Título: Mr. Mercedes
Autor: Stephen King
Sinopsis: Justo antes del amanecer, en una decadente ciudad americana, cientos de parados esperan la apertura de la oficina de empleo para reclamar uno de los mil puestos de trabajo que se han anunciado. Han hecho cola durante toda la noche. Invisible hasta que lo ven encima de ellos, un Mercedes surge de la fría niebla de la madrugada. Su conductor atropella y aplasta a los que encuentra a su alcance. Después da marcha atrás y vuelve a arremeter contra ellos. El asesino huye dejando atrás ocho muertos y quince heridos. Meses después, un policía jubilado, Bill Hodges, sigue obsesionado con este caso sin resolver cuando recibe la carta de un anónimo que se declara culpable de la masacre. Brady Hartfield vive con su madre alcohólica en la casa donde nació. Disfrutó tanto de aquella sensación de muerte debajo de los neumáticos del Mercedes que quiere recuperarla.
Editorial: Debolsillo
Número de páginas: 493
¡Y volvemos con Stephen King a la mazmorra!
A pesar de que tenía mucha lectura electrónica atrasada y dispuesta para devorar en la playa, terminé comprando un librillo físico en la estantería del supermercado. Azares o no del destino vi King en la parte de debajo de la estantería y Mr. Mercedes fue el elegido. Llevaba bastantes años detrás de él, desde que una amiga lo leyó tras su publicación y me vendió las maravillas de su intríngulis. Así que bueno, aquí estamos.
Mr. Mercedes es un thriller policiaco que se desarrolla en una Ciudad sin nombre y en un estado desconocido (la regla de Maine no se cumple siempre, ojo). Tal y como nos presenta la sinopsis, un buen día un Mercedes atropella a una larga cola de desempleados y la tragedia se sirve enseguida. Quizá estéis pensando que es mala idea eso de chivar quién es el asesino en la sinopsis del libro, pero la historia no va de pillar a quién lo hizo, si no de ver cuánto aguanta el tira y afloja entre el protagonista y Mr. Mercedes. No es que lo diga yo, es que el asesino tiene capítulos intercalados con los del protagonista.
Como veis, la trama es sencilla. Bill Hodges es un inspector de policía retirado, fue el que llevó el caso del Mercedes y, tras jubilarse, se pasa los días sentado frente al televisor comiendo por un tubo y con la pistola de su padre en el regazo, pensándose si usarla o no. Os podéis hacer una idea de cómo está el percal [L: Nos la hacíamos en cuanto leímos el nombre del autor]. Los primeros tramos de la presentación de Bill son muy buenos, porque no te dice explícitamente que esté tan jodido como para querer suicidarse, si no que te va dejando las miguitas de pan que uno querría recoger para seguir una pista.
Todas las imágenes son cortesía de la serie de televisión que están emitiendo. Esto no es publicidad 8) |
Así que tenemos a un muy aburrido, desquiciado y obsesionado Bill sin trabajo, sin familia y sin nada que le aliente a disfrutar de la vida, pensando seriamente si pegarse un tiro o no. Se pasa los días comiendo cosas muy grasientas [R: Qué estadounidense], engordando en el sillón y viendo programas basura sin poder quitarse de la cabeza el caso del Mercedes. Su único contacto con el mundo, más o menos, es un muchacho llamado Jerome que le hace de jardinero y a veces de informático [L: Típico becario].
Por otro lado tenemos a Brady, el asesino del Mercedes al que nunca pillaron, que decide empujar un poco más a Bill hacia el suicidio para así poder culminar con su obra. Le envía una carta por correo para hacerle rabiar, pincharle y así abrir una vía de comunicación y manipulación en la que Brady espera poder manejar a Bill a su antojo. Lo que Brady no sabe es que, al sacar a Bill de la rutina, este se despoja de sus pensamientos suicidas, deja el sillón, las hamburguesas y la pistola, y se pone manos a la obra para capturar al asesino por sus propios medios a pesar de que está jubilado y no puede ni debe hacer ese tipo de cosas [R: Brady es de esos que se merecen lo que le pase por tonto] [G: La verdad es que le sale el tiro por la culata siempre].
A partir de entonces la historia se convierte en eso, un tira y afloja entre los personajes principales, en el que uno intenta averiguar quién es el otro y trincarle y el otro intenta primero manipular al uno y luego joderle la existencia. El meollo de ese tira y afloja son spoilers un poco gorditos así que tendréis que leer el libro para saber más.
Jerome (izquierda) y Bill (derecha) |
La narración empieza con un pequeño prólogo, en el que se describe el episodio del Mercedes de forma tranquila, tanto que te genera el horror que sentirías ante la impotencia de no poder salvarte de un atropello [R: Tema en el que King está muy versado]. Tras ello alterna los capítulos de Bill y Brady, señalados con números, que están dentro de capítulos generales más amplios. El estilo de este libro, como es cosa normal, es distinto al de las historias de terror del autor. Los recursos que se utilizan para la intriga no tienen un colofón aterrador detrás (aunque alguno podría calificarse así), si no que se utilizan de forma intrincada para encadenar las pistas y los derroteros de la investigación y los planes de Brady para repetir la experiencia del mercedes.
Poco a poco, tras las presentaciones de los personajes, se desgranan las circunstancias que los han llevado hasta la situación actual, detalles del pasado que luego serán importantes para elementos posteriores y situaciones que conllevan unas consecuencias, fatales o no, para los personajes. Tendría que releérmelo con mucho más ahínco, pero podría decir que tanto el protagonista como el antagonista sufren vivencias reflejadas tras el primer momento de contacto.
Los personajes son clásicos de King. El protagonista atormentado, el antagonista, que aunque ha sido tu heladero de siempre [L: “Todos los días saludaba”] [G: Justamente eso, sí], disfruta con el asesinato en masa, y los secundarios simpáticos que apoyan las acciones del protagonista. Sobre los dos primeros no tengo muchas quejas, me parecen bien construidos (un tanto repetitivo si has leído mucho de King, pero bueno) y coherentes con lo que te describen de ellos y te muestran.
Jerome, el muchacho jardinero, es el apoyo informático del protagonista y gracias a él se resuelven algunas cosas que sin su ayuda Bill no podría hacer. Es un jovencito amable, voluntarioso y que está dispuesto a jugarse el cuello por su amigo y vecino a pesar de que este le dice varias veces que no se meta porque todo es muy peligroso, cosa que tiene razón.
Brady y su madre. En el libro la señora iba en bata sin nada debajo la mayoría de las veces. |
Y luego King la caga con las mujeres, como siempre [R: Y que lo digas. Que sea habitual no deja de provocar decepción]. En este caso la caga con dos de las tres mujeres más o menos importantes que aparecen en la historia. Una es la madre de Brady, alcohólica, totalmente dependiente de su hijo por despreocuparse por completo de su propio cuidado y con episodios de incesto… a mi parecer absurdo. Se nos presenta como un impedimento para Brady, una carga, y eso que la señora es bastante más lista de lo que se piensa su hijo.
La otra mujer estropeada es Janelle, el interés amoroso de Bill. Esta señora es hermana de la difunta dueña del Mercedes (que Brady robó) y se cruza con Bill durante la investigación de este. Juntos descubren pistas nuevas, entre ellas una carta a la hermana de Janelle, muy parecida a la que Bill recibió por parte de Brady. Peeero a partir de ahí lo único que les importa es tener sexo, se ponen ñoños y al final Janelle es utilizada para perjudicar al protagonista y que la trama no avance.
El tercer personaje femenino es Holly, la prima de Janelle, que entra en escena poco después de Janelle. Holly tiene trastornos mentales (no muy severos aunque parezca lo contrario), y al ayudar a Bill junto con Jerome, se deshace del yugo de su madre (que la sobreprotegía demasiado) y supera la ansiedad que le producía enfrentarse al mundo y a las personas sabiendo que “estaba tarumba”, como ella dice en alguna ocasión. Holly desea vengarse de Brady a pesar de sus limitaciones. Gracias a ella, que también sabe de informática, se descubren pistas que Jerome no consigue destapar. Es un poco justicia poética para al menos uno de los personajes femeninos. Voy a considerarlo algo bueno para no llorar más de la cuenta.
El libro vale la pena a pesar de ese punto en contra (que parece está presente en todos sus libros, pero ya no me sorprendo), así que recomiendo su lectura si quieres apartarte durante un rato de los horrores de King. Como Joyland, es un pequeño soplo de novedad y aire menos terrorífico. Si te gusta Stephen King (y las referencias a IT y a los payasos malvados), este libro te gustará.
¡Tomates y piedras a la cesta de las verduras!
[L: Incluid lechugas, que me gustan las ensaladas variadas]
Otros blogs que reseñaron Mr. Mercedes:
El Final de la Historia
Fiebre Lectora
Un Libro y un Café
Otros blogs que reseñaron Mr. Mercedes:
El Final de la Historia
Fiebre Lectora
Un Libro y un Café
Hum, no me termino de animar. De este autor he leído 23/11/63 porque el terror no me gusta nada. Me habían recomendado esta por no ser de terror, pero la trama no me termina de atraer. Que sí, que lo del tira-afloja suena interesante, pero por lo demás no.
ResponderEliminarGracias por la reseña,
Laura.
PD: "Brady es de esos que se merecen lo que le pase por tonto" xD Muy de acuerdo.