Recordatorio

No somos profesionales, simplemente nos gusta leer y tenemos tiempo libre, así que a veces cometemos errores.

martes, 26 de mayo de 2020

Reseña: La Tierra Errante


¡Bienvenidos a la mazmorra! Soy Quirón y vuelvo a la carga con la scifi.
A principios de año por fin me atreví a leer a Cixin Liu, el autor de ciencia ficción chino que en los últimos años está en boca de todos. Según muchísima gente, sus novelas son lo más fresco y original del siglo. Algunos lo comparan incluso con las novelas de la Edad de Oro de la ciencia ficción, aquella encabezada por los archiconocidos Asimov, Clarke o Heinlein, entre muchos más. 

Primero empecé con su trilogía más famosa: El recuerdo del pasado de la Tierra. De ella hablaré en un futuro cercano, porque me he encontrado en la necesidad de un tomarme un descanso de la saga antes de abordar el último libro, por razones que comentaré en su respectivo artículo.

Así que al ver que tenía un libro de relatos cortos, decidí adentrarme en él esperando encontrar algo no tan denso como el resto de su obra.

¿He encontrado lo que esperaba? 

Bueno.

Título: La Tierra Errante

Autor: Cixin Liu
Sinopsis: El sol se está muriendo, y la Tierra, consumida por los últimos suspiros de esta estrella, también desaparecerá. Pero la humanidad, en lugar de abandonar el planeta, construye doce mil grandiosos motores de fusión para desorbitar la Tierra y propulsarla hacia Próxima Centauri en un viaje que durará siglos... 
Editorial: Nova

Número de páginas: 399






En parte sí, porque Cixin Liu sigue la corriente que solemos encontrar en la narrativa asiática: historias basadas en la humanidad como colectivo en vez de centrarse en el individualismo. Eso por una parte está genial, pero conlleva un problema en el que, para mí, Liu cae. Sus personajes son planos y vacíos, catalizadores de las situaciones que se presentan y poco más. Y si vamos a estar leyendo los pensamientos y emociones de estos personajes, estaría mejor llegar a conectar más con ellos. O conectar, en general.

No todo es malo, por supuesto. Hay ciertos personajes que se nos quedan grabados, como el pobre protagonista de El sol de China, o la chica de Con sus ojos, relato del que hablaré más adelante, aunque, de nuevo, son recordados más por sus situaciones que por su construcción.

En la gran mayoría de relatos encontramos un punto en común. La humanidad enfrentándose a su extinción o a un peligro que viene de fuera. Así que sería muy interesante ver cómo afecta psicológicamente a la gente. ¿Se intenta? Sí, pero no consigue transmitir apenas nada.

Por ejemplo, en el relato que da nombre al libro, La Tierra Errante, la madre del protagonista sufre una muerte horrible y agonizante. Mientras él escapa vivo de una ciudad subterránea, ella y miles de personas más se quedan atrapados en las profundidades, donde el magma del centro de la tierra sube hacia la corteza, quemándolos vivos. No es spoiler, de verdad. Tiene tan poco impacto que es absurdo. Un acontecimiento así, a mi parecer, debería afectar profundamente al personaje en lo psicológico. Sin embargo… no es así. A veces parece que ciertos eventos están puestos más para sorprender o conmocionar al lector que para servir a un propósito dentro de la trama.

De la misma forma, los protagonistas hacen de maniquís a los que relatar interminables monólogos, que se extienden durante gran parte del relato. Como si estuviesen escuchando un cuento. Y, de nuevo, de por sí no es algo negativo. El problema es la repetición de la misma fórmula.

Y todos estos aspectos negativos son una verdadera pena porque, como podemos ver en Con sus ojos, Liu tiene la capacidad narrativa para hacer que empaticemos y nos preocupemos por un personaje que apenas tiene diálogo. Justamente en el relato más corto de la antología. ¡Me pregunto si será ese el fuerte del autor!

Por otra parte, el poder de la descripción de Liu es exquisito. Crea escenarios muy visuales y potentes, por lo que es muy fácil imaginarse los motores gigantescos de La Tierra Errante, el mundo interior de los robots de Montañas o la microsociedad de Micro. Además relata escenas que pueden poner los pelos de punta, como ésa cuando el protagonista de La Tierra Errante está surcando una planicie helada iluminada solamente por la Vía Láctea.



Mejor aún, el mayor aporte que da Cixin Liu a la narrativa es su excelente hard scifi. Intenta ser detallado y científico en extremo —a veces demasiado— para crear mundos lo más realistas posible. ¡Y vaya si lo consigue!

Por ejemplo, en El Sol de China, se crea un sol artificial, una extensión gigantesca de reflectores en órbita geosíncrona con la Tierra.  Y realmente da la sensación que podría existir, si se contase con los recursos e interés necesarios, claro. En especial me ha cautivado la idea de El Gran Cañón de la Tierra, donde se imagina un futuro en el que las industrias han pasado a tener sus bases de operaciones en el espacio. Así, aprovechan la energía solar a la vez que solucionan el problema de la contaminación terrestre. No es un concepto nuevo, pero siempre está bien ver aplicado en la literatura lo que de verdad podría ser el futuro.

También se refleja el hecho de que Liu proceda de un país comunista. Las sociedades capitalistas son exageradas y representadas mediante civilizaciones antiguas y anacrónicas, terriblemente poderosas cuyo único objetivo es consumir y dejar agotados los planetas. Sobrevivir a costa de los más débiles. 

Hay otros destellos de la cultura china, como la inspiración en el relato de ¿Quién cuidará de los dioses? en la leyenda taoísta de “Los ocho inmortales”, pero viendo la gran riqueza cultural del país, hace que me quede con ganas de más historias de este estilo. Por desgracia, también coge los elementos rancios. Pocas mujeres —por no decir ninguna— protagonizan los relatos o tienen papeles relevantes, y hay ocasiones donde desprende demasiado tufillo a Hombre™ 

“¡La esencia del universo es masculina! ¿Aún no os habéis dado cuenta? Las civilizaciones feminoides como la vuestra son frágiles y delicadas, sucumben al más mínimo envite.” - El gran devorador

Así que en resumen… ¿Este libro recuerda a la literatura de la Edad de Oro de la ciencia ficción? Pues por la parte de la falta de una narrativa y personajes sólidos, centrándose en avances tecnológicos, sí. Por otra parte, sus toques de narrativa asiática moderna lo convierten en una especie de quimera extraña, novedosa y agridulce.

Desde luego, he criticado el libro más de lo que he hablado de sus aspectos positivos. En parte es por la desilusión que me llevé con el autor —tanto por este libro, como con su trilogía— y me cuesta recomendarlo a no ser que tengáis interés en leer conceptos de ciencia ficción originales.

2 comentarios:

  1. Tengo pendiente leer al autor, pero creo que no será con este libro. Una lástima que decaiga tanto por los personajes, además de que me han comentado que hay relatos más flojos que otro. Eso sí, todas las ideas me parecen muy imaginativas.

    Un saludo,
    Laura.

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    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias por leer!
      La verdad es que es una lástima que sea tan inestable la calidad de los relatos y, sobre todo, la parte humana de ellos. Aun así sigue siendo un autor muy interesante que atrae a muchas personas, y con razón. Pronto traeremos una reseña de su famosa trilogía, y después seguiré leyéndole (y quién sabe si reseñándole), que por suerte ya nos han llegado unos cuantos libros suyos a España.

      ¡Un saludo!

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