A principios de año por fin me
atreví a leer a Cixin Liu, el autor de ciencia ficción chino que en los últimos
años está en boca de todos. Según muchísima gente, sus novelas son lo más
fresco y original del siglo. Algunos lo comparan incluso con las novelas de la
Edad de Oro de la ciencia ficción, aquella encabezada por los archiconocidos
Asimov, Clarke o Heinlein, entre muchos más.
Primero empecé con su trilogía
más famosa: El recuerdo del pasado de la Tierra. De ella hablaré en un futuro
cercano, porque me he encontrado en la necesidad de un tomarme un descanso de
la saga antes de abordar el último libro, por razones que comentaré en su
respectivo artículo.
Así que al ver que tenía un libro
de relatos cortos, decidí adentrarme en él esperando encontrar algo no tan
denso como el resto de su obra.
¿He encontrado lo que esperaba?
Bueno.
Título: La Tierra Errante
Autor: Cixin Liu
Sinopsis: El sol se está muriendo, y la Tierra, consumida por los últimos suspiros de esta estrella, también desaparecerá. Pero la humanidad, en lugar de abandonar el planeta, construye doce mil grandiosos motores de fusión para desorbitar la Tierra y propulsarla hacia Próxima Centauri en un viaje que durará siglos...
Editorial: Nova
Número de páginas: 399
En parte sí, porque Cixin Liu sigue la corriente que solemos encontrar en la narrativa asiática: historias basadas en la humanidad como colectivo en vez de centrarse en el individualismo. Eso por una parte está genial, pero conlleva un problema en el que, para mí, Liu cae. Sus personajes son planos y vacíos, catalizadores de las situaciones que se presentan y poco más. Y si vamos a estar leyendo los pensamientos y emociones de estos personajes, estaría mejor llegar a conectar más con ellos. O conectar, en general.
No todo es malo, por supuesto.
Hay ciertos personajes que se nos quedan grabados, como el pobre protagonista
de El sol de China, o la chica de Con sus ojos, relato del que
hablaré más adelante, aunque, de nuevo, son recordados más por sus situaciones
que por su construcción.
En la gran mayoría de relatos
encontramos un punto en común. La humanidad enfrentándose a su extinción o a un
peligro que viene de fuera. Así que sería muy interesante ver cómo
afecta psicológicamente a la gente. ¿Se intenta? Sí, pero no consigue
transmitir apenas nada.
Por ejemplo, en el relato que da
nombre al libro, La Tierra Errante, la madre del protagonista sufre una
muerte horrible y agonizante. Mientras él escapa vivo de una ciudad
subterránea, ella y miles de personas más se quedan atrapados en las profundidades,
donde el magma del centro de la tierra sube hacia la corteza, quemándolos
vivos. No es spoiler, de verdad. Tiene tan poco impacto que es absurdo. Un
acontecimiento así, a mi parecer, debería afectar profundamente al personaje en
lo psicológico. Sin embargo… no es así. A veces parece que ciertos eventos
están puestos más para sorprender o conmocionar al lector que para servir a un
propósito dentro de la trama.
De la misma forma, los protagonistas
hacen de maniquís a los que relatar interminables monólogos, que se extienden
durante gran parte del relato. Como si estuviesen escuchando un cuento. Y, de
nuevo, de por sí no es algo negativo. El problema es la repetición de la misma fórmula.
Y todos estos aspectos negativos
son una verdadera pena porque, como podemos ver en Con sus ojos,
Liu tiene la capacidad narrativa para hacer que empaticemos y nos preocupemos
por un personaje que apenas tiene diálogo. Justamente en el relato más corto de
la antología. ¡Me pregunto si será ese el fuerte del autor!
Por otra parte, el poder de la
descripción de Liu es exquisito. Crea escenarios muy visuales y potentes, por
lo que es muy fácil imaginarse los motores gigantescos de La Tierra Errante,
el mundo interior de los robots de Montañas o la microsociedad de Micro.
Además relata escenas que pueden poner los pelos de punta, como ésa cuando el
protagonista de La Tierra Errante está surcando una planicie helada
iluminada solamente por la Vía Láctea.
Mejor aún, el mayor aporte que da
Cixin Liu a la narrativa es su excelente hard scifi. Intenta ser
detallado y científico en extremo —a veces demasiado— para crear mundos lo más
realistas posible. ¡Y vaya si lo consigue!
Por ejemplo, en El Sol de
China, se crea un sol artificial, una extensión gigantesca de reflectores
en órbita geosíncrona con la Tierra. Y
realmente da la sensación que podría existir, si se contase con los recursos e
interés necesarios, claro. En especial me ha cautivado la idea de El Gran
Cañón de la Tierra, donde se imagina un futuro en el que las industrias han
pasado a tener sus bases de operaciones en el espacio. Así, aprovechan la
energía solar a la vez que solucionan el problema de la contaminación
terrestre. No es un concepto nuevo, pero siempre está bien ver aplicado en la
literatura lo que de verdad podría ser el futuro.
También se refleja el hecho de
que Liu proceda de un país comunista. Las sociedades capitalistas son
exageradas y representadas mediante civilizaciones antiguas y anacrónicas,
terriblemente poderosas cuyo único objetivo es consumir y dejar agotados los
planetas. Sobrevivir a costa de los más débiles.
Hay otros destellos de la cultura
china, como la inspiración en el relato de ¿Quién cuidará de los dioses?
en la leyenda taoísta de “Los ocho inmortales”, pero viendo la gran riqueza
cultural del país, hace que me quede con ganas de más historias de este
estilo. Por desgracia, también coge los elementos rancios. Pocas mujeres —por
no decir ninguna— protagonizan los relatos o tienen papeles relevantes, y hay
ocasiones donde desprende demasiado tufillo a Hombre™
“¡La esencia del universo es masculina! ¿Aún no os habéis dado cuenta? Las civilizaciones feminoides como la vuestra son frágiles y delicadas, sucumben al más mínimo envite.” - El gran devorador
Así que en resumen… ¿Este libro
recuerda a la literatura de la Edad de Oro de la ciencia ficción? Pues por la
parte de la falta de una narrativa y personajes sólidos, centrándose en avances
tecnológicos, sí. Por otra parte, sus toques de narrativa asiática moderna lo
convierten en una especie de quimera extraña, novedosa y agridulce.
Desde luego, he criticado el
libro más de lo que he hablado de sus aspectos positivos. En parte es por la
desilusión que me llevé con el autor —tanto por este libro, como con su
trilogía— y me cuesta recomendarlo a no ser que tengáis interés en leer
conceptos de ciencia ficción originales.
Tengo pendiente leer al autor, pero creo que no será con este libro. Una lástima que decaiga tanto por los personajes, además de que me han comentado que hay relatos más flojos que otro. Eso sí, todas las ideas me parecen muy imaginativas.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.
¡Muchas gracias por leer!
EliminarLa verdad es que es una lástima que sea tan inestable la calidad de los relatos y, sobre todo, la parte humana de ellos. Aun así sigue siendo un autor muy interesante que atrae a muchas personas, y con razón. Pronto traeremos una reseña de su famosa trilogía, y después seguiré leyéndole (y quién sabe si reseñándole), que por suerte ya nos han llegado unos cuantos libros suyos a España.
¡Un saludo!