Mi corazón es sólo para Harry o cómo hacer reír a un dragón en una librería

Esto no es una reseña. 

No es una reseña porque me he negado en rotundo a leer la obra, si es que le puedo llamar así, de la que voy a quejarme. Ni yo, que tengo la paciencia de una santa dragona, ni Rika ni Lyra queremos leerlo. Esta entrada es un simple desahogo porque el tamaño de mi indignación es mayor que mi propio cuerpo, y vaya que si soy grande.

Voy a dejar esto aquí para empezar y procuraré decir una cantidad aceptable de groserías porque tampoco quiero ser excesivamente venenosa [R: no hace falta que mientas, querida. A veces hay que ser venenosa en esta vida].

 

La sinopsis:

El día del concierto de su boys band preferida, Lucía R, una directioner que escribe fanfictions y tiene su propio canal de Youtube, se desespera: ha perdido su entrada. [L: ¡Es el fin del mundo!]

Junto a Álex, un cantante sevillano hipster que viene al casting de un musical televisivo, Lucía se mete en toda clase de líos para recuperarla. Por si fuera poco, Álex está deprimido porque su novia y pareja artística, la fascinante Melanie Maravilla, ha desaparecido. Y Lucía no sabe cómo animarlo para que esté listo para cantar cuando ella aparezca.

Sorprendentes encontronazos con los mejores cantantes españoles hacen que los dos amigos se sientan protagonistas de la comedia musical fandom del año. Pero la hora del concierto se acerca y la entrada no acaba de volver a manos de Lucía.

Menos mal que su corazón es solo para Harry, porque Álex le parece tan especial que ya no tiene ganas de que aparezca su novia [L: Qué cruel, la chica está perdida y la protagonista desea que no regrese para acaparar al chico]. La línea que separa la realidad de los sueños y la felicidad del desastre es tan fina que a veces ni se ve. [L: ¿Estás segura de que entiendes lo que acabas de decir?]

Esto es un despropósito. Es un despropósito que existe y que cuesta dinero, 16€ en físico y 8€ en formato electrónico según la propia página de la editorial, y no lo comprendo. Que los editores pierdan el tiempo en fanfics adolescentes dice mucho de la literatura de hoy en día. Mi corazón es sólo para Harry es un fanfic y tienen la vergüenza de anunciarlo en la portada. No digo que un fanfic no se pueda publicar porque tenemos ejemplos bastante famosos en las estanterías [R: desgraciadamente, porque ni siquiera son fanfics buenos], pero al menos los autores tenían el buen juicio de enmascarar que era una historia hecha por un fan para fans.

¿Qué tiene de malo esta historia que no tenga de malo After o 50 Sombras de Grey?

Que es un RPF, un Real Person Fanfic o Fanfic de Personas Reales. Y que la protagonista se llama como la autora. [R: debería haber dejado un espacio en blanco, como mínimo, para que las lectoras pudieran escribir su nombre y fangirlear mientras leen. Qué desconsiderada.]

En sus inicios After también fue un RPF, pero la autora cambió los nombres y eliminó las referencias. Algo es algo, ¿no?

¿Qué tiene de malo un RPF? Nada si los publicas en tu espacio personal o los dejas guardados en tu cajón. Este tema tiene controversia. Incluso en las páginas gratuitas como Fanfiction está prohibido subirlos porque estás tratando personas reales, vivas, que todavía existen, que podrían ofenderse por la manera en la que se ven escritas en esas historias y denunciar a la página. 

Quiero dejar claro que tengo nada en contra del fanfiction: yo misma [R: y yo] he escrito algunos en mi época de jovencita, pero seamos sinceros: el 90% de fanfiction de cada fandom es mierda, mierda de la mala. Esto es cruel, es injusto, es todo lo que queráis si os dais por aludidos. Yo he escrito mierda, tú has escrito mierda y cuanto antes se asuma mejor, dejarás de escribir mierda.

La gran mayoría de escritores de fanfiction son chicas jóvenes, muy jóvenes, que a lo mejor no han escrito mucho o no han escrito nada y les hace ilusión hacerlo poniéndose en situaciones con sus, ya no personajes favoritos, si no cantantes favoritos, personas existentes. Esto es problemático porque a lo mejor dichas personas existentes, que viven de su imagen, no quieren verse utilizados públicamente en sueños húmedos adolescentes [R: otra cosa es en privado. Eso nadie lo puede controlar y tampoco creo que se intente. Bueno, no nos engañemos: existen fanarts publicados de gente real, como el caso del cómic de aventuras dedicado a ElRubius, pero con su permiso y colaboración. No a su costa]. Es posible que en realidad todo sea luz y color y les dé igual porque es una fan escribiendo una aventura fantástica en la que uno de ellos se enamora de la mentada fan, pero yo no puedo evitar verlo como algo sucio, desvergonzado y caradura. 

Vender fanfiction desvirtualiza todo lo que la palabra significa; después de todo, estás ganando dinero (aunque no creo que mucho) con algo que perfectamente podrías haber dejado colgado en tu blog personal. Estás ganando dinero con una historia mediocre de ti misma cuyo único final probablemente sea el terminar con uno de tus ídolos, encontrarte con ellos o Dios sabe qué. ¿Y de verdad los editores tiran historias con más sentido en favor de Mi corazón es sólo para Harry?

No sé cómo será el libro (ni quiero saberlo), si una historia real o un sueño de Resines, pero qué huevazos, Lucía R, qué huevazos.

R: qué huevazos porque todos los fanfickers asumen que su trabajo se hace sin ánimo de lucro, con intención de entretener a la gente, de desarrollar un what if, de expandir una historia, de demostrar que aprecias el trabajo realizado y que por eso le dedicas tu tiempo como fan. Reitero: como fan. No para aprovecharte de la imagen o del trabajo de los demás para ganar dinero tú mismo/a. Si lo que quieres es que tu «libro» llegue a más gente, entonces tienes algo maravilloso llamado internet, con miles de plataformas donde los lectores pueden interesarse por tus dotes literarias, pero publicar un fanfic es… No tengo palabras. Ya de por sí After y 50 Sombras dan urticaria, imaginaos vender tu producto con tanto descaro.

En países como Japón este tipo de trabajo sí se vende y se publica, pero porque allí, de momento es legal (y siempre se está amenazando con derogar la ley) y porque es también una forma de promover los trabajos de los artistas a los que se admira. Es decir, se realiza con su consentimiento y, que yo sepa, nadie ha tenido el morro de vender un fanfic de un libro (que esté muy, muy, muy inspirado y rozando el plagio es otra cosa) de forma pública y sin sentirse avergonzado. ¿En serio eres fan? Permíteme que lo dude. 

En cualquier caso, aquí sólo contribuirá a empañar todavía más la imagen, ya de por sí mala, que se tiene del fanfic. Que, insisto, es sin ánimo de lucro.

Si quieres hacer una historia con un selfinsert donde acabas con una estrella o un personaje random mientras la estrella se muere por tu culo, estás en todo tu derecho, por cutre que sea, pero tener las narices de venderlo es acojonante. Sobre todo cuando, como ha dicho Green, al menos en After se dignaron a cambiar los nombres. 

Ninguna historia es original. Todas se inspiran o directamente roban ideas de la realidad o de otros trabajos, pero publicar algo con el nombre de «fanfiction» es un despropósito. 

L: Yo lo reseñaría, puesto que se ha publicado y quiere ser considerado literatura, qué menos entonces de que afronte las consecuencias y se someta a una lupa como todos los demás. Pero no voy a contribuir con mi dinero a esta causa, así que tendréis que conformaros con las impresiones de Green y Rika.

PD: Y NO ES «UNA FANFICTION», ES «UN FANFICTION».

PD2: Las quejas y acusaciones de envidia llevadlas a otra parte, cuando publicas algo te tienes que atener a las consecuencias. No a todo el mundo le va a gustar ni va a aprobar tu… perlita.

PD3: Me hace gracia que la primera línea de la portada y la sinopsis se contradigan tanto [R: this].