Título: El Código da Vinci
Autor: Dan Brown
Sinopsis: Antes de morir asesinado, Jacques Saunière, el último Gran Maestre de una sociedad secreta que se remonta a la fundación de los Templarios, transmite a su nieta Sophie una misteriosa clave. Saunière y sus predecesores, entre los que se encontraban hombres como Isaac Newton o Leonardo Da Vinci, han conservado durante siglos un conocimiento que puede cambiar completamente la historia de la humanidad. Ahora Sophie, con la ayuda del experto en simbología Robert Langdon, comienza la búsqueda de ese secreto, en una trepidante carrera que les lleva de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos en los más famosos cuadros del genial pintor y en las paredes de antiguas catedrales. Un rompecabezas que deberán resolver pronto, ya que no están solos en el juego: una poderosa e influyente organización católica está dispuesta a emplear todos los medios para evitar que el secreto salga a la luz.
Un apasionante juego de claves escondidas, sorprendentes revelaciones, acertijos ingeniosos, verdades, mentiras, realidades históricas, mitos, símbolos, ritos, misterios y suposiciones en una trama llena de giros inesperados, narrada con un ritmo imparable que conduce al lector hasta el secreto más celosamente guardado del inicio de nuestra era.
Editorial: Planeta, 2004
Número de Páginas: 536.
Estoy segura de que a todos os suena este libro. Me lo leí hace muchos años, antes de tener verdadera idea sobre historia, y no recuerdo bien la impresión que me dejó excepto que había un juego estúpido de leer al revés una frase y me di cuenta al momento pero historiadores profesionales necesitaron la ayuda de una criptógrafa. Y yo, pequeña e inocente brujita, ya pensé: «pero qué panda de incompetentes».
Bueno, es posible que no pensara exactamente eso, pero creo que cogéis la idea.
No habría releído el libro si no me lo hubieran pedido para cierto trabajo y me dije que, ya que estaba, le hacía una reseñita y la teníamos guardada para cuando se nos acabaran los libros con más chicha.
La gente odia a don Dan Brown en España por cierto libro, La Fortaleza Digital, que nos puso a parir. Me imagino que los franceses, italianos y demás nacionalidades que han tenido la desgracia de ser pisoteados bajo la xenofobia de este autor estadounidense pensarán más o menos igual que nosotros. Es cierto que se trata de una xenofobia o un racismo inocente e ignorante pero no deja de doler que libros basados en prejuicios alcancen tantas ventas.
Con todo, y no me matéis, que os echo el mal de ojo, comprendo por qué estos libros (o, al menos, El código Da Vinci, de los demás no diré nada porque no tengo intención de echarles un vistazo o de releer Ángeles y Demonios) han triunfado, al contrario que esa literatura de abuso sobre jovencitas, que de verdad, no entiendo cómo estamos tan enfermos.
Básicamente, Dan Brown coge una fórmula muy de película, muy fácil de tragar: veinticuatro horas, un misterio que resolver, un interés amoroso femenino, y mucha información contada de forma simplita para que termines el libro y te sientas más culto e inteligente. Se nota que va dedicado para la población general de Estados Unidos, la verdad [R: ¿racista yo? Qué va. Soy una bruja de principios asentados en los que excluyo moverme por prejuicios contra una potencia dominante y que en breves parece que vaya a caer bajo las manos de un loco que podría hacer estallar la Tercera Guerra Mundial] [L: O peor aún, expulsados] [G: ¿Vais a llevarme ya a Rumanía o no?]. Aun así, los temas son fáciles de digerir: conspiraciones, la Iglesia siendo mala, el Opus Dei siendo malísimo, y un pobre estadounidense metido en medio de estos titanes [L: ¡No me lo veía venir!].
En el fondo, es Indiana Jones, pero ya trataremos esto más adelante. El Código Da Vinci es una secuela de La Fortaleza Digital, con un mismo protagonista, Robert Langdon, que se ve metido sin querer en una conspiración para obtener el Santo Grial.
Pues esto es lo que hacen en el libro, básicamente |
La historia transcurre en veinticuatro horas, por lo que es difícil dividirla en partes ya que todo está muy solapado. Escrita en tercera persona, cambia de puntos de vista según el autor quiera contarnos lo que hace uno u otro personaje y, la verdad, la mayoría sobra pero no deja de ser una lectura ligera. Básicamente, como dice la sinopsis, se van dejando una serie de claves, pistas y mapas a Robert Langdon y su compañera Sophie para encontrar a los asesinos del abuelo de esta, Jacques Saunière, que, en principio, los va guiando a revelar el misterio de la familia de Sophie, chan chan.
En principio, quitando el racismo, es un libro inofensivo y que trata —os adelanto que mal— temas feministas —bueno, en realidad no es lo feminista, sino la femineidad— y simplifica una barbaridad el machismo, la represión cultural de la mujer y aboga, en principio, por el enaltecimiento de la misma como hacían los paganos. Para cualquiera que no sepa de estos temas seguramente será una revelación siempre que aprenda a distinguir lo que es ficción —como el Priorato de Sión— de lo que no, como ciertos datos históricos de Jesús. La lectura es ligera, un poco demasiado explicativa y trata al lector en ocasiones de tonto —o directamente notas que el autor tiene miedo de no haberse explicado bien— y yo al menos no podía dejar de sonreír al ver las explicaciones que parecían sacadas y simplificadas de un manual para demostrar lo mucho que sabe y ha estudiado del tema… Leyendo alguna cosa general, aunque tampoco voy a decir que ciertos temas o ideas no fueran interesantes.
La película te lo grita a la cara constantemente |
Hay cierta inocencia ignorante detrás de los mensajes que se lanzan y también una personalidad conservadora y en parte machista aunque la intención sea hacer una buena obra a favor de las mujeres, pero también una pereza importante a la hora de tratar los temas de la obra o los propios personajes.
Nunca dejaré de reírme al pensar que a don Brown se le ocurrió que sería lógico crear a un profesor de historia del arte que no sabe hablar nada excepto inglés. Me pregunto cómo diantres accedió a la información de culturas del Próximo Oriente o de toda Europa con tan parcos conocimientos, la verdad [L: Todo el mundo sabe que la gente primero escribe en inglés y luego, si hay tiempo, en su lengua].
Para ser sincera: os recomiendo la película [L: ¡Blasfema! Es broma. Hay películas mejor contadas que libros y viceversa. Como Narnia] [G: Como la Niebla]. La vi poco después de releer el libro porque la música era de Hans Zimmer y, por Medea, tratan muchísimo mejor el tema de Jesús, María Magdalena y la Iglesia. Sigue teniendo problemas argumentales y de maniqueísmo, pero si queréis saber de qué va el Código, ved la película y lloriquead con la música del Maestro Zimmer.
La película merece la pena ya solo por el final: aplausos a esta escena y a la música |
Comienza con Robert Langdon, un historiador del arte que ha acudido a París para dar una conferencia. La policía francesa lo despierta a medianoche y lo lleva hasta el museo del Louvre, donde ha sido asesinado un reputado conservador y erudito de la simbología religiosa, Jacques Saunière, con el que iba a reunirse en una cita privada. Gracias a los conocimientos de Langdon, se descubre que Saunière dejó un mensaje codificado con obras de arte —murió, por ejemplo, en la postura del Hombre de Vitrubio— y, por una serie de mensajes criptográficos en clave, la nieta del asesinado, la criptógrafa Sophie Neveu, se pone en contacto con Langdon. Resulta ser que es el principal sospechoso de asesinato y que la policía, con el capitán Bezu Fache, están intentando que se desenmascare a sí mismo revelando algo que no debería saber. Langdon quiere entregarse para que se investigue pero Sophie se niega y lo obliga a huir con ella.
Poco a poco, se va entrando en el nudo: al no poder ir a la embajada estadounidense, rodeada por la policía, Sophie y Langdon se resignan a ir descifrando los códigos que les ha dejado el abuelo de Sophie, a modo de búsqueda del tesoro, para averiguar quién lo ha asesinado. Averiguan que Saunière era el último Gran Maestre del Priorato de Sión, que se ha perpetuado en el tiempo para guardar los restos de María Magdalena, a la que se considera el verdadero Grial y madre de la descendencia de Cristo. Langdon no conocía personalmente a Saunière pero su próxima obra sobre la simbología femenina en la religión fue enviada por su editor al Gran Maestre, quien, como se descubre más tarde, había recibido amenazas y además había visto cómo otros cuatro Maestres del Priorato eran asesinados uno tras otro.
Imaginando que él sería el siguiente, trató de ponerse en contacto con Sophie, tras más de diez años de incomunicación, para informarla de que estaba en peligro. No llegó a tiempo, pues Sophie lo ignoraba por haberle visto en una ceremonia pagana, el Hiero Gamos, manteniendo sexo con una mujer. Tras eso, dejó de hablar con él y cortó toda comunicación. De modo que Saunière fue asesinado en el Louvre, pero pudo dejar el mensaje —«P. S. Buscar a Robert Langdon». La policía lo interpretó como una acusación cuando, en realidad, era un mensaje para su Princesa Sophie— y, es de suponer, la hizo acudir a Robert Langdon con la esperanza de que este la ayudara a descifrar los códigos necesarios para alcanzar el Santo Grial.
Tras muchas vueltas, los protagonistas llegan a un banco suizo con una llave que dejó Saunière en el Louvre junto con un código de números que se escribió con tinta de invisibilidad. Como se acerca la policía, escapan del banco con la colaboración del director del banco, que no quiere que encuentren a gente acusada de asesinato en su edificio. Obtienen así una caja que contiene un criptex, un invento de Leonardo da Vinci en forma de cilindro para ocultar mensajes, que solo se puede abrir con una clave concreta y que si se rompe libera un vinagre que destruye el papiro del mensaje.
Deciden reunirse con el mayor experto en el Grial, Sir Leigh Teabing, quien les ayuda a abrir los criptex donde se contienen más mapas y pruebas que superar y es entonces cuando son atacados por un asesino albino del Opus Dei, Silas, a las órdenes del obispo Manuel Aringarosa.
El famoso criptex |
Estos dos personajes ya han aparecido con antelación, en pequeños capítulos; los de Aringarosa se limitan a hablarnos de un tal Maestro que ha organizado toda la caza del Grial para impedir que salga a la luz y Silas es el asesino de todos los Maestres y que ha seguido una pista falsa hasta donde supuestamente se ocultaba el Grial. Al final consiguen encontrar a Robert Langdon, acusado del asesinato de Saunière. Silas pretende satisfacer al obispo, que es una figura paternal para él, y Aringarosa quiere el Grial para chantajear a la Iglesia y salvar al Opus Dei pues el Vaticano pretende cortar los lazos con la orden.
A pesar de lo imprevisto del ataque, los protagonistas consiguen neutralizar a Silas y llevárselo en un jet privado hacia Inglaterra, donde sospechan que los quiere dirigir código que han encontrado en el criptex. Tras equivocarse de lugar y descubrir que el mayordomo de Teabing ha sido contratado por el Opus Dei, los protagonistas pierden a Sir Leigh y tienen que buscar respuestas por su cuenta.
Casi por casualidad consiguen llegar a donde les lleva el último criptex, al King’s College, donde el Maestro, que no ha conseguido averiguar dónde se encuentra el Grial, resulta ser nada menos que sir Teabing. Donde parecía que había una trama de la Iglesia y del Opus Dei para controlar el Grial, en realidad era sir Teabing, obsesionado con revelar la verdad del Grial al mundo —convencido de que el Priorato había roto el pacto de que, al final de la Era de Piscis, la del misterio, comenzaría la de Acuario, la de la revelación y el Priorato contaría al mundo el secreto del Grial—, motivo por el cual asesinó a los guardianes del Grial y, así mismo, al último Gran Maestre.
Aprovechando que es un hombre que necesita moverse con muletas, Langdon consigue que tire su pistola lanzando el criptex al aire para que lo coja al vuelo cuando ya había sacado el mapa del interior. Sir Teabing es capturado por la policía, a quienes había acudido Aringarosa al comprender que estaba siendo utilizado —además, el obispo recibió un disparo de Silas, que lo confundió con la policía—. Mientras que Aringarosa sobrevive, Silas muere tras desangrarse por un disparo de la policía.
En el desenlace, Langdon y Sophie alcanzan la Capilla Rosslyn, donde se encuentran a la abuela y al hermano de Sophie y confirman que son los últimos descendientes de Jesús y María Magdalena, por lo que Sunière y su esposa decidieron fingir la muerte de esta y el hijo menor de la familia para mantenerse a salvo tras la muerte de los padres de Sophie, temiendo que no hubiera sido un accidente. Luego la abuela de Sophie declara que no hay que revelar la verdad del Grial (que Jesús era una persona normal y que hubo descendencia por línea femenina), pues la gente por fin está empezando a aceptar a la mitad femenina de la humanidad y el Misterio del Grial destruiría la fe de demasiada gente.
Sophie y Langdon prometen volver a verse —y empezar, probablemente, una relación sentimental [G: ¿QUÉ PASÓ CON VITTORIA, LANGDOM? SIEMPRE HACES LO MISMO]— y Langdon finaliza la historia averigua dónde ha estado todo aquel tiempo el Grial: en el Louvre, rodeado de obras de arte, protegido bajo la atenta mirada del Gran Maestre. Se arrodilla ante los restos y rinde culto a la divinidad femenina.
Los personajes no son la mejor parte de esta historia aunque lo cierto es que tampoco pretenden serlo. Son planos, simples, ven el mundo en blanco y negro e, irónicamente, solo los secundarios son capaces de presentar cierta complejidad.
—Robert Langdon.
Un evidente álter ego del autor, al que se compara con Harrison Ford —y, por tanto, con Indiana Jones— de edad un poco indeterminada y dedicado al estudio del arte en vez de al expolio de ruinas, menos arrogante y más pasivo que su actor de referencia. Yo me moría de risa al leer una proyección tan descarada, pero es cosa mía, claro.
Su presencia está muy traída por los pelos en la novela, ya que no sólo resulta incoherente que la policía recurra a él en busca de ayuda o que no se lo encierre de inmediato si es un sospechoso, sino porque no busca en sí el Grial y lo tienen que arrastrar al complot de la trama, con el que no tiene verdadera relación. Su interés es meramente académico y Saunière sólo lo mencionó por una inspiración al pensar que podría ayudar a Sophie a encontrar a su familia una vez él muriera. Se podría decir que es un elemento completamente externo y hasta innecesario; los puzzles que debe resolver estúpidamente son muy sencillos, rebajados al nivel de un público que no conoce demasiado de arte, y sus acciones tampoco son decisivas.
La gota que colma el vaso llega cuando se demuestra que no tiene ni idea de otro idioma que no sea inglés. ¿Cómo ha podido estudiar tantas culturas antiguas, señor, si no sabe idiomas?
Por otra parte, Langdon cumple su objetivo: pretende explicar todo al lector para darle una sensación de que sale del libro sabiendo bastante más que cuando entró; es el guía constante, aparte de sir Leigh Teabing, y también, al no tener más que algunas características personales como la claustrofobia, es fácil proyectarse en él.
No es un buen personaje, ni tampoco es complejo, ni mucho menos hace algo relevante excepto recordarnos que al final el interés personal no debe prevalecer.
Pero tiene un reloj de Micky Mouse. Eso es estúpidamente mono. |
La co-protagonista. Inteligente, sana, joven, morena, confiada en sí misma y en profundo contraste con las «rubias desamparadas y tontitas» de acuerdo al libro. Gracias don Brown [L: ¿A Langdon no se le contrapone con rubios desamparados y tontitos?].
Su importancia no hace más que disminuir desde el momento en que saca a Robert Langdon del Louvre y su falta de conocimientos del Grial la deja supeditada al papel de sidekick que sigue a Langdon y luego a Teabing; en escasas ocasiones puede demostrar su habilidad de criptógrafa, excepto con algún truco infantil —que hasta un niño puede reconocer una frase escrita al revés— y acompañando a Langdon al peligro.
Se supone que es la representación de la mujer feminista e independiente y, en más de una ocasión, la narración deja claro que Sophie es la mujer fuerte y Langdon el hombre que no sabe conducir bien o que no tiene la misma iniciativa. Es cierto, pero Sophie queda como un personaje tremendamente plano y muy arcaico, además de terriblemente pasivo desde el momento en que la huida se termina y deben sentarse a pensar.
Sophie lleva peleada con su abuelo más de diez años porque lo vio en una ceremonia ritual-sexual, el Hiero Gamos, y sus miedos o ascos me resultan bastante absurdos después de que haya pasado tanto tiempo y se haya convertido en una mujer adulta que, en principio, no demuestra tener una personalidad ultra-católica—ya que no se indigna ante el tema de María Magdalena como esposa de Jesús ni tampoco con el tema del Grial—. Al contrario, su presentación confiando en las palabras de su abuelo frente a todas las pruebas incriminatorias que hay sobre Langdon la hacen parecer más una mujer de mente abierta e incisiva, más siendo criptógrafa y dispuesta a desentrañar misterios.
A partir de momento en que Robert Langdon decide ir a buscar a sir Leigh Teabing, el papel de Sophie se intercambia por el del protagonista en el sentido de que pasa a ser ella el personaje en el que debemos proyectarnos; no comprende nada y debe hacer preguntas de forma constante, pasando de ser la líder e interesada en resolver el asesinato de su abuelo a una alumna ante dos hombres, uno joven que, en la última página termina, por tópico, atrayendo su interés sentimental —convirtiéndola en un interés romántico como las mujeres de Indiana Jones, que finalmente reciben el beso que el público aguarda, solo que en este libro apenas ha transcurrido un día desde que se conocieron y no hay ni tensión sentimental ni, tampoco, sexual—, y otro maduro que es un traidor pero que deben guiarla de la mano hacia su familia.
Es irónico que esta historia gire tanto acerca del feminismo y la divinidad femenina pero se recalque tanto el hecho de que la mujer, más que algo activo, es un transmisor, un recipiente —como no se deja de señalar al relacionar el Grial con una copa, un triángulo invertido y demás símbolos que recuerdan al útero— y eso es lo que acaba siendo Sophie, pasiva, sin iniciativa, aprendiendo pero incapaz de hacer uso de sus conocimientos. Sophie es la única mujer en un mundo de hombres, sólo tiene una conversación con una mujer y es el objeto que debe ser protegido por contener la sangre de Cristo.
Al final, no tiene desarrollo, ya que el drama con su abuelo está muy soterrado, no recuerda a la familia que perdió así que tampoco se le da demasiada importancia en la narración y, como nunca termina de entender a las fuerzas que se está enfrentando o por qué el Grial es tan importante, el conflicto que gira a su alrededor no tiene demasiada fuerza. Es, como se ha comentado, un objeto que debe dejarse a salvo y, a partir de la segunda mitad, debe ser protegido y mantenido a salvo aunque sea contra su voluntad.
—Leigh Teabing.
¿Esa cara de malo se podría considerar spoiler…? |
El Maestro Oscuro como contraste con el Maestre del Grial. Todo en él es una demostración de algo «malo»: es un anciano sin familia, frente a Saunière que lo dio todo por proteger a su nieta —y en la historia es muy importante el tema de la descendencia, que tanto se insiste con María Magdalena—; es anciano frente a la juventud de los protagonistas; está tullido, es un erudito que usa con intenciones egoístas sus conocimientos frente a los Caballeros luminosos del Priorato de Sión, que emplean su saber, en teoría, para el bien. Luego comparte algunas características con Saunière ya que, al igual que él, engaña por una causa mayor, si bien podría decirse que Teabing engaña mientras que Saunière no cuenta algunas cosas.
Es, por otra parte, el único personaje con un discurso propio gracias a sus excentricidades, que permiten que sus diálogos se distingan con claridad sin necesidad de una acotación tras la raya que nos diga quién está hablando. Se podría decir que es el personaje más hondo ya que se le ve que no quiere hacer daño a las personas que aprecia, como Langdon o su mayordomo, pero que es capaz de manipular y asesinar a sangre fría; cree en la femineidad y es un experto en ella, pero su interés se ha transformado en obsesión y en megalomanía pues se cree en posición de decidir por el resto del mundo. Por otra parte, cumple bien su papel como intrigante y motor de la historia ya que todo sucede por él: mató a Saunière, enredó al Opus Dei, dio instrucciones a los protagonistas y, finalmente, asesinó a otros personajes y ayudó a que se encontrara el Grial.
Sin duda, sería el personaje más interesante si se hubiera tratado bien pero que se deja como un anciano demasiado pagado de sí mismo y es juzgado como negativo por la narración, a pesar de que sus motivaciones podrían considerarse positivas (aunque extremistas): descubrir la red de mentiras de la Iglesia. Nunca se nos llega a explicar bien su historia.
—Otros.
A pesar de que Silas, el asesino del Opus Dei, aparece continuamente y se nos cuenta su pasado, es un personaje plano y fanático que obedece ciegamente las órdenes del obispo Aringarosa. No quiere matar pero lo hace en ataques de rabia o desesperación y la culpabilidad que siente después no va tan dirigida a haber matado como a haber cometido un error en el gran Plan. Su historia se cuenta para explicar su personalidad pero no profundiza en los traumas ni tampoco se le da una oportunidad de redención o de evolucionar. Además, su descripción como albino está… completamente equivocada ya que alguien con ojos rojos no podría ser un buen asesino por su pobre vista. Lo único interesante sobre este personaje es que no es un albino malvado, sino que su físico lo llevó a convertirse en alguien cruel por culpa de los demás.
El obispo Aringarosa resulta curioso porque es un personaje bastante puro, que cree en todo lo que hace como un bien mayor y exige que no haya muertes así que, más allá de sus creencias ultracatólicas o del desprecio que siente por la Iglesia, se podría considerar que es un extremista bien intencionado pero poco más. A excepción de su final, donde debe asumir la culpa de sus actos con cierta tristeza, apenas sí tiene un carácter definido. También es un personaje un poco cliché al tener nacionalidad española y ser un ultra-católico [L: Olé].
Bien, ahora que os he hecho un resumen super detallado, hablemos un poquito de los temas, ya que no tiene sentido hablar del mundo en sí, que me parecen muy ricos e interesantes:
La femineidad como igual (o superior, dependiendo del capítulo) a lo masculino, con una clara crítica a su persecución por las instituciones machistas. No es un tema original pero sí refrescante que… podría haber estado mejor tratado: los personajes afirman una y otra vez que María Magdalena —también llamada la diosa femenina— está por todos lados, en símbolos, en dibujos, en historias y demás formas subconscientes de la Humanidad pero el libro termina defendiendo que el Grial no tiene que ser descubierto porque la gente ya está aprendiendo a ver lo femenino después de dos mil años, por lo que… el nudo de la historia pasa a ser bastante inconsistente.
Llama bastante la atención que todo lo femenino sea pasivo: de acuerdo al texto, antes de la Cristiandad las sociedades paganas adoraban a diosas y, por tanto, eran más pacíficas, lo cual es un error hasta cierto punto comprensible dentro del mensaje de defensa de lo femenino que lanza el autor.
Con esto, don Dan Brown demuestra un desconocimiento histórico y antropológico flagrante del machismo —que se simplifica achacando su institucionalización a la Iglesia cristiana— al ser asociado más con la religión que con estructuras económicas, sociales o los problemas de poder y cultura. Por lo menos logra su objetivo, que es recordarnos que hay sociedades que ocultan todo lo positivo que haya en torno a lo femenino. Aun así, la representación está demasiado limitada a lo que dicen los personajes y el autor y no a los hechos, que resultan un poquito bastante incoherentes.
Mi reacción con el libro y la película |
Por ejemplo, en la historia apenas sí aparecen dos mujeres: Sophie y una bibliotecaria. Se podría incluir a la abuela de Sophie, que es la única mujer con verdadero poder en la novela, pero hace su entrada demasiado tarde y no aporta nada a la novela excepto dar respuestas sobre la familia de Sophie. María Magdalena es otra figura femenina que late por todos lados y en la cual se juntan todas las diosas de otras culturas occidentales [R: ¿el motivo? Errr… Ni idea. Sobre todo porque don Brown defiende la teoría de que Jesús era un hombre corriente y no Dios en sí, es decir, el cristianismo judaizante más antiguo. Pero afirma que se casó con una diosa. Ajá, yo tampoco lo entiendo] y de Próximo Oriente pero sólo aparece como personaje pasivo, a pesar de la afirmación de que fue la verdadera cabeza de la Iglesia, ya que su historia más allá de ser esposa de Jesús, madre de su descendencia o huesos de reliquia nunca cobra importancia ni se cuenta.
Al no poner a mujeres en posiciones de poder más allá de ser figuras de adoración por constituirse en recipientes que continúan la sangre de Jesús, el mensaje se tuerce para cualquiera que sepa ver algo más que los torrentes de información, en ocasiones confusos, que deja caer la novela.
Otro tema sería el interés personal y egoísta frente al altruismo puro. Sí, sí, esperad y dejad que termine: es un tema muy manido y maniqueísta pero, cuando se trata bien y no con simpleza, puede resultar interesante.
Adivinad. El libro lo hace «mal», de una forma muy poco original, creando un bando muy blanco (los que protegen el Grial) y otro muy negro (la Iglesia y el Opus Dei, que buscan destruir u ocultar el Grial). Los contrastes son abrumadores: frente a una orden oculta que aprecia el sexo como acto divino, que da poder a las mujeres y que es en principio benéfico y, para resaltarlo, estuvo liderado por figuras históricas respetadas como Leonardo Da Vinci, tenemos a la Iglesia oscura y machista —aunque ahora intenta regenerarse— y al insalvable Opus Dei que hasta recurre a chantajes y asesinatos para usar el Grial contra la Iglesia y recuperar su prestigio, con personajes más allá de la salvación como Silas, un fanático que se inflige daño corporal por su propia voluntad.
Hacia el final esto presenta un giro más fresco cuando se revela que la Iglesia no tenía nada que ver con el asesinato de Saunière, que el Opus Dei estaba siendo manipulado —aunque eso no lo exime de sus pecados— y que el anciano que parecía el Maestro de los protagonistas es el verdadero traidor.
Irónicamente, aparte de desbaratar la gran conspiración, todo se reduce a alguien que quiere que el Grial y, por tanto, la verdad de la diosa femenina, se den a conocer de forma mundial pero que lo hace por motivos de fanatismo, egocentristas y se ha ensuciado las manos. Por lo tanto, el autor lo castiga a nunca saber dónde está el Grial y deja claro que su actitud es la incorrecta. Así don Brown tiene la excusa perfecta para no arriesgarse a una verdadera revolución religiosa y política, que sería lo lógico tras repetir machaconamente el tema sobre la persecución de lo femenino, y opta el Misterio y el Secreto —tan clichés en su relación con la mujer— en la línea de Langdon, que no quiere destrozar las creencias machistas de la sociedad ni hacer tambalear la religión de nadie.
Al final no hay grises, no hay posibilidad de que otras personas opinen. Quienes quieren revelar el Grial lo hacen por egoísmo, ansias de fama o fanatismo; quienes guardan su secreto, lo hacen por altruismo, por no alterar un equilibrio a millones de personas. La respuesta es clara, maniquea e incoherente con el tema del libro. En sí, es el mensaje simple y conservador de siempre. Las mujeres, al final, permanecen en la sombra.
Por último, me gustaría señalar que las críticas a la Iglesia, el machismo (representado por el Opus Dei) y a la policía francesa son muy evidentes y descaradas, ya que el texto no deja que las acciones hablen por sí mismas sino que la narración te lo cuenta: la policía francesa es dura e incompetente —aunque se redime por fidelidad y capacidad de reconocer errores al final—, el Opus Dei es una organización fanática radical y la Iglesia es una enorme conspiradora a nivel mundial, aunque solo la del pasado: con el Papa del libro, la Iglesia se ha vuelto abierta y benéfica y lo demuestra deshaciéndose del Opus Dei, representante de los fanáticos y del machismo.
Ya… Maniqueísmo, en fin.
Es un libro bastante infantil, con sus puntos interesantes, buena voluntad pero poca investigación y malas decisiones que contradicen su mensaje. Pero oye, te puedes entretener con él. Desde luego es mejor que muchas otras cosas que están saliendo hoy en día.
LO MEJOR... que conciencia sobre el matriarcado, el ataque a lo femenino en todas las culturas y la necesidad de recuperar ese pasado borrado. ¿Los datos artísticos para que termines el libro sintiéndote algo más culto?
LO PEOR... el racismo, los clichés, la ausencia de personajes femeninos interesante (y de personajes en sí bien trabajados), y la resolución final.
(Todas las imágenes pertenecen a sus respectivos dueños)
Otras reseñas:
No me llegue a leer el Código da Vinci entero porque Langdon me pareció un personaje demasiado Mary Sue, y el libro tenia una cantidad de explicaciones que ocasiones lo hacia muy lento, y según lo que dices no fue una mala decisión.
ResponderEliminarEl señor Brown se queja del machismo siendo machista. Porque ocultar la influencia de la mujer en la historia es machista, y mas alegando que como cada día a menos machismo pues que no lo necesitan. Ademas, que todo el hecho de poner a la mujer como pacifica y albergadora de vida también es un concepto retrogrado. Hay veces en que la gente se cree que por decir que la mujeres son buenas y bellas no son machistas pero si lo son porque estereotipas en vez de tratar como igual.
Si le doy una oportunidad a la saga sera a la película de Inferno que Angeles y Demonios me gusto (aunque puede que haya sido Ewan Mcgregor)
Saludos
¡Buenas!
EliminarLangdon es un Gary Stu del copón pero al menos diré que es tan... poco útil que tampoco importa demasiado xD. Vamos, no es como otros personajes que te lo restriegan de forma constante por la cara. Pero no, no te has perdido nada. Eso sí, la película, sin ser una maravilla, mola por el final (como no dejaré de repetir).
Yep, el libro es machista, aunque creo que no es intencionado. Normalmente diría que esto es malo (bastante malo) pero es que no sé, leía y leía y aparte de ignorancia veía una relativa buena intención al no incluir sexo ni escenas fanservice creo que le "perdono" mejor que a otros autores machistas. La idea que defiende Langdon está relativamene extendida entre los círculos menos profesionales (acerca del matriarcado y tal) y sí, es una idea retrógrada pero tiene cierta base cultural así que Langdon se limita a repetir lo que dicen muchos círculos (que probablemente estén equivocados), sip, de eso no hay duda.
La verdad es que no he visto Inferno así que no puedo recomendártela. A mí también me gustó Ángeles y Demonios (aaaaah, la escena de la explosión es maravillosa), con la banda sonora y algunos momentos realmente impactantes <3. Vamos, son películas para ver de fondo, no hace falta dedicarles mucha atención.
¡Muchas gracias por comentar!
Atte. Rika.
P.D.: nos hemos enterado de que el autor va a hacer una versión YA del Código. ¿Cómo te quedas?
Coincido mucho contigo. Los libros de Dan Brown siempre me han parecido a la literatura lo que las películas de los Domingos por la tarde al cine: sabes que son de serie B para abajo, pero para pasar un rato entretenido y despejarte están bien.
ResponderEliminarLeí el libro hace la tira de años, creo que justo cuando salió la película, así que entonces no noté el machismo benevolente. Seguramente ahora lo criticaría. Que sí, que lo hace con buena intención, pero al final sigue tirando de tópicos machistas: que si las mujeres son más pacíficas y los hombres más violentos por naturaleza, que si la maternidad es la característica fundamental de las mujeres y lo que las hace especiales... Mira, no. Está muy bien que quieras luchar contra el machismo, Brown, pero informate y deconstrúyete antes.
Curioso que compares a Langdon con Indiana Jones, yo siempre lo había visto como un James Bond descafeinado: personaje plano que salva el mundo y se liga a la chica guapa de turno cada dos por tres. Sólo que para no hacerlo tan cantoso y que no se notara su garystuismo lo hacen menos decidido y más pacífico, pero no cuela y se sigue notando que es un Gary Stu.
Además que estoy muy de acuerdo en que lo de no sacarlo todo a la luz al final por motivos peregrinos es una cagada. Para ser historiador le importa un pito esclarecer la historia, ya que ¿qué pasaría si ahora surgieran pruebas de que Jesús era humano? Pues lo mismo que cuando se empezó a dudar de su existencia histórica: no provocaría ningún quiebro de fe porque los no creyentes se reafirmarían y la Iglesia y los creyentes lo negarían y punto. Es absurdo creer que por algo así la Iglesia perdería todo su poder y se acabaría la cristiandad de golpe, por lo que tanto las motivaciones de Langdon como las del cardenal son bastante absurdas. Ahí me recordó un poco a Mikael Blomkvist, mucho soy un buen hombre que busca la verdad y la justicia, pero luego me callo unos asesinatos en serie para proteger a la familia rica y nazi del asesino y que le vayan dando a las víctimas y sus familias, que nunca podrán saber qué pasó ni reclamar nada. Muy coherente todo.
Y también me alegro de no haber sido la única que notó que la separación de Sophie y su abuelo es una reverenda estupidez. A ver, chiquilla, que lo has pillado teniendo sexo con mascaras y gente mirado, no violando a niños y luego arrancándoles las entrañas para beberse su sangre. Lo lógico hubiera sido pensar que le van los juegos sexuales no convencionales y que se quedara en algo incómodo/raro, no largarse de casa y no volver a ver en la vida ni contestar siguiera las cartas y llamadas del hombre que te crió y es tu única familia. ¿¡Qué clase de reacción estúpida y desproporcionada es esa?! Sin contar que luego con una mini conversación con Langdon en el que este le explica lo que estaba pasando lo entiende y se siente culpable por haber sido tan tonta, no si retrasada eres, por ejemplo por no habersete ocurrido investigar por tu cuenta en 10 años.
En fin, ya me callo. Un último consejo que espero que no te tomes a mal, sobre todo porque es incongruente después del rollo que ha metido. Ya que dijiste una vez en twitter que tus entradas se hacían pesadas recomendaría que no reprodujeras toda la trama de forma tan minuciosa. Mejor intenta criticarla por absurda o resaltar sus defectos o virtudes o comentarla, algo. Es que si no queda en plan resumen seco que si te has leído el libro no te aporta. Espero no ofenderte.
Primero de todo: no me ofendes ni nada, al contrario, te agradezco mucho el consejo xD. Reconozco que en este caso he reciclado una ficha más seria que hice para un curso así que no me extraña lo que dices, fui demasiado vaga para intentar hacerla más entretenida (pero me gustaría saber si es una crítica que extenderías al resto de reseñas, mías o de las otras dos señoritas, aunque sé que yo soy la más densa, si no te importa~).
EliminarSé que, como dices, el machismo benevolente es un comportamiento terrible pero supongo que esperaba algo peor... Y que la ausencia de escenas de sexo o porno han hecho que me ponga menos a la defensiva porque tampoco esperaba nada del libro. Luego ese argumento desaparece con otro de los libros, no recuerdo cuál, peo bueno.
¡Si te fijas, Indiana Jones y James Bond coinciden en lo que comentas! Lo que pasa es que el autor insiste en todos los libros en que Langdon se parece mucho a Harrison Ford, y, bueno, ambos son saqueadores de obras de arte a su manera así que me parece una comparación posible por mucho que me haga reír a carcajadas. Aun así, veo también lógica la comparación con James Bond. ¡En cualquiera de los dos casos no les llega ni a la suela de los zapatos: ni en machismo, ni en atractivo, ni en inteligencia! ¡Buen trabajo Brown! (?)
Sobre la Iglesia, es lo que dices (y dios mío no recordaba eso de Los hombres que no amaban a las mujeres, god). Constantemente se han hecho descubrimientos que deberían haber hecho tambalear la fe de muchísima gente (solo hay que ver las contradicciones flagrantes de los Evangelios, sin necesidad de ir a por descubrimientos recientes xD) y no han cambiado muchas cosas. En todo caso habría servido para hacerle un "JA" a la Iglesia, porque Jesús era judío y lo normal es que a su edad estuviera casado porque era lo obligatorio en su sociedad y habría permitido que las mujeres pudieran tomar un argumento más para criticar el machismo de la Iglesia. Wow, qué horror.
Y por Dios, sí, lo de Sophie no tiene nombre. Es algo que me he esforzado por ignorar durante todo el libro. Simplemente era absurdo. No sé qué se fumó el autor (o el editor) para pensar que algo así era creíble. Si hubiera sido una ultracatólica y todo pero no es el caso...
¡Muchísimas gracias por el comentario tan extenso y por el consejo <3!
Atte. Rika~
Cierto, si lo pienso realmente James Bond, Indiana Jones y Robert Langdon son el mismo prototipo de personaje: encarnan la fantasía masculina de ser un héroe que vence al mal y se liga a todas la chicas. Pero como eso es algo bastante machista supongo que Brown quiso descafeinarlo y al final le ha quedado más o menos lo mismo, pero peor hecho.
EliminarY sí, lo de Sophie igual si fuera ultracatólica como dices podría haber tenido un pase, pero tal como lo plantean es efectivamente para preguntarle al autor qué se fumó para creer que quedaba bien.
Uf, XD. Pues me siento bastante hipócrita juzgándoos y dándoos opiniones y/o consejos sobre vuestras entradas porque las miás (y comentarios) siempre son kilométricas, muy explicativas y tirando a insulsas. Pero vale, aunque sea ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el mío voy a tratar de daros una opinión general bienintencionada y alguna recomendación. Para hacerlo bien he leído tres entradas al azar de cada una para comparar. Aquí van mis apreciaciones y consejos, pero, como digo, tampoco me hagáis mucho caso que es una opinión subjetiva y encima no soy quien para hablar.
Rika: Creo que tu punto flaco es que a veces te haces redundante. Es probable que de ahí que te digan lo de la densidad. Te haces entender muy bien, pero dices algo, como por ejemplo que la psinopsis miente porque en el libro no sale nada de eso, y luego lo vuelves a repetir un poco más adelante para decir que la situación en realidad es de X manera, y también para explicar que pasa aquesto, o que el prota en realidad aquello.
Puede que te sirviera para “corregirlo” que al plantear el borrador de la entrada anotaras los temas que quieres criticar para sólo mencionarlos una vez cada uno. Por ejemplo, si quieres comentar lo absurdo que es el libro seleccionas los momentos mas estúpidos de la trama, los agrupas y los ejemplificas riéndote de ellos. Y ya no vuelves a repetir que la trama es ridícula.
Si vas a analizar toda la trama, puedes irla comentando de modo crítico, paródico o gracioso; la verdad es que vuestros comentarios entre corchetes son geniales. Así creo que harías la entrada más “ligera” y ágil porque, aunque normalmente no resumes la trama con tanta minuciosidad, entiendo que igual a algunas personas se les pueda hacer un poco pesado ya que si están en la zona de spoiler es que han leído el libro y saben lo que pasa o que no lo van a leer y entonces no les importa tanto, creo.
(continua)
(continuación)
EliminarLyra: Creo que eres la que mejor salta de un tema a otro, lo que da a tus reseñas continuidad, pero creo que también eres la que más se atasca en cada tema. Como que empiezas a hablar de él e insistes mucho rato tratado de dejar meridianamente claro hasta el mas mínimo detalle, quizá sería mejor ir más al grano y ser más concisa para no llegar a hacerte pesada, para lo que te podría servir el consejo de planificar el borrador como le he dicho a Rika. Además pareciera que te cuesta un poco arrancar y entrar en materia, o al menos esa es mi sensación.
También eres la que menos acotaciones y comentarios divertidos hace, lo que me da la sensación de que tus reseñas son las más serias. Yo recomendaría más humor para no darle a tus reseñas un toque tan serio porque si no quedan muy académicas. Quedaría mejor si fueran mas humorísticas ya que si son largas como que tienes que dar alicientes y hacerlas entretenidas para asegurarte de mantener la atención de los lectores o creas el efecto “apuntes de clase”, que incita a pensar en las musarañas porque parece que estás leyendo por obligación y no por devoción.
Green: Te veo la mas caótica. Tus reseñas se me hacen las más animadas, pero también liosas. A veces empiezas con un tema, pero luego te pasas a otro, pero luego retomas el anterior, pero luego pasas a otra idea relacionada con el primer tema que no habías dicho entonces, uff. Puede llegar a hacerse confuso. Parece que quisieras decir muchas cosas y las soltaras todas de golpe sin mucho orden ni concierto. Quizá una mejor planificación de borrador para ordenar todos los palos que quieres tocar e irlos tratando por partes haría que tus reseñas ganaran en armonía. Además así no se harían redundantes porque pueden llegar a serlo ya que a veces mencionas el mismo tema en varias partes al retomarlo más de una vez.
Y, ¡eso es todo! *Selenita huye haciendo la croqueta mientras esquiva pociones, hechizos feéricos y fuego draconiano*
¡Hola!
EliminarLas tres hemos tomado nota (aunque me toca contestar por el otro par porque es mi entrada, tampoco voy a hablar en su nombre así que la respuesta es más bien breve, espero que no quede seca...) y te damos las gracias por habernos resaltado nuestros errores y virtudes, ¡siempre es muy útil! Yo en particular te agradezco la crítica porque no sabía que era tan redundante (un poco sí pero forma parte de mi personalidad (?))y es algo que, desde luego, tengo que corregir cuanto antes. Y no huyas, ¡si te podemos invitar a beber algo! ¡Tengo el caldero preparado! Aunque no sé si será apto para humanas corrientes... Ya sabes, viviendo con estas dos una se acostumbra a sus gustos extraños. Como a que todo tenga mucha sangre o mucho polvo (?) 83
Atte. Rika.
P.D.: si en algún momento nos atrevemos, te devolveremos el favor siempre y cuando no moleste e intentaremos ser constructivas, que no hay nada peor que una crítica destructiva xD. Si alguna vez la hacemos, traed a los cazadores de brujas/dragones/hadas y demases~
Dios, este libro me lo leí con 15/16 años. Era mi último año en el colegio de monjas y fue como una revelación divina XDDDDDDDD En verdad el libro es la mierda, pero cuando estás metida en esos mundos religiosas, mierdas así te abren los ojos y te llevan a otros libros mejor escritos y que tratan mejor el tema. Pobre la monja de Religión que nos tuvo que sufrir durante todo el año XDDDD
ResponderEliminar¡Por favor, me lo imagino sin problemas! La verdad es que, como libro introductorio, aunque tenga muchos errores, es simpático. Pasa como con las películas Disney que hacen una argumento muy distinto de la historia original pero te entra curiosidad por ver el verdadero material y dices «¡aaaaaaah!». Sin duda, pobre monja xDDDD. Aunque, como buena bruja que soy, me habría encantado ver sus caras cuando le sacabais los argumentos del Código (o de temas más correctos) 8D.
EliminarAtte. Rika~
Recuerdo haber leído este libro en 2º de la ESO....leer que Dan Brown quiere reescribirlo para adolescentes hace que me pregunte muchas cosas xD
ResponderEliminarYo a Dan Brown lo he leído también en Inferno (que es como un folleto turístico de Florencia, vaya), pero volviendo al Código, recuerdo algunas cosas que me crisparon tanto...
Como el hecho de que por Andorra, hasta donde yo sepa, no pasa ningún tren. ¿Cómo llegó Silas entonces a España? ¿Con el Hogwarts Express? Bueno...
Pero lo que más me repateó fue que estuvieran dando la murga con eso de "nooo, si los herederos directos de Jesús y la Magdalena tiene X o Y apellido, y no conocemos a nadieee, uuh ooh" y te cuentan que [spoilers]
los padres de la niña pendona Sophie [ya no spoiler]
esa tenían esos apellidos y se los cambiaron. Porque todos saben que NADIE, NINGUNA SOCIEDAD SECRETA Y PODEROSA, podría rastrear los documentos civiles. Mi DNI está a salvo. ¿En serio? Dan Brown, ¿te quedaban pocas páginas o pocas ideas refritas para inventarte algo? En fin.
Para mí Dan Brown es el autor sandwich de jamón y queso: no arriesga así que es imposible que lo haga mal del todo, lees el libro y ya, pero no te va a cambiar la vida (a no ser que te creas mucho esas historias xD)
No soy una gran conocedora del feminismo, así que no opinaré mucho, aunque sí intentaré leer con toda la atención posible lo que decís, que me parece harto interesante.
¡Un saludo!
A lo mejor Silas usó el Beauxbatons express, porque se supone que los españoles irían a Francia a estudiar, así que me imagino que pasa lo mismo en Andorra (????). El tema de los apellidos es muy de cachondeo, sí, aparte de que es muy difícil mantener un apellido dentro de una misma familia durante dos mil años, pero sí, que se lo cambien de súbito es pensar muy poco la historia.
Eliminar¡Esa definición es muy buena! Casi diría que perfecta para don Brown, aunque considero que su jamón y su queso a menudo están muy, muy secos o muy pasados. Al menos para aquellos más acostumbrados a comer rico y sabroso -es decir, para los detallistas como yo que, por desgracia para Brown, sabemos un poco de historia-. Con todo, son libros entretenidos y pasables, sin más, como comentas.
Nosotras tampoco somos expertas en el feminismo y a menudo tendremos opiniones que no convencerán a todo el mundo, así que si alguna vez quieres comentar o compartir opinión, ¡por favor, hazlo!
Gracias por pasarte por la mazmorra y por dejarnos comentario. ¡Esperamos verte de nuevo por aquí!
Atte. Rika~
De mis libros favoritos de la historia de la vida porque combina mis temáticas top y también porque fue el primer libro "adulto" que leí. El tito Brown es un ídolo en lo suyo, nadie escribe obras de este estilo como él pese a las críticas de los eruditos de turno.
ResponderEliminarSiento estar de parte de los eruditos de turno (para algo he estudiado historia, jeje), aunque considere que es un buen libro de entretenimiento, ¡eso no se lo quito a nadie!
Eliminar¡Gracias por pasarte por la mazmorra!
Atte. Rika~
Sólo te quiero corregir que este libro es la secuela de Ángeles y Demonios, no de La Fortaleza Digital. Que por cierto, a ese libro lo odié profundamente, no sé si porque el prota es aún peor que Langdon, porque me dieron mucha pena/asco la puta, la drogada y todas las chicas que aparecían o porque ya iba condicionada por toda mierda que echaba sobre España.
ResponderEliminarPor lo demás, es una gran entrada y me quedo muy conforme con el análisis. Como ya han dicho, estos libros se leen bien para entretenerte, aunque sepas que son malos y el señor Brown sea el Amo Supremo del infodumping (haber estudiado mucho sobre algo para la novela y NECESITAR que tus lectores lo sepan). Otro fallo que le veo a éste y también a César Malloriquí, y que estarás de acuerdo, es el poder adivinar los misterios demasiado pronto y tener ganas de gritarle al protagonista la maldita solución. Si Agatha Christie decía que nunca se debe dejar que el detective sepa más que el lector, yo digo que al revés tampoco.
Uyyy gracias por el apunte, ahora mismo lo corrijo. Yo no leí el libro porque si ya me indignó cómo trataba a los franceses, no quería saber de qué forma nos pintarían a nosotros (y ya me habían hablado bastante mal del libro así que...)
EliminarY sí, coincido contigo. Es demasiado fácil adelantarse a sus dramas y divertido ver cómo se tiran de los pelos cuando lo tienen todo escrito prácticamente en mayúsculas... Pero bueno, tampoco espero nada de esta clase de libros excepto entretenerme y gritar un poco, así que no pasa nada xD.
¡Un saludo!
Atte. Rika~