulnerables que se enfrentaban a la depresión, presentó a personajes homosexuales, me mostró amistades femeninas, creó maravillosas intrigas políticas y metafísicas, y todo con una prosa fluida y maravillosa.

Una vez terminé Chalion, fui a por más. Me leí Paladín de Almas, que expandía el universo de los Cinco Dioses donde transcurre Chalion. La protagonista era una madre (¡!) entrada en edad que buscaba su lugar en el mundo después de que su vida quedara destrozada a manos de otros y de que su hija se hubiera vuelto independiente. ¿Resultado? La elige su dios menos favorito para rescatar a un bello durmiente víctima de cierto abuso sexual y, de paso, con el objetivo de evitar una posible guerra. Devoré el libro en unos pocos días y casi me gustó aún más que Chalion.
Luego empecé la saga Vorkosigan, una serie de 18 libros space opera. ¿Cuál era el principal atractivo? Pues un protagonista que, debido a ciertos sucesos traumáticos durante su nacimiento, mide menos de metro cincuenta, tiene la columna hecha papilla y los huesos tremendamente débiles. A cambio es un chico dominante, paranoico, muy inteligente y que lleva una doble vida como heredero del conde más poderoso de su planeta y capitán mercenario de una flota que consiguió por su cuenta antes de los veinte años. A lo largo de los títulos aparecen un creciente número de mujeres y personajes bisexuales o hasta hermafroditas —no intersexuales, los hermafroditas son un tipo de colonos concretos—. Debo reconocer que la saga Vorkosigan no me enamora como lo hacen los libros de fantasía de doña Bujold porque tienen otro estilo, con un ritmo mucho más ligero y menos tendencia a profundizar, pero siguen siendo libros muy notables.

Y ahora me encuentro en negación total porque aún me quedan cosas por leer de esta gran mujer, pero no quiero terminar pronto.

¿Cómo explicar este descubrimiento y por qué me alegro tantísimo de que la vayan a reeditar?

Desafiando la masculinidad tradicional


“Dresses are weapons, my dear, in sufficiently skilled hands.”

Lois McMaster Bujold decidió escribir historias con mujeres mayores, hombres destrozados que carecen de esa masculinidad que tanto aprecian u obsesiona a autores varones y se adelantó con protagonistas enanos que anteceden a Tyrion Lannister. En realidad, Tyrion parece muy inspirado en Miles Vorkosigan. En realidad hasta da la sensación de que sus aventuras limpiando las alcantarillas de Roca Casterly vienen a ser un reconocimiento a Miles, que dedicó parte de un libro a aventuras similares que, en su caso, incluían cadáveres. Claro que Tyrion fue «más lejos» al tener una clase concreta de enanismo mientras que Miles, técnicamente, no es enano.




El caso es que doña Bujold decidió arriesgarse tanto que hasta se sentó a describir un planeta donde solo hay hombres… Lo cual significa que muchos, sobre todo por cultura, son gays. Doña Bujold creó este mundo de forma totalmente intencional y satírica, como se ve en esta entrevista de Cyberdark:


Ethan de Athos es una comedia en la que los roles de género están intercambiados, pero también es una de las novelas donde más pesa la ciencia ficción de todas las que he escrito (un planeta sólo de hombres donde los niños se gestan en úteros artificiales), ya que depende absolutamente de la hipotética nueva tecnología y explora algunas de las consecuencias de la misma. Considero que los hombres y las mujeres son de la Tierra, pero el planeta Athos estaba presumiblemente gobernado por hombres que pensaban que no debía ser así. El libro es también, en otro nivel, una parodia o subversión a todas aquellas horribles historias del Planeta Amazon que aparecieron en mi juventud, a principios de los años 60, presumiblemente escritas por autores masculinos en reacción al movimiento feminista que comenzaba por entonces.


Para que os hagáis una idea de a qué se refiere, os diré que Ethan es un cándido doctor que jamás ha salido de su planeta, que está muy conforme con su vida, con su «hermano» (más bien uno de los hombres con los que se ha criado, pero no comparten relación de sangre) que es, a vez, su pareja… Es decir, que Ethan es un conformista que no quiere problemas y del que todo el mundo se aprovecha. Cuando lo mandan a buscar un cargamento perdido de ovarios, imprescindibles para crear bebés en un mundo sin mujeres pero donde existen úteros artificiales, acaba: secuestrado (varias veces), utilizado, perseguido, y debe confiar en la ayuda de la capitana Elli Quinn para que lo salve constantemente. Eso y se enamora de un chico que huye de sus creadores (decidme que no es sieeeeempre una chica), que pretenden usar sus poderes para cosas bastante terribles.

¿No suena mal, eh?

Una ciencia ficción distinta


“Don't wish to be normal. Wish to be yourself. To the hilt. Find out what you're best at, and develop it, and hopscotch your weaknesses. Wish to be great at whatever you are.”


Doña Bujold escribió una novela con un protagonista gay, pero también decidió ubicar gran parte de sus novelas de ciencia ficción en la sociedad de Barrayar, inspirada en una Rusia militarista e imperial. Al contrario que la mayor parte de las historias futuristas con mundos retrógrados, hechas por y para comodidad del autor (generalmente masculino), doña Bujold escogió como protagonistas a una mujer y a un hombre deforme con la intención de desarrollar una crítica y explorar la sociedad patriarcal.

La mujer es Cordelia Naismith, científica de Colonia Beta, una dama inteligente, fuerte y hábil política, que decidió seguir al hombre que amaba y vivir en este mundo donde las mujeres no pueden tener cargos políticos ni entrar al ejército. El choque cultural, pues, es intenso. Por ejemplo, vemos cómo Cordelia se indigna por la falta de replicadores uterinos —ella misma nació de uno— que ahorran tanto dolor  y problemas físicos a las mujeres, o encuentra salvaje que en Barrayar no se elimine el himen indoloramente con un láser, como sucede en su hogar. Pero también es consciente de los cambios que se están sucediendo, favorece la llegada de médicos, vigila a las mujeres de las clases medias que están a favor de replicadores para que sus hijas no tengan que pasar por las penurias del embarazo y el parto… A menudo la leemos decir, casi con los ojos en blanco, «barrayaranos» a modo de insulto.


A doña Bujold le interesa mucho el «poder blando» de las mujeres. Si no es en Barrayar donde las damas de la corte se unen para decidir quién se casará con quién, quién gobernará, quién no tendrá aliados o quién perderá ciertas votaciones, es en Cetaganda, basado en un Japón imperial, con las mujeres controlando la genética de todo el planeta, fabricando literalmente a su gusto a la gente que ocupa su planeta.

Pero mejor os voy a traducir patatosamente otra parte de una entrevista, porque la verdad es que ¿para qué leerme a mí cuando podéis leerla a ella?

[…] Me parecía que las vidas de las mujeres, en especial sus vidas reproductivas, se ignoraban extensamente en la ciencia ficción que había crecido leyendo. Mujeres tomando los roles de los «hombres», como se pensaba entonces, desde luego; mujeres aferrándose al núcleo de las tareas biológicas, no tanto. […] Siempre he sentido un interés por las ciencias de la biología y la medicina, desde la escuela, así como debido a mi trabajo y a las observaciones que he vivido como técnica de hospital, además de como fan de la ciencia y lectora de ciencia popular.

Su segundo protagonista, Miles, está obsesionado con cómo habría sido de no haber afectado un ataque químico a su madre. Sueña con que habría alcanzado mínimo el metro ochenta, igual que su primo, su padre y la gran mayoría de sus parientes. Fantasea con que sus hijos medirán metro ochenta segurísimo. Está emperrado con mujeres altas, dispuestas a hacer lo mismo que su madre y vivir con él en Barrayar. Pero, ah, no son fáciles de encontrar. ¿Quién querría ir a un mundo donde, como se ve en una de las novelette, una bebé con labio leporino es asesinado al poco de nacer porque «era sospechosa de ser mutante»? ¿Quién querría ir a un planeta donde no tienes la medicina más básica del Nexo si eres mujer? Es más… ¿Quién se vería atraída por un hombre de metro cincuenta, por inteligente que sea, escuálido, consumido, que parece mucho mayor de lo que es, que se rompe los huesos con facilidad y tiene la columna torcida?

Muchas mujeres (y algún hermafrodita que se lamenta en voz alta de la odiosa heterosexualidad de Miles), pero eso tendréis que descubrirlo por vuestra cuenta.


El caso es, Miles jamás culpa a su madre. Nadie culpa a Cordelia por haber decidido que su hijo viviría a pesar de lo que la sociedad dijera, igual que nadie sabe lo que Cordelia hizo para que su niño no fuera asesinado antes de llegar a nacer. Nadie excepto su marido, ciertos altos mandos… Y nosotros. Cordelia es la más invisible de las mujeres, un talento desperdiciado en Barrayar. Pero también es la mujer que educó al Emperador para que hiciera cambios, que promovió hospitales, que sabe exactamente todo lo que ocurre en cada bando de Barrayar y que puede controlar con su lógica y carisma al equivalente barrayarano de la CIA o la KGB porque es una dama de armas tomar.

Al principio puede echar atrás que una autora decida hablar de poder blando, de mujeres con poderes sobre lugares tan tradicionales como el parto o los bebés… Pero viendo que estamos en un mundo donde aún se persigue a niñas de doce años que quieren abortar, donde no se condena a violadores, donde no se investigan los úteros o la regla porque «son cosas de mujeres», la verdad es que agradezco que doña Bujold me hiciera pensar. Agradezco que doña Bujold tratara temas que van asociados al cuerpo de las mujeres cis y que no lo trate como algo vergonzoso.

Nosotras tampoco deberíamos.


Saliendo del molde


“…the trouble with oaths of the form, death before dishonor, is that eventually, given enough time and abrasion, they separate the world into two sorts of people: the dead, and the forsworn.”

A todo esto se suma la sincera curiosidad de Bujold por otras culturas. Cursó historia medieval de España por el placer de hacerlo y de ahí nació La maldición de Chalion. De verdad que cuando estaba leyendo no podía dejar de soltar grititos al reconocer a los personajes históricos. Fue tan, tan placentero encontrar una novela que apreciara la historia de España que se me saltaban las lágrimas. ¡No más Shakespeare y Ricardo III, no más Guerra de las Rosas con Canción de Hielo y Fuego, no más mitología nórdica o anglosajona, no más Arturo! ¡Culturas españolas con aventuras intensas y bien descritas y referentes clarísimos porque nuestra historia no es aburrida, por favor!

Además, a pesar de que el mundo de los Cinco dioses —de los que encontraréis análisis aquí y en este artículo donde desgrano un poquito cómo crear una religión occidental para una novela— es medieval… La autora ha creado un universo donde, ¡vaya por Medea!, las mujeres tienen un papel destacado tanto en la religión como en el gobierno. De los cinco dioses, dos son mujeres, y por tanto suelen tener muchas acólitas y sacerdotisas femeninas. Hasta hay un dios, el Bastardo, al que sirven hombres y mujeres que se encuentran «fuera de la sociedad» ya sea por ser bastardos, por ser no-hetero o por cualquier otro motivo. Mezcla la idea, pues, de divinidades pseudo cristianas con elementos paganos y alza —bueno, yo diría que representa de forma clara. Asumir que las mujeres no tenían importancia porque no aparecen en crónicas de propaganda política parciales de la época es ridículo— el papel femenino sin que las mujeres dejen de estar sometidas en la sociedad.


Me gusta esta portada, con Cordelia Y SU BOLSA OH SU BOLSA DE LA COMPRA (ya sabréis qué hay en la puñetera bolsa un día), pero mi señora es más «masculina» físicamente y es un punto importante de su romance.

Como se dice en muchos sitios, tu mundo puede ser machista y patriarcal, pero la narración no tiene por qué serlo y doña Bujold sabe dominar como nadie estas ideas. Desde crear personajes basados en Isabel la Católica que ante la adversidad juegan políticamente para obtener su trono y un marido de su agrado, a mujeres que escogen vivir en el sitio más misógino del universo, pero que se las apañan para vencer a sus enemigos políticos y hacer bromas sobre ir de compras mientras entregan cabezas cortadas… Doña Bujold estudia el mundo que quiere crear. Lo profundiza. No se queda en sus ideas preconcebidas norteamericanas. Puede que no cree historias perfectas, pero decidió escribir su gran saga de ciencia ficción sobre rusos (Barrayar), japoneses (Cetaganda) y una mezcla de españoles y portugueses (Escobar) antes que centrarse en Colonia Beta, que es el mundo más americanizado de todos. Eligió centrar su fantasía en España y los mundos germánicos antes que en las seguras Francia e  Inglaterra. Y todavía habrá muchas cosas que no he terminado de descubrir porque, como digo, prefiero ir despacito.


Pertenecer a algún lugar


“My home is not a place, it is people.”

Los protagonistas que no encajan no es que sean precisamente minoría en la literatura, pero los de doña Bujold tienen un algo particular porque duelen en el alma. A la autora le gusta explorar mil facetas del ser humano y cómo jamás vamos a sentirnos del todo conformes, así como unos lo tienen peor que otros. Puede ser que seas un hombre bajo y deforme en una sociedad hipermilitarista y masculina; una mujer tocada por los dioses a la que se considera una loca y que seas consciente de que cada palabra y movimiento solo afirmarán esa sensación sobre ti; un hombre avergonzado de su cuerpo destrozado por el maltrato y que ha perdido todo su orgullo; un hombre con una historia de pesadilla y un cuerpo que no le pertenece por completo; una mujer inteligente y sabia que se convierte inesperadamente en el instrumento político de su país…



Todos y cada uno de estos personajes tienen sus pro y sus contra. La mayoría son inteligentes y pueden lidiar con sus «deficiencias» de una manera u otra. Pero todos sueñan con pertenecer a un sitio, con que su vida sea algo más. Y a veces es un camino terriblemente destructivo. ¿Por qué un niño casi con huesos de cristal decidiría que vale la pena humillarse en una academia militar cuyas pruebas no va a poder superar solo porque es lo que se esperaría de alguien sano? ¿Por qué una mujer criada en un mundo adelantado lo abandonaría todo por un hombre para vivir en una sociedad prácticamente medieval que jamás valorará su inteligencia y experiencia? ¿Por qué un hombre elegiría sacrificarse de forma anónima y a escondidas por salvar a un ser querido sin valorar el daño que le infligiría al mismo y a otros con su desaparición? ¿Por qué un clon que ha adquirido la ansiada independencia insistiría en sustituir a la persona a cuya imagen le han  creado a pesar de que la odia y desprecia?

Doña Bujold presiona para encontrar respuestas. A veces sale bien. En realidad, a menudo las historias de Miles Vorkosigan recompensan las apuestas casi suicidas —pero vamos a reconocer que la locura de sus aventuras y cómo logra resolverlas es parte de su gracia como saga—. Hasta que… de pronto ya no lo hacen porque el precio es demasiado alto. Hasta que doña Bujold nos recuerda que la intervención de los dioses para crear un milagro no deja de dañar el equilibrio, hasta que vemos que ser un caballero andante en un universo lleno de intereses crueles y contrapuestos no puede triunfar sin sacrificios personales reales. Hasta que encontramos que, a veces, la gente no quiere ser rescatada o que no vas a recibir el agradecimiento que se supone que deberías encontrar.

Doña Bujold puede ser muy cruel, pero aun así vais a encontrar que sus personajes siempre… siempre intentan inclinarse hacia las partes más humanas. Sus mundos no son tan crudos ni cínicos como los de don Martin o don Abercrombie, ni tampoco tan nostálgicos y asustados del futuro como don Tolkien. Doña Bujold crea, como se comenta aquí, historias donde a pesar del sufrimiento, los personajes continúan. El sufrimiento no es la parte integral y descorazonadora de la narración. La luz está ahí, la luz envuelve todo el trayecto. Podemos asistir a los momentos felices, cariñosos, al surgimiento del amor, de la amistad y del respeto, podemos vivirlos. Y por eso entendemos que los personajes quieran proteger estos momentos, este legado. Casi todos tratan de hacerlo lo mejor que pueden, aunque no triunfen, y no están en la carretera en la que simplemente se precipitan hacia una Boda Roja.


Los personajes quieren hacer el bien. Quieren salvar a princesas en peligro, a príncipes secuestrados, a clones que serán usados y arrojados a la basura, a humanos tratados como experimentos, a presos políticos, a hijos de los rebeldes o de los conquistadores que no tienen la culpa de lo que hizo la generación anterior. Todos, hasta los villanos, tienen objetivos que podemos considerar nobles hasta cierto punto. Es fácil comprenderlos, ver de dónde vienen y hacia dónde van. En general, la tragedia tras sus historias es agridulce, pero incluso cuando acaba deja lugar a algo mejor. No predomina  esa constante atmósfera asfixiante y deprimente que nos persigue en historias como Canción, donde todo simplemente «todavía va a salir mal hasta casi el final».



Algunas advertencias a navegantes


Doña Bujold no es una persona que esté libre de errores. Tiene una tendencia un poco inquietante a juntar a hombres de mediana edad con chicas muy jóvenes —o a justificar encuentros fortuitos con muchachas— y aunque en general todo es consentido y bonito, me pregunto de dónde viene esa fascinación por el establecimiento de personajes de edad dispar. Y por qué siempre la mujer es más joven que el hombre. Por ejemplo, en La maldición de Chalion tenemos al protagonista, de unos treinta años, enamorado de una chica que tiene menos de dieciocho. Al menos Cazaril es consciente de que ella se merecería estar con alguien más joven, y todo es muy adorable… pero ugh. En Vorkosigan, Cordelia y Aral se llevan unos veinte años entre sí; Miles se acuesta con una chica joven —de dos metros de altura y músculos gordos como toneles que tenía un motivo relativamente comprensible para querer tener sexo, pero sigue siendo una decisión de la autora que me hace rechinar los dientes— y se va ganando lo que jocosamente se llama el harén de Miles, y en La búsqueda sagrada también estaba ese inquietante binomio con un señor mayor que ha sufrido mucho y una chica más joven, fuerte y decidida, pero joven.

En serio, ¿por qué tan joven? Incluso en Ethan of Athos, Ethan se enamora de un chico bastante más joven que él, así que no es algo que se limite a las parejas heterosexuales.

Creo que por eso siempre me gustará más la historia de Paladín de almas, con una señora madura y más mayor que debe rescatar a un hombre vagamente más joven. Hay un equilibrio, hay algo distinto, y sinceramente son encantadores juntos.



Ah, sí, también hay que destacar dos tendencias narrativas de doña Bujold: en sus novelas de fantasía —todavía no he probado las novelette— alarga mucho los principios y reprime la acción, el momento en que empiezan a pasar cosas, hasta que dan ganitas de gritar un poquitito. En cambio, en sus novelas de ciencia ficción, todo es un no parar, un bombardeo constante de acción, personajes y poco espacio para asentar nada. Esta forma de escribir se mantiene en la saga Vorkosigan hasta Danza de Espejos, el décimo libro, mucho más gordo y completo que sus hermanos mayores.

Pero qué se le va a hacer, ninguna autora es perfecta. Y creo, sinceramente, que todo lo que he mencionado a favor pesa muchísimo más en la balanza que estos detalles.

Prefiero con diferencia tener que «sufrir» estas cosas a lo que me encuentro en general en los libros de fantasía, ciencia ficción, ficción histórica, novela negra y… Todo.

De modo que, en conclusión…


HACEOS UN FAVOR


“I’d storm heaven for you, if I knew where it was.”

Leed a doña Bujold.

11 comentarios:

  1. Empiezo diciendo que soy Selenita, es que sólo me deja comentar como anónima porque desde el cambio de política de privacidad no puedo comentar con wordpress, me pide una cuenta de Google que no tengo. T_T

    No la había leído hasta ahora, siento decir que llevo un tiempo sin visitar vuestro blog porque está un poco inactivo (dijo la sartén al cazo, siendo que yo actualizo una vez al mes :-P). Apuntadísima queda la autora. Sólo con lo de mujeres mayores de protagonista ya me había convencido. Aunque no me termina de gustar lo que comentas al final, si sólo leyera libros que me gustan al 100% no podría leer nada; lo puedo pasar por alto si el resto me satisface ampliamente.

    ¡Muchas gracias por descubrirme a esta autora, Rika!

    Saludos. <3

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    1. ¡Hola Selenita! Perdón por tardar tanto, casi no me paso ya mucho por la Mazmorra, ay, y sí andamos inactivas pero intento ponerle remedio (de vez en cuando). Y no te preocupes, muchísimas gracias por comentar <3. Te recomendaría fuerte empezar por Chalion y luego ya lanzarte a Vorkosigan. Pero si empiezas por Vorkosigan, TODO LO MALO QUE ENCUENTRES EN EL PRIMER LIBRO no se repite en los siguientes así que paciencia y ten en cuenta que es bastante más viejo que el resto.

      Dicho esto, GRACIAS POR DARLE UNA OPORTUNIDAD y espero que te acabe gustando tanto como a mí <3.

      ¡Un saludo!

      Atte. Rika~

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  2. No conocía en absoluto la existencia de esta autora. Fantástica recomendación, me la apunto.

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    1. Ay que respondo super tarde, pero muchísimas gracias por leer y darle una oportunidad a Bujold. Espero que en este tiempo hayas tenido espacio para disfrutar alguno de sus libros (?) <3

      Atte. Rika~

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  3. Pues a mí es una autora que me encanta. Y saber que se va a reeditar la Saga Vorkosigan (de la que tengo todos los libros en digital, pero solo tres o cuatro físicos) me hace pensar que espero que la extra llegue a tiempo...

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    1. ¡Hola Lord Darkmoon!
      ¡Siento el retraso en la respuesta! Siempre es un placer encontrar a más fans de Bujold, somos tan poquitos... Yo estoy retorciéndome de impaciencia sobre si comprar en inglés o no el último que ha salido, ya que no han anunciado que vayan a traducirlo...

      Atte. Rika~

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  4. Gracias por la recomendación. Soy fan desde siempre de la ciencia ficción, pero es la primera vez que oigo de esta escritora. A propósito, han echado un vistazo a Las Estrellas son Legión, de Kameron Hurley? No lo he leído, pero visto mucha gente recomendarla y seria interesante saber su opinión. Un saludo :D

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    1. ¡Gracias a ti por comentar, George!

      Es una lástima que fuera de EEUU casi nadie conoce a Bujold a pesar de ser tan grande. Ojalá se le ponga remedio pronto. Y... sí. He leído a Hurley y aunque no es un libro malo, a mí se me antojó muy denso, poco fluido y nada original en especial al ver que el mundo de mujeres tiene exactamente las mismas normas y los mismos comportamientos que el nuestro: básicamente hay mujeres que se comportan como hombres y mujeres que tienen el rol femenino. Pero bueno, es cuestión de gustos >_<

      ¡Perdón por responder tan tarde y muchas gracias de nuevo!

      Atte. Rika~

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  5. Disculpaaa, no se si será invasiva la pregunta, pero tu estudiaste algo relacionado con esto que haces aquí y en mishtral Chronicles, esque asi parece, y si si, que fue?, si se puede saber obvio

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    1. ¡Bienvenido a la Mazmorra, Alex!
      En absoluto es invasiva, pero creo que voy a tener que decepcionarte. No he estudiado nada acerca de análisis, si es que te refieres a eso, solo lo básico que he dado en el instituto y he cursado Historia en la universidad. La tendencia a analizar me viene de leer muchos análisis que hay por internet y que me enseñaron a estudiar más los textos o las series que veo.

      Atte. Rika~

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  6. Leído todas las sagas que hay traducidas de esta autora, y me encanta!! Descubierta no recuerdo cómo este mismo año y ya me he fundido Miles, Challion y el primero del Cuchillo. He intentado leer el segundo del Cuchillo en inglés pero desgraciadamente no tengo suficiente nivel... 😅🤷‍♂️. Esperaré a las siguientes traducciones.... 🤞🙏 Saludos!! Àlex

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