Ciencia Ficción: Viajes por el Tiempo y el Espacio

¿Cuántas lunas hacía que no escribía un artículo para la Mazmorra?

En mi defensa os diré que tengo las patas y las garras muy grandes y es difícil escribir en el teclado de Rika, no es culpa mía. ¿No? Je, bueno. Espero que después de haberos acostumbrado a los artículos de una bruja disculpéis la no tan profunda sabiduría de esta dragona. Como diría Rika…

¡Bienvenidos a la Mazmorra! ¡Green a vuestro servicio!

Hace mucho tiempo vi una película que se llama Otra Tierra. Recuerdo que, hace aún más tiempo, vi el trailer y me interesó muchísimo su argumento. Giraba en torno a la aparición repentina y misteriosa de un duplicado de la Tierra junto a nuestro propio planeta. No se exploraban las consecuencias físicas de dicha aparición, no se hablaba de cambios en las mareas o la gravedad o el campo electromagnético (habría dado para otra película entera). De lo que sí se hablaba y especulaba era sobre el impacto emocional y espiritual, sobre si esa era una copia real de la Tierra, si existían duplicados exactos de las mismas cosas, de las mismas personas. Nunca se ve cómo se viaja a esa otra Tierra, nunca vemos la nave espacial, si hubo o no problemas para llegar… No era un aspecto importante para la historia. Lo único que nos importa es el resultado, ya que supone la culminación de la trama de la protagonista, una trama que nada tiene que ver con disparar rayos láser, viajar al espacio y moverse a velocidad de la luz.

La gente se quejó porque el trailer prometía ciencia ficción y al final no había nave espacial alguna, pero yo creo con todo mí ser de dragona que esa película es una de las más puras formas de ciencia ficción de los últimos años junto con La Llegada, aunque no haya cohetes ni batallas entre naves espaciales (que en La Llegada haberlas haylas, pero son casi anecdóticas). En ese momento se gestó un pequeño germen, que ha culminado en este artículo (que he dividido en dos partes, como hace Rika).

Este primero trata de los Viajes Espaciales y Temporales, temas muy recurrentes del género, para que podáis dilucidar un poco más dónde está el límite de la Sci-Fi. Nunca me he fiado de las temáticas, la verdad, pueden ser muy variadas y contener elementos futuristas todos los que quieras, pero aun así no ser ciencia ficción.

Antes de empezar voy a dejar este artículo por aquí: Qué es la Ciencia Ficción, de David Olier, en el que se detalla mucho más todo lo que os voy a contar en esta entrada. Tiene muchos otros artículos relacionados muy interesantes y que os recomiendo leer, como Clasificación de la Ciencia Ficción y los que tratan sobre Viajes Espaciales y Alimentación. 

Ahora sí, vayamos por partes.

¿Qué es la Ciencia Ficción?

La ciencia ficción es un género de ficción basado en (o que gira en torno a) hechos o logros científicos posible o imposibles para el tiempo y lugar del autor, y que podrían desarrollarse en el futuro. Es un género especulativo, que desarrolla las consecuencias y el influjo de dichos hechos o logros sobre la sociedad y/o el planeta. Su verosimilitud será mayor o menor dependiendo del nivel científico de las hipótesis expuestas en la historia. 

Y añado personalmente que la ciencia ficción se usa como una crítica a la sociedad en la que vive el autor. O, al menos, antes era uno de los principales objetivos. 

Dentro de la ciencia ficción podemos encontrar, en correlación con la verosimilitud y el rigor científico de cada historia, dos facetas, matices o subgéneros, llamados Ciencia Ficción Dura y Ciencia Ficción Blanda.

—Diferencias entre Ciencia Ficción Dura y Ciencia Ficción Blanda

El término “Ciencia Ficción Dura” fue utilizado por primera vez por P. Schuyler Miller en 1957, en una reseña que hizo de la novela Islands of Space de John W. Campbell, Jr.

La ciencia ficción dura es aquella caracterizada por poseer un grado elevado de relevancia para con los detalles técnicos, hechos e hipótesis descritas en la historia, siendo el rigor científico poco flexible a la hora de utilizar algunas temáticas. Por ejemplo, un libro de ciencia ficción dura no utilizaría viajes en el tiempo o a la velocidad de la luz, aunque existan teorías sólidas sobre las posibilidades de dichos viajes. 

La narrativa de este tipo de subgénero se desarrolla con buena relación y equilibrio entre el contenido científico y la propia narración, siempre teniendo muy en cuenta el rigor, que prácticamente es el envoltorio del núcleo de la historia. Son historias exigentes, muy precisas, rigurosas y atadas a la lógica conocida en el momento de publicación del libro, siendo así posibles las tecnologías, conocimientos y situaciones descritas. Aun así, existe cierto mínimo de flexibilidad ya que se descubren cosas nuevas a lo largo del tiempo y la catalogación del subgénero a una obra u otra a veces depende de la subjetividad del público.

Además de todo esto, la ciencia ficción dura arrastra algunos problemas con ella. Para empezar, su elevada carga científica no la hace precisamente atractiva. Las obras suelen ser difíciles de leer sin una buena preparación en los campos que desarrolla, y en muchas ocasiones los autores sacrifican aspectos narrativos bastante importantes, en favor del contenido científico.

Por contra, la Ciencia Ficción Blanda es aquella que admite licencias con respecto a su contenido científico y desarrolla una narración mucho más literaria o poética. El rigor no es tan importante y existe una gran flexibilidad que permite al subgénero exponer teorías no probadas y de carácter especulativo en lugar de divulgativo. Úrsula K. LeGuin escribió ciencia ficción muy alejada de los estándares de la ciencia ficción dura, pero sin traspasar la línea que separaba la ciencia ficción de la fantasía.

Pero en general, la ciencia ficción no alcanzó popularidad hasta mediados del siglo XX. Fue en ese momento cuando la sociedad miraba más hacia el futuro y soñaba con ver los avances científicos que se prometían. Como en Regreso al Futuro y sus patinetes voladores en el 2015 (¡¿Dónde están, eh?!). 

Es la “trilliza” de la fantasía y el terror, géneros con los que se puede mezclar con facilidad y confundirse muy a menudo. Sólo hay que echar un vistazo al primer exponente del género de ciencia ficción: Frankenstein o el Prometeo moderno, de Mary Shelley. Con el paso de los años, la figura y la hipótesis científica que plantea la existencia del Monstruo ha derivado en una proyección incrustada en el imaginario popular como una criatura de Terror a la altura de Drácula o la Momia maldita de las pirámides.

Sin embargo, con lo que más se confunde la Ciencia Ficción no es el Terror, si no la Fantasía ya que esta última da más manga ancha para introducir elementos diversos. Claro que sabemos diferenciar perfectamente ciencia ficción de fantasía cuando hay criaturas de por medio como los dragones (¿o no?), pero realmente sólo depende del enfoque que se le dé, tanto a ese como a cualquier otro elemento que pueda ser común para ambos géneros. 

Así, de la línea casi invisible que separa la fantasía de la ciencia ficción, nace la Ciencia Ficción Fantástica.

¿Qué es la Ciencia Ficción Fantástica?

También llamada Ciencia Fantástica o Fantasía Científica, es un género mixto que utiliza y combina elementos y estructuras de la ciencia ficción y la fantasía comunes. Esto es que, mientras la ciencia ficción desarrolla elementos científicos, posibles o imposibles en y durante el marco temporal y social del autor/a, la ciencia ficción fantástica utiliza elementos, situaciones y estructuras que no pueden suceder de ninguna manera en el mundo real y lo dota del realismo suficiente como para que se intente acercar a la ciencia ficción.

—Diferencias entre Ciencia Ficción y Fantasía Científica

Esto, de nuevo, tiene mucho que ver con el enfoque y la forma de desarrollarlo. La tecnología de un hipotético futuro, demasiado avanzada para que la comprendamos, podría ser indistinguible de la magia clásica. En esos casos, la descripción de la tecnología o la magia es crucial y determinará si nos encontramos ante ciencia ficción o ciencia ficción fantástica. 

Es ciencia ficción, mediante nuestras leyes físicas conocidas o hipótesis desarrolladas/desarrollables, la que emplea la ciencia y la tecnología para concretar y especificar los efectos de un elemento clave. Por contra, la ciencia fantástica no recurre a nuestras leyes, normas y estructuras, sino que o bien inventa sus propias leyes o directamente, para no tener que describirlas, evade crear un sistema.

Un ejemplo interesante es el sistema científico/mágico del manga Full Metal Alchemist. En él se describe la alquimia como una ciencia capaz de manipular la materia al antojo del usuario. La materia se descompone, asimila y reconstruye mediante fórmulas, símbolos, materiales y pasos concretos y tiene normas muy rígidas para realizar el proceso de transmutación. Sin embargo, se trata de un sistema mágico, puesto que el catalizador es la propia alma humana y la energía mística que la compone (a riesgo de que alguien me tire una piedra, todavía no se ha demostrado que se pueda o pudiese hacer alquimia así).

Así, si lo que queréis es inclinaros más hacia la ciencia fantástica, no habría que tener taaaanto cuidado con los aspectos tecnológicos, y describirlos de forma que se amolden y encajen a nuestras normas e hipótesis científicas. 

Los Viajes 

La anécdota inicial sobre la película Otra Tierra nació de pensar sobre las temáticas del género, las quejas de los espectadores y la repentina comprensión de que mucha gente confundía géneros sólo porque aparecía una nave espacial en la pantalla del cine o en la portada de un libro. Las típicas disputas sobre si Star Wars es o no ciencia ficción (a pesar de que es obvio que no) siempre me fascinan y asombran a partes iguales.

Así que, ea, vamos al lío.

Viajes espaciales, interestelares y a velocidad de curvatura

¿Qué es un viaje espacial?

Existen diferentes denominaciones para el trayecto que realiza una nave, cohete o transbordador. Todos los viajes que abandonan las atmósfera (sea del planeta que sea) para llegar al espacio exterior son el común viaje espacial. Si se abandona la órbita del planeta o los satélites, nos encontramos ante un viaje interplanetario, y frente a un interestelar si nos alejamos del sistema solar (o sistema estelar en casos de universos imaginarios) en el que nos encontremos. 

¿Qué hace a un cohete, un crucero estelar o una motocicleta con propulsores elementos de ciencia ficción?

Las naves y diversos vehículos no motorizados por ruedas pueden llevar a la idea errónea de que la historia en las que aparecen pertenece al género de la ciencia ficción. Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar cómo funcionan las naves en Star Wars? En diversas películas y libros de la franquicia aparecen naves de gran variedad, pero no sabemos mucho de ellas salvo las indicaciones casuales y de necesidad que hacen los personajes sobre sus mecánicas. Pero hay algunas dudas básicas sin resolver: ¿se maneja igual un caza que un crucero? Asumimos que no porque tenemos aviones con los que compararlos, pero no vamos mucho más allá de saber que poseen motores (en plural) diferentes para sistemas diferentes, sistemas de navegación que comprenden todo el universo, que tienen láser, bombas de protones, etc…

Quiero decir, sí, parece que es suficiente, pero el quid es… No es lo mismo que sean meros elementos funcionales y que se puedan intercambiar por nuestros coches u otros medios de transporte a que se desarrolle su invención y/o utilización y las consecuencias que ello conlleva para la sociedad. 

Dicho de otro modo, si tu nave con forma de cucurucho parece muy Sci-Fi, pero no estás seguro/a de que lo sea, intenta intercambiarlo por un objeto cotidiano y similar de nuestro tiempo. Si tu historia de viajes por el espacio en realidad va de llegar al otro confín del universo para rescatar a una tribu de extraterrestres y no de cómo afectan los viajes de años luz al ser humano, entonces no es Ciencia Ficción.

Firefly puede ser ciencia ficción, pero lo que la hace pertenecer al género no es la Serenity, si no su intríngulis social, la crítica a que nada cambiará en el futuro porque seguiremos siendo los mismos pero con tecnología más avanzada, y las vicisitudes de los tripulantes mirando al espacio y que cada uno vea y se pregunte una cosa distinta de él.

En cambio, Star Trek, que se desarrolla en conexión con nuestra realidad de forma ininterrumpida, donde no existe la magia (a lo sumo tecnología demasiado avanzada que no se comprende), explica los fundamentos científicos teorizados por Miguel Alcubierre en 1994. Según Alcubierre, gracias a la velocidad de curvatura, se podría viajar más rápido que la velocidad de la luz sin romper las leyes de la relatividad, contoneando el espacio alrededor del cuerpo que realizara el viaje para llevarlo hacia adelante.

Casi como un minúsculo viaje temporal.

Viajes a través del tiempo

Con los Viajes en el Tiempo lo tenemos un poco más fácil… ¿o no tanto? Normalmente el que elige esa temática suele querer tratar temas como la invención de una máquina que permite viajar en el Tiempo, la protección o variación de hechos históricos, el cómo afecta el paso del tiempo a la Humanidad, cómo se repiten siempre las peores atrocidades o el punto de vista de alguien que viaja a través de líneas temporales. Suelen ser una buena excusa para tratar el envejecimiento mental y de especular sobre si el ser humano estaría adaptado para vivir eternamente sin volverse loco. 

Pero, ¿qué es un viaje en el tiempo?

Es el concepto de desplazamiento hacia delante o atrás en diferentes puntos del tiempo. El problema radica en que el propio concepto de Tiempo tiene que ver también con la forma de pensar, la cultura y el punto de vista del autor/a, así que es complicado hablar de todas las formas de Tiempo (y eso sin contar con las que incluyen Universos Paralelos). 

Supongamos que nos encontramos ante la forma más clásica que conocemos en occidente.

Una línea.

Una línea recta que empieza en un punto (el pasado) y termina en otro que no podemos ver (el futuro). Luego están los puntos determinados de esa línea que comprenden nuestra Historia y todo lo que conocemos. Eso es el presente de cada individuo. Bien. Entonces supongamos también que Wells nos ha dejado subir a su máquina del tiempo y que podemos viajar hacia adelante y hacia atrás de esa línea (sin movernos del sitio, por supuesto). 

Alguien o alguienes construyen una máquina, se describen sus entresijos y las hipótesis que permiten especular sobre la posibilidad del viaje (hay un montón de teorías sobre el tema, una vez intenté leerlas y me estalló el cerebro), los posibles problemas físicos y psicológicos… Y los personajes viajan, ya sea hacia adelante o hacia atrás, y se descubren nuevas eras o épocas olvidadas por el pasado, y junto con esos descubrimientos los personajes reflexionan y se hacen preguntas sobre la vida, el ser y el universo.

Esta es, en mi opinión, la forma más clásica de viaje temporal dentro de la ciencia ficción, la que incluye una máquina de facto, un objeto que, mediante un mecanismo muy concreto ligado a nuestras leyes físicas, nos permite visitar otros tiempos dentro de nuestra línea u otras. Claro que hay que tener cuidado si estamos hablando de una única línea para todos los viajes porque fácilmente podemos caer en las paradojas.

—¿Qué es una paradoja?

Una paradoja temporal, también llamada paradoja del abuelo, es un supuesto ficticio descrito por primera vez en El Viajero Imprudente, de René Barjavel en 1943. Se parte de la hipótesis en la que una persona viaja atrás en el tiempo y mata a su abuelo antes de que este conozca a la abuela del viajero y conciban al padre. Entonces el padre del viajero nunca habría nacido, y por ende, el viajero tampoco. Y si el viajero no es concebido, no viaja nunca atrás en el tiempo y nunca asesina al abuelo, el abuelo nunca es asesinado, concibe al padre y al final, es concebido el viajero. 

Y así infinitas veces.

Las paradojas dan mucho dolor de cabeza, tanto escribirlas como leerlas, así que con respecto a viajes temporales dentro de una única línea, la solución más fácil es hacer como en Harry Potter y el prisionero de Azkaban: Tener en cuenta que hay dos puntos de vista, el de tu protagonista presente y el del protagonista pasado.

—Líneas de Tiempo alternativas

O Universos Alternativos. Son copias exactas o no tan exactas del comúnmente denominado Universo 0 o Prime. Se especula, siempre en base a teorías científicas, que existe un universo (la gran mayoría de las veces es el nuestro) inicial del que derivan todos los demás, un número infinito, debido a todas y cada una de las decisiones tomadas a lo largo del tiempo de vida del Universo. 

O explicado de forma más sencilla, siendo nuestro universo el original, tras cada hecho, por insignificante que fuera, se duplica otro junto con el hecho opuesto al que sucedía en el Universo 0. Así puedes tener infinito número de universos o dimensiones paralelas con infinidad de diferencias entre cada uno, tanto duplicadas sólo del Universo 0 como que cada Universo duplicado generó sus propios universos alternativos.

Es un lío, lo sé, pero da mucho juego a la hora de viajar por el tiempo sin tener que andar sujeto a una única línea temporal. La mayoría de historias utilizan este modelo para resolver el problema de las paradojas (En Regreso al Futuro se hace un mix muy raro del modelo de línea única y los universos alternos). No pasará nada porque vayas atrás en el tiempo y mates a tu abuelo. No vas a desaparecer simplemente por el hecho de que ahora resides en un tiempo paralelo al tuyo natal, en el que tu persona nunca nacerá en el futuro. Tu línea sigue existiendo, pero tú no estás en ella. 

Aquí entran también las especulaciones sobre los cambios globales en la Historia, sobre todo el clásico: Si piso una mariposa en el jurásico, ¿cambiaré el curso de la evolución?

En El Sonido del Trueno, película basada en el relato corto (El Ruido de un Trueno) de Ray Bradbury, el pisar una mariposa durante la época de los dinosaurios provocaba el cambio total de las especies futuras, tanto el clima, como plantas y animales, incluyendo, por supuesto, a los seres humanos. Los personajes, al regresar a su tiempo (dentro de una misma línea inicial), se encontraban con que cada X horas ondas temporales cambiaban progresivamente las cosas, empezando por las evoluciones más simples, hasta las criaturas que evolucionaron en último lugar. 

No estoy particularmente de acuerdo con esa forma de estructurar una línea temporal y sus posibles cambios, pero lo cierto es que me fascina cómo el pisar una única mariposa provoca la extinción de plantas determinadas (porque esa mariposa estaba destinada a polinizar una planta que a su vez estaba destinada a llevar al evolución al siguiente paso) que a su vez lleva a la extinción de hervíboros y carnívoros y…

Creo que os podéis hacer a la idea. 

El problema que le veo a esa línea y sus consecuentes problemas es que no creo en el destino de un único animal. Hablamos de polinizar plantas, no de manos humanas que puedan transformar la Tierra en un erial atómico. En La Patrulla del Tiempo, de Poul Anderson, se habla del incidente de la mariposa. Le explican que es imposible que por pisar una mariposa pueda suceder lo descrito en El Sonido del Trueno. Y es por algo tan sencillo como que los genes evolutivos no los lleva un único espécimen en un momento concreto. 

La evolución no es cosa de que nazca un buen día una jirafa de sus antecesores de cuello corto, no. Es un proceso muy largo que dura millones de años. Si pisas una mariposa no pasará nada porque hay miles y miles de otras mariposas que seguirán polinizando las plantas.

—Viajes temporales a través de la mente

También conocidos como regresiones mentales. Existen numerosos y variados ejemplos, aunque la mayoría se acercan más a la ciencia ficción fantástica que a la ciencia ficción pura. Los viajes temporales que se realizan a través de la mente son similares a los viajes hechos a lo largo de una única línea, pero diferentes en el sentido de que el usuario no puede viajar todo lo atrás o adelante que quiera. Estos viajes tienen como desventaja, si es que es una desventaja, el sólo poder viajar hacia atrás o adelante durante la línea de vida del individuo.

Si no habéis visto El Efecto Mariposa es un buen momento para hacerlo. Es uno de los mejores ejemplos de regresión temporal mental (aunque sea fantasía) junto con Al Filo del Mañana (que sí es ciencia ficción) y Volver a Empezar (ciencia ficción fantástica). En las tres historias, por diferentes motivos, los personajes viajan al pasado y presente de forma sucesiva a través de sus mentes y recorren sus vidas, en algunos casos por momentos concretos y en otros buscando un objetivo. Este tipo de viajes enfrentan a los personajes a las cuestiones más familiares que se pueda uno hacer: ¿Qué pasaría si pudiera vivir otra vez mi vida con el conocimiento de lo que va a pasar? ¿La viviría cometiendo siempre los mismos errores? ¿Qué cambiaría?

En las regresiones mentales no existen las paradojas porque la mente es un único punto de vista y sólo puede existir una única línea que puede reescribir tantas veces se quieran hasta que se consigue el momento deseado. 

En Al Filo del Mañana, el protagonista se salpica de sangre alienigena, alienigenas que pretenden conquistar la Tierra con un no muy original paralelismo de la Segunda Guerra Mundial. Esa sangre hace que el personaje viaje atrás en el tiempo y reviva el día en el que muere una y otra vez cada vez que le matan, pudiendo aprender de sus errores y evitar los caminos peligrosos para llegar hasta el alienígena “omega” y así conseguir matarlo y terminar con la invasión. El final es un poco raro, pero su estilo a lo Día de la Marmota en el desembarco de Normandía me resultó entretenido.

En Volver a Empezar, sin saber cómo, el protagonista se ve viviendo toda su vida desde la adolescencia hasta que, sea el que sea en cada versión, llega al momento en el que viajó atrás por primera vez. Me leí este libro cuando caí enferma de Peste Negra hace milenios y me gustó mucho, os lo recomiendo.

Creo que el viaje mental es uno de los más sencillos de escribir, si se tienen en cuenta las cosas de la vida del personaje, porque no tienes que estar realmente pendiente de mucho más que de cambios personales de ámbito cerrado.

¿Y vosotros, cuáles son vuestras historias de ciencia ficción favoritas?