Título: Khïmera.
Autor: César Pérez Gellida.
Sinopsis: 2054. Tras la Guerra de Devastación Global, la realidad social y geopolítica ha cambiado rotundamente. Los viejos conceptos de la democracia y el capitalismo han sido enterrados por las corrientes transhumanistas y la tecnofagia. El poder se concentra en manos de las grandes corporaciones, sin embargo [coma] todavía queda un cabo suelto, un molesto inconveniente que se escapa de las afiladas uñas de la Asamblea: Khïmera.
En la arriesgada búsqueda de un enigmático personaje conocido como el bogatyr ―héroe para algunos y villano para otros―, están puestas las últimas esperanzas de aquellos que luchan para lograr que el mundo cambie para siempre.
Editorial: Suma de letras.
Número de páginas: 536
Últimamente salto de género en género literario, cual polilla desmenuzando un poquito de cada sábana, por la curiosidad de probar cosas nuevas a las que no había dado antes una oportunidad. Así tuve una época de documentarme sobre novelas de espías que ha desembocado en la ciencia ficción (sí, sí, ya sé lo que estáis pensando, que qué tendrá que ver hados con hadas). Descubrí Khïmera en un concurso de un blog, en el que por cierto no participé; y días después lo vi en mi librer… ejem, estaba en el catálogo de libros del cartero. Me hice con él y me retiré a mi jaula de pájaros.
No os voy a mentir: la primera vez que leí la sinopsis, no entendí un carajo de lo que me estaban contando [G: La verdad es que yo tampoco]. Mundo futurista, bien (plus por no necesitar del espacio exterior para desarrollar ciencia ficción); nueva situación política internacional, bien; y una especie de protagonista, un tal bogatyr… supongo. Esas fueron mis primeras impresiones y con ellas decidí lanzarme a la boca de la dragona. Y si habéis imaginando eso literalmente, habréis captado a la perfección por dónde irán los tiros en esta reseña.
Recordemos que las reseñas expresan opiniones de forma más subjetiva que objetiva y que no se centran en analizar de forma profunda los aspectos de un libro. Rogamos te abstengas de lanzarnos piedras si no estás de acuerdo con las opiniones expresadas aquí.
La verdad es que la sinopsis resume muy bien el libro: la construcción del universo y el lore son excelentes, mis felicitaciones al mortal; el problema empieza cuando, en ese trasfondo y contexto, no tienes nada que contar. Es una pena porque se nota el enorme trabajo que hay detrás para cimentar las bases que sostienen el resto de la historia, pero te das cuenta de que esas bases se pasan de lo absurdo cuando ocupa más la información que aporta el narrador que el desarrollo de los acontecimientos que la hacen avanzar. A este tipo de cosas no se le puede llamar literatura: es un ensayo camuflado.
Claro que hay una historia y que suceden… cosas, pero creedme, de las quinientas páginas que tiene Khïmera, ni la mitad desarrollan nada. La mayor parte de los sucesos son tan oportunos e insignificantes en la globalidad del argumento que no encuentras motivos para aplicar esa cosa llamada suspensión de la realidad (creo que Green quería hablar de esto en algún momento) [G: Sigo queriendo, sí :D], por mucho que lo intentes. Tarea imposible, en serio.
¿Los personajes? Por favor, no me hagáis reír. Creo que me encariñé del villano porque era el único realmente construido, y eso sí que es raro, porque soy muy pro-héroes [R: es insufriblemente pro-héroes. ¿Qué cabe esperar de un hada?] [L: Ellos me dan de comer]. Había otro más que era salvable, pero me lo voy a reservar para la siguiente parte. ¿Desarrollo? Pff. Creo que esto también me lo voy a reservar. Si te encantan que te expliquen concienzudamente el pasado de cada personaje en su presentación, aunque no te aporte nada, y que haya cambios de mentalidad en algunos tan bruscos que ni sabes dónde se han producido… este va a ser tu libro favorito.
En mi opinión, Khïmera peca de esa horrible moda en auge que consiste en añadir a muchos personajes extras que están en situaciones diferentes a la principal para poner una «cámara» de lo que ocurre en otro lugar, girando en torno a la historia sin participar realmente en ella. Y digo yo, ¿para qué le das peras al manzano, si ya tiene manzanas? En serio, no me interesa. Basta. Qué daño ha hecho Canción de Hielo y Fuego [G: Pero salen dragones, por eso mola]. Mi desmayo es mayor cuando también se recibe la influencia de esas historias aparte que transcurren y que no solo no aportan nada, sino que terminan sin que su intervención haya tenido significado.
¿Nadie te ha dicho que si vuelves a la cama la historia no va a cambiar nada? |
Quiero repetir algo que he dicho antes: Khïmera me da lástima. El potencial de este futuro ficticio (¿me escucháis? FICTICIO. Aquí no hay ningún visionario prediciendo nada, solo un hombre que escribe FICCIÓN) se ha desperdiciado completamente, y eso que ha podido superar uno de los mayores errores de novato en la ciencia ficción, que es la recreación de un universo lógico. Lo ha conseguido, una hazaña maravillosa; pero, a cambio, ha sacrificado todo lo demás.
Lo siento, pero yo no recomendaría Khïmera a nadie que quiera disfrutar de una buena lectura. Solo se lo recomendaría a quien buscara documentarse o estuviese interesado en el lore de una ambientación futurista y únicamente terrícola. Falla por completo en el ámbito literario. Mi pequeño corazoncito es quien más ha sufrido esto.
Aviso de que pueden darse casos de SPOILERS, así que todos aquellos que no hayan leído los libros se arriesgan a comerse alguno.
Tengo sentimientos encontrados sobre cómo empezar a analizar Khïmera. He dicho antes que mis primeras impresiones fueron algo confusas, porque la sinopsis te da a probar un poco de lo que te espera en el libro sin que te des cuenta. Tenía curiosidad por lo que querían contarme del año 2054 y abrí el volumen por la primera página con mucha letra. Craso error. Hasta ahora no me había topado con ningún libro LITERARIO que llevara un prólogo escrito por otro autor en el que se dedicara a enaltecer la figura del escritor, que no el libro; para mí esto solo era concebible en ensayos o tesis de doctores o científicos, porque les gustan mucho estas cosas entre amiguetes. Es la peor introducción que he leído nunca, ¡nunca! No sé cómo no vi venir lo que ocurriría a continuación, cuando ya se estaba copiando este modelo infame del ensayo y se hacía una defensa del autor, que no de la historia.
A partir de ese momento, tuve vaivenes respecto al autor. Volvió a ganarme un poquito cuando en la siguiente introducción (oh, aún no hemos empezado la historia, por cierto), relacionaba a cada personaje con un puesto concreto de una orquesta, con él como director. Sublime y original. Supongo que alguien enterado de música podría desentrañar qué papel iba a jugar cada uno dada su colocación. Yo ni pi. Me gustó… hasta que leí el libro y me di cuenta de que solo había dos referencias a la música y ni siquiera eran importantes. Ha hecho que un detalle bonito sobre completamente. Quiero llorar. Finalmente, me perdió del todo cuando encontré entre las hojas un plástico colocado a propósito entre medias que hacía publicidad de la siguiente novela que estaba preparando. Ya podía haber sido Khïmera una historia magnífica y extraordinaria, que al encontrarme eso lo único que me impidió arrojar el tomo fuera de la mazmorra es que pesaba demasiado. En cambio, pensando en mis pobres riñones, respiré hondo y continué leyendo, porque con lo que llevaba ya sabía que iba a poder vengarme de todo en esta reseña.
(Concretaré que esto último puede no ser culpa del autor, sino de la editorial. Maldito sea el marketing).
En este punto se me están marchitando todas las flores del jardín por culpa del disgusto que me está entrando al rememorar estas catastróficas experiencias. Veo de reojo a Rika y Green apuntándome con una cámara de vídeo para inmortalizar el momento [R: jeje] [G: Jejeje], pero eso no sucederá, no, señor. Me he prometido no hablar más del tema y juzgaré el libro por cómo es, no por cómo le han tratado, el pobrecito mío. Quizá sí dedique otra entrada a desahogarme de estas cosas, porque mi nariz me dice que esto se podría poner de moda.
Khïmera se puede dividir en tres partes: unas cien primeras hojas sobre lo que ha ocurrido de aquí a 2054, con pausas de lo que hace el bogatyr entre tanto; y cuando finalmente comienza la historia, una mitad que consiste en reunir a los personajes mientras les ocurre nada en particular que no les afecta en absoluto, y otra sobre cómo hacen una súper misión para joder al villano (¿«liberar al mundo de las garras de un malvado empresario genocida»?, por favor, eso es publicidad anarquista, quieren molestarle y punto).
Empieza mal, muy mal. Esas cien hojas son como una larga clase de historia donde se colocan a personas influyentes, bandos, fechas y batallitas que dan lugar al panorama actual. Y todo esto te da igual, aun omitiendo la crítica a que se da toda la información tan atropelladamente que reaparecerá Personaje A otra vez y ni te acordarás de él, porque B, C, D y E se han sumado a la plantilla sin ninguna razón aparente. Por no hablar de las intervenciones del bogatyr, que son ridículas. Y lo son por otro pecado cometido en Khïmera: no sabe hacer personajes molones si no es ridiculizando al rival de turno. Y esto lo hacen todos, no solo el muchacho este. Ya puede haberse presentado como un enemigo muy duro (en la mayoría de los casos no lo son), que será diezmado por el personaje molón para que quede bien. Voy un momento a chillar a la hojita que tengo por almohada.
Dejadme hacer una pausa para rescatar uno de los titulares principales del libro: «El mundo cambiará para siempre». Así reza que sucederá al final de la historia de Khïmera. Mmm, no. Ya os adelanto que no. Cualquier clase de historia tiene esto muy claro. El mundo está en constante cambio (de hecho, la situación de este nuevo siglo es inusual, si solo miramos nuestras zonas sin conflictos bélicos) y la conclusión de Khïmera no da ningún giro a esta situación. En el año 2100 del universo de Khïmera, todo habrá vuelto a cambiar.
Sigamos. La parte de reunir a los personajes, mmm, ¿cómo lo explico…? ¿Cuántas posibilidades hay de que el grupo de la periodista y los revolucionarios se encuentren a la misma hora, en la misma tienda y en la misma ciudad? ¿Cuántas de que sean los únicos con el mismo destino y que además lo pongan en común? De hecho, sigo sin entender la escena, el cómo hablan entre desconocidos y deciden viajar juntos, aunque claramente desconfían los unos de los otros y saben que se están mintiendo. ¿Cuántas posibilidades hay de que el conjunto llegue a Lukomorie el mismo día y casi a la misma hora que otro grupo, sumando a una niña que se había escapado, que regresa con sus nuevos amigos y que la lía parda? (Ni yo podría ayudar a esta cría, tuvo la desgracia de que el autor necesitaba distraer a otro personaje y la mató para que perdiera un poco el tiempo, porque está tan mal llevado que el drama es cero). Está claro que el objetivo era poner a todos los personajes en el mismo lugar, pero la lógica murió por el camino. Por no hablar de que los excesivos elementos involucrados (e innecesarios) hicieron tan caótica la parte que fastidiaron por completo las sorpresas.
Por último, el final con el propósito de liquidar al villano. Es el blanco perfecto como líder absoluto del mundo para todo intento de revolucionario que se aprecie. ¿Y qué mejor que sustituirlo sin que nadie se dé cuenta? Espléndido. Qué pena que para ello se tenga que humillar al mejor personaje de todo el libro por esa idiotez de hacer brillar al protagonista en su hazaña (al bogatyr, claro). Harding es el personaje más humano de Khïmera. Teme a la muerte y, como tal, está obsesionado con la inmortalidad; además, no necesita de numeritos ridículos para demostrar que sabe mover los hilos a su favor. Tiene una retorcida idea sobre el orden mundial que nadie, en toda la historia, es capaz de rebatir. Le matan para que no lleve a cabo sus planes, porque moralmente es reprochable sacrificar a parte de la humanidad para que unos pocos puedan vivir bien; sin embargo, en ningún momento se le argumenta realmente por qué está equivocado (NADIE reflexiona sobre este por qué). Hasta el autor decide joderle haciéndole tomar decisiones estúpidas para facilitar la tarea de la suplantación.
Después de desmembrar un poco a esta cosita, estoy pensando que quizá el fallo del conjunto esté en que el autor no tenía muy claro qué quería contar. Eso espero, porque si lo tenía, no ha logrado transmitir nada. Ni siquiera el tema, que gira alrededor de la superpoblación, tiene alguna conclusión, y su desarrollo se limita a impedir que Harding lo solucione con su perverso plan.
Pasemos a los personajes, y es aquí donde me voy a frotar las manos [R: aprovecharé para recoger algo de polvo de hada, si no te importa]. Cuando digo que no están construidos, me refiero a que no hay personajes que se hagan a sí mismos. El narrador les hace lo mismo a casi todos: al poco de aparecer, cuenta la historia de su vida y quizá alguna relación importante. Que si esta es una niña de papá, que si ha servido en tal milicia, que si se fue haciendo un nombre con esto y lo otro, bla, bla, bla. Al final te preguntas si los personajes tienen realmente algo que decir, ya que el narrador se encarga de dártelo todo masticadito. Se termina de rematar cuando sus personalidades no difieren mucho unas de otras; los puedes distinguir un poco, sí, pero intervienen de forma tan genérica y unida que no tiene importancia que algo lo diga Paquito o Paquita.
Desarrollo. Esto… Creo que lo mejor es contextualizar y citar una conversación entre dos personajes que lo resume muy bien. No me gusta demasiado hacer esto, porque las cosas se pueden malinterpretar, por lo que intentaré ser todo lo fiel que pueda.
Tenemos a Ake Dahl, un científico al que han intentado matar por descubrir la mutación que está esterilizando a cierta población, y que es rescatado por el MOC (Movimiento de Oposición Civil). Le obligan a viajar con ellos a Lukomorie para que les ayude a encontrar al bogatyr (¡llevemos a un científico debilucho a un lugar que si nosotros hemos localizado, otros podrán!). Completamente obligado y arrastrado porque la otra alternativa es que le maten. Pues no va una noche la líder del MOC y le suelta un discurso sobre lo malo que fue el capitalismo y la desigualdad, y le dice:
―[…] Los países ricos aspiraban a serlo más, porque quienes los desgobernaban querían vivir igual que la minoría de poderosos que los controlaban, que los manejaban como peleles que eran. Ahora la mayoría se afana por sobrevivir y el concepto de libertad ha sido sustituido por el derecho a la vida. ¿Es esto por lo que usted está luchando, doctor Dahl?
―Yo solo quiero entender; las decisiones, que las tomen otros.
Tócate el ala [G: ¿Eso cómo se hace? No llego D:] [R: no te preocupes, ya lo hago yo por ti]. Salvado por el MOC, sí, pero le embarcan en un viaje con el que no está cómodo, y la tía le suelta que por qué lucha. No, señora mía, no. Yo ahí me habría echado a llorar, porque este señor no está luchando por nada. Es solo un científico que ha descubierto algo secreto y que, como mucho, tendrá curiosidad por el antídoto/vacuna. Anda y vete por ahí con tu originalidad revolucionaria, mala pécora.
La periodista quiere méritos y por eso se embarca en la aventura. No necesita más que una charla para concienciarse completamente con la causa y asegurar que publicará un artículo contando toda la verdad. Obviando que van a matarla fuera del libro, ¿de verdad hacía falta? Ahora mismo no recuerdo nada destacable que haya hecho o dicho. Grabó a un par de centinelas masacrando gente bajo el pretexto de «moverse sin pensarlo», cuando lo lógico habría sido justificarlo con su ambición, en vez de intentar darle matices que no tiene. Ah, esperad, sirve para ser la ignorante del grupo que hace las preguntas (insértese emoticonito de enfado).
Hablemos de algo bonito: las muertes. Es precioso cuando te presentan a un personaje (dedicando dos páginas a relatarte la historia de su vida) para matarlo a continuación. Ay. Mira que soy como una esponjita que llora con cualquier cosa, pero solo me han sacado lágrimas de risa.
Sobre el bogatyr… Ningún comentario. Sé que esta es la sección de spoilers y que podría destriparlos a placer, pero no tengo nada que decir. No descubrí el misterio, aunque estuve elucubrando algunas teorías. No es un misterio complejo, lo que pasa es que está enredado entre toda la inútil información del libro y los detalles están muy dispersos.
Confieso que siento cierto resquemor hacia el personaje de Erika, de quien el autor declara sentirse enamorado. No, lo siento, pero no. No sé cómo será en sus otros libros, pero en este no es nadie sin todo ese soliloquio que se marca al final (supongo que eso cumple el objetivo de que esté diluida en la trama, ¿no?). Eso no es amor, solo alabanza, gusto o fantasía por ver brillar al supuesto cerebro detrás de todo. A un escritor verdaderamente enamorado se le cala enseguida.
Solo voy a detenerme en un personaje más, el otro con una base sobre la que se puede hablar: Souleymane Sonko. Es un mercenario que hacen lo que le ordenan. Fin. Eso es todo. El segundo mejor personaje, porque incluso en su final no necesitas saber su historia (pese a que se te haya contado de pe a pa) para que él mismo se exprese tal y como es. También es cierto que sus razones para involucrarse me parecen absurdas. Vale que lo del espíritu de una muerta que vive dentro de una viva porque se le parece físicamente suena culturalmente muy chachi, pero atengámonos a la realidad: Souley no logró salvarla. Posiblemente la matarían o esa mujer ni siquiera existía y fue hecha por Fotosó para engañarle.
Uff, se me están agarrotando las manitas y aún tengo que contar cosas sobre la prosa. Veamos, en general hay dos malas manías: la exageración de párrafos de una única frase para aportar tensión (que se pierde después de reiterar el truco ochocientas mil veces) y el síndrome del spoileador. Con ejemplos:
«Llegaba con quince minutos de retraso». Vale, ¿y…?
«Inadmisible para un bogatyr». Justifica tu respuesta.
«Comprometida tierra». Mmm.
«Y Benjamin Hardin disponía. Casi de forma ilimitada, porque durante el conflicto bélico supo plantar los árboles adecuados para que el zumo de su fruta prohibida jamás se agotara. […]». Esto ya se pasa de castaño oscuro.
«Ake Dahl no exteriorizó su miedo, pero en aquel preciso instante supo que su vida, en caso de conservarla, ya no volvería a ser la misma». Gracias, no me había dado cuenta.
Después de escribir taaaantas de las cosas desaprovechadas me veo obligada a terminar la reseña con el aspecto positivo: la construcción del mundo. La clase de historia es coherente y asequible, pero, ¿de qué sirve detallar épocas como la Década Triste o enfermedades como la de los duendes si no influyen en nada del contexto? No hay personajes que esto les haya marcado, y los duendes se retratan como salvajes y aparecen como tales, para luego no tener ninguna conclusión. Repito, por última vez: hay tantísimos elementos que el autor ha elaborado para dar sentido al mundo, que ha descrito y luego no ha usado (debido a que todo tenía que centrarse en el bogatyr) que me siento estafada por una promesa incumplida.
En definitiva, la moraleja de esta historia es: si quieres relleno, no uses calcetines [G: Porque luego huelen MAL].
LO MEJOR la construcción del mundo futurístico.
LO PEOR... El abuso en el número de personajes y la falta de caracterización (y desarrollo) de estos. La falta de una historia coherente y entretenida.
Otras páginas que han publicado reseñas de la misma novela:
El Rincón de Cabal
De Lector a Lector
El Universo de los Libros
PD: A todo el mundo parece que le gustó la clase de historia. A mí me gusta la historia, pero esto es literatura, no quiero que Pérez Gellida me dé clases. ¿Cómo puede considerarse un aspecto positivo de la novela, si no tiene repercusión sobre el argumento, más allá de narrar qué ha pasado meticulosamente? ¿Acaso no es mejor método dosificar la información masiva y dispersarla en pequeños bocados para que se puedan saborear? Y el nulo desarrollo de los personajes no puede ser algo pasable. ¿Para qué viven una aventura si esta no les influye en nada?
De Lector a Lector
El Universo de los Libros
PD: A todo el mundo parece que le gustó la clase de historia. A mí me gusta la historia, pero esto es literatura, no quiero que Pérez Gellida me dé clases. ¿Cómo puede considerarse un aspecto positivo de la novela, si no tiene repercusión sobre el argumento, más allá de narrar qué ha pasado meticulosamente? ¿Acaso no es mejor método dosificar la información masiva y dispersarla en pequeños bocados para que se puedan saborear? Y el nulo desarrollo de los personajes no puede ser algo pasable. ¿Para qué viven una aventura si esta no les influye en nada?
(Todas las imágenes pertenecen a sus respectivos dueños)
Esta es la reseña que hubiera escrito yo si me hubiera animado (cosa que no hice)
ResponderEliminarLa verdad es que el libro me apetecía un montón por los buenos comentarios y reseñas positivas que había cosechado, pero no pude ni terminarlo. No sé si llegue hasta la página 100 y luego empecé a hojearlo. Veo que no me he perdido nada y que no soy la única a la que le ha pasado lo de no verle la gracia al libro.
"Ensayo camuflado" me parece una descripción perfecta. Sí, el mundo que ha creado y la ambientación es fantástica, pero es que ¡no hay historia! Los personajes y la trama no son más que una excusa. Y las descripciones son demasiadas, da detalles innecesarios, es como si hubiera puesto todo el worldbuilding :/
Un saludo,
Laura.
¡Bienvenida a la mazmorra! Como bien dices, no hay historia. Creo que habría ganado mucho si hubiese suprimido esas primeras cien páginas. En vez de camuflar un ensayo de What If futurístico, leeríamos cómo se mueven los personajes en ese contexto creado. Worldbuilding mostrado en su mayor esplendor. Me parece que te quedaste en esa primera parte, lo cual refuerza mi suposición.
EliminarMe ha pasado algo parecido recientemente con otro libro. He leído 250 páginas, lo he mirado un poco más y lo he dejado a la mitad. Llevo varios días mediantando sobre si debería hacerle reseña y he llegado a la conclusión de que no. Incluso si lo advirtiera, solo serían unas impresiones iniciales, no una reseña seria. Al fin y al cabo, seguramente encuentre una crítica similar a la mía en algún lado, pero de alguien que logró lo imposible, como te ha ocurrido a ti (?)
¡Gracias por pasarte y comentar!
Atte. Lyra.
Pues sí, coincido contigo, quizás si en lugar de una novela el autor hubiera hecho un ensayo, pues mira, la cosa quizás hubiera sido diferente...
Eliminar¿250 páginas? Vaya, pues sí que has aguantado, yo me hubiera rendido antes...Por curiosidad, ¿qué libro es?
Neimhaim, no sé si lo habrás leído. Si he aguantado tanto era por la esperanza de que avanzara la historia, pero hasta donde llegué no había ocurrido naaaaada relevante o que me inspirara curiosidad. Se pierde demasiado en relatar toda la vida de los protagonistas cuando el primer momento trascendente de verdad es la coronación de ambos (página 200).
EliminarNo lo he leído, pero lo conozco porque me han hablado bien de él. A pesar de todo no me terminaba de llamar y veo que he hecho bien de no ponerlo entre mis pendientes. No puedo con los libros en los que no pasa nada...
EliminarPor otra parte, entiendo que hayas leído tanto, a veces, también me pasa que tengo la esperanza de que mejore, hasta que llega un punto en el que digo basta.
Lo que me ha sorprendido es que Neimhaim tenga tantas páginas, yo pensaba que tenía 300 como mucho :O