Recordatorio

No somos profesionales, simplemente nos gusta leer y tenemos tiempo libre, así que a veces cometemos errores.

domingo, 26 de noviembre de 2017

De feminismo y personajes femeninos (VII): Sociedades hembristas escritas por hombres


¡Bienvenidos a la Mazmorra! Soy Rika y vengo a hablaros, por séptima vez, de personajes femeninos y feminismo en los libros.

En concreto, de una cosa que odio con toda mi alma y son las sociedades «hembristas» de fantasía/ciencia ficción descritas por hombres.

¿Y por qué las escritas por hombres, Rika? Bueno, porque son los que suelen crearlas como un sueño húmedo y me ponen muy mala. Malísima. Tanto como cuando veo las horribles armaduras con tetas o guerreras con los pechos al aire. Lo siento mucho, pero cualquier mujer que tenga los pechos mínimamente grandes sabe que una se las recoge para que no le duelan al correr, montar o hacer cualquier ejercicio, más allá de que el sujetador sea una cosa horrible creada para realzar senos y que gusten al espectador masculino. No pido que las mujeres vayan con sujetador, sino que las que salen al campo de batalla tengan lógica. ¿A cuántos hombres habéis visto desnudos del todo con el elefantito —imaginadlo resoplando y moviendo la trompa ahí de forma intensa— saltando por ahí y diciendo a su enemigo: ¡córtame, CÓRTAME, ME MUEVO, CÓRTAME!

Incluso los atletas griegos que corrían desnudos se recogían con un lacito el elefante para que se estuviera quieto y no molestara. Un poco de lógica, por favor, que todavía no hemos salido de las chicas en top que gritan, como diría Goyo Jimenez, «córtese por aquí, rájese por este lado». En fin, se me va. ¿Por qué estaba hablando de guerreras con las tetas al aire?

….ah sí, sociedades «hembristas» escritas por hombres.

La lucha contra la no-sexualización de las bolas de grasa que son los senos es una muy digna y desde la Mazmorra agitamos una banderita a su favor. Probablemente por eso me resulta terriblemente odioso ver cómo se plantea a las amazonas, valquirias y demases en la imaginación calenturienta de los autores. Ellos son muy conscientes de que mujeres y hombres somos diferentes en términos físicos y el efecto que esto tiene… en el lector. Y cuando escriben, lo hacen en consecuencia. Por ejemplo, en este artículo hablé de cómo el paseo de la vergüenza de Cersei no es históricamente correcto pero se la desnudó del todo para que los espectadores/lectores actuales comprendiéramos. ¿El qué? Bien, pues lo que para una mujer del siglo XIV era que la obligaran a pasear en camisa por la ciudad. Y lo siento, pero no. Ya comenté que era puro morbo y lo sostengo ya que ni siquiera se emplea como crítica de ninguna clase.

Ideas así pululan por todos lados. Algunos, como don Negrete, autor de la tetralogía de Tramórea, promueve por ejemplo la idea de que, en medio de una pelea, un soldado sediento de sangre es capaz de dejarse engatusar por la visión de una carga de gigantescas mujeres montadas en caballos… Y desnudas. ¡Hay que emplear el factor sorpresa! ¡Qué valientes por ir desnudas al campo de batalla!

Ahora la idea es: ¿las mujeres que realizan esa carga de caballería, siendo hembristas, pensarían de esa manera? A pesar de ser orgullosas, considerar que los objetos sexuales son los hombres, ¿lo primero en lo que pensarían es que su desnudez distraería a los hombres (lo hace) y que querrán violarlas (lo intentan) y podrán aprovecharse de su distracción para matarlos o capturarlos (lo consiguen).





Mundos hembristas en fantasía/ciencia ficción



Recuerdo una vez más que solo estoy hablando de autores masculinos, vamos a pensarlo y notaremos una serie de puntos comunes. Para empezar, dejad de lado la crítica a la sociedad. Si hay algo, será muy por encima y nunca invitará a demasiada reflexión, muy distinto a las autoras, como puede ser La puerta al país de las mujeres, Sultana’s Dream, The female man, etc., independientemente de su calidad o mensaje. 

Lo normal es la inversión de los roles de género, pero perpetuando estereotipos machistas. ¿Y por qué? Porque estas sociedades son un recurso narrativo, no algo bien planteado, profundo e independiente. Básicamente se suelen resumir en: ¡has llegado al cielo musulmán! Mujeres fuertes y exóticas por todos lados, dispuestas a dejarse guiar por el valiente libertador o unificador de mundos.

Pero recopilemos una serie de puntos:
  • Las mujeres tienen el poder, que suele mostrarse ante todo en términos bélicos. Son sociedades guerreras donde los hombres desaparecen de escena porque no son interesantes para el señor autor.
  •  Se suele dar que las mujeres de estos lugares están horrorizadas con sus propios machos y desean hombres de verdad, je, como el protagonista que viene de fuera y con el que tienen sexo de la forma más convencional posible. No vayamos a asustar a nuestro pobre protagonista heterosexual con sexo en el que no se sienta cómodo.
  • Si son soldados, a los autores les explota la cabeza porque se comportan como nuestros hombres hasta que entra en conflicto la maternidad/amor/sexualidad. No están hechas para vivir en ambos mundos. Son Mulanes que un día deberán quitarse el disfraz.
  • Casi siempre se encuentran en lugares aislados en medio de un mundo abiertamente machista y patriarcal. Ya sea una isla, un territorio montañoso, un planeta perdido en un sistema desconocido. Es posible que no haya hombres por alguna clase de calamidad. Si los hay, en general serán «inferiores» a los comunes de fuera.
  • Este lugar es un mundo de paso. Ya sea porque Wonder Woman tiene que abandonar su dulce hogar, porque el héroe viene a por algo en concreto, no saldrá demasiado tiempo ni se profundizará más allá de lo anecdótico.

Además podríamos decir que hay dos tipos de mundos hembristas: aquellos que son conscientes de cómo son las cosas de fuera y actúan en respuesta y los que no.

En ambos casos, ya sea por la inocente diferencia cultural o porque conocen a la perfección cómo funciona el heteropatriarcado, la concepción sexual está dirigida hacia nuestros hombres. Porque, al fin y al cabo, esto es un libro y tiene que gustarle al lector.

Si el protagonista, por ejemplo, ve a una mujer desnuda, ¡todos tranquilos! En teoría es como ver aquí hombre en topless, ¿no? Un cuerpo que suscite en todo caso admiración por su musculatura, en especial si forma parte de una sociedad guerrera. Solo que el autor se encargará de recordarnos que los senos son algo sexual. El protagonista quizás se sienta algo apurado por estar violando con la mirada a una mujer, pero no se sentirá apurado o amenazado. En todo caso un poquito si las mujeres le miran a él con lujuria, pero se acostumbrará enseguida. ¿Dónde se ha visto un varón que se sienta intimidado por el empoderamiento sexual de una mujer?

Odio profundamente el bikini de Urbosa pero AL MENOS en este Zelda cogen bein que si deben ir medio desnudas (ains) es para MOSTRAR MÚSCULOS
Estas son las ideas más básicas que suelen presentar los autores. También está el lado de los confusos, como pasa en La rueda del tiempo, que no llega a ser hembrismo, ni matriarcado ni nada y solo tengo la impresión de ver al autor dándose golpes contra una pared como un NPC estropeado. Ya lo trataremos un poco más tarde.

En definitiva y como fin de la exposición inicial, los mundos hembristas escritos por hombres son la piedra en el camino, el rincón oculto entretenido y exótico donde el protagonista pasa su aventura y luego vuelve al mundo normal.

Y por eso los odio con toda mi alma. Porque están hechos como entretenimiento, con una mirada masculina, y cumplen sobre todo como esas mujeres molan, pero mejor que estén lejos o solo tengamos una o dos. Una Wonder Woman es más que suficiente, me entendéis. Dos serían demasiado. ¿Qué iban a hacer los hombres entonces?


Sociedad


Antes he mencionado una serie de puntos, pero aquí vamos a profundizarlos un poco más con una serie de ejemplos. Comenté que las sociedades hembristas no suelen profundizarse y, creedme, hay motivos. En general, que son muy simples y así el autor se ahorra problemas.

Sociedades salvajes


Para empezar, tienden a ser salvajes, muy ignorantes en algún punto concreto (suele ser en sexo), y, sobre todo, están aisladas.

Pero ¿a qué me refiero con salvajes?

Atrasadas culturalmente para ojos occidentales. Para que nos entendamos; pasan de prehistóricas a estar atrapadas en un mundo eternamente antiguo-tardomedieval. Pueden englobar lo más brutal en términos normalmente paganos —sacrificios, ignorancia, odio— o ser más o menos sabias y benéficas—pero igualmente, ancladas en el tiempo. Estas son menos habituales y se reducen a grupos pequeños, más que a sociedades, tipo hadas madrinas—.

Por ejemplo, quizás se dediquen, como se rumoreaba de las Amazonas, a matar a los bebés masculinos y a quedarse solo con los femeninos. Encontramos esto en la novela Blood Vengeance de War World, donde literalmente viven aisladas en un valle y se reproducen en secreto con varias tribus nómadas. A los niños se los mata mientras que las niñas se las quedan. Un poco como las teorías que giran alrededor de las Gerudo en Legend of Zelda, que cumplen exactamente los mismos tópicos.


¿Qué sentido tiene? No mucho, más allá de representar un pueblo fanático y cruel. Las matanzas de bebés siempre se dan por falta de comida o de recursos, como puede ocurrir cuando se mata a las niñas en China. En una historia inspirada en las Amazonas se puede recurrir a esto o a que abandonan con los padres a los niños pequeños. Sin embargo, la ausencia de hombres exige exactamente eso: que tienen que ir a buscar fuera para reproducirse. Y luego matarlos, quizá. Eso es poner en peligro no solo tu aislamiento, sino arriesgarte a cabrear a pueblos vecinos. Todo asumiendo que sean grupos pequeños de mujeres. Si fueran muy grandes, necesitarían varones para que se ocuparan de tareas mientras ellas cazan y van a la guerra. Pero no hay que pedir mucha lógica a los autores, ¿verdad? Solo es una historia.

Un último ejemplo de salvajismo sería la Colonia Perdida de don Poul Anderson en la novela de Virgin Planet. En realidad parece ser la alternativa Planeta de las Lesbianas, cosa que, supongo, por la época no podía ponerse tal cual. Perdonemos una idea con casi más de cincuenta años de antigüedad sobre que una mujer no pierde la virginidad a menos que tenga sexo con un hombre. En fin, esta novela de ciencia ficción presenta a un hombre que descubre un planeta donde los varones se extinguieron. Las mujeres controlan la impregnación artificial y todo el poder político y social que ello implica. A ninguna le hace mucha gracia reestablecer el contacto porque, atentos, tienen la idea de que los hombres eran super-humanos o dioses de la era colonial. Así que cuando el protagonista llega, lo confunden con un monstruo. De acuerdo pero ¿qué pasa después? Ellas le exigen que demuestre que es un hombre. ¿Cómo? ¡Pues embarazando a una mujer, claro! ¡Ahí mismo, en una jaula en medio de una plaza con todas las mujeres mirando!

Pero también puedo decir salvajes en el término habitual: son Oscuras, crueles y monstruosas y eso importa más que cualquier posible avance que puedan tener. Por ejemplo, los Elfos Oscuros de las aventuras de Drizzt Do’Urden. Nacido bajo tierra, Drizzt pertenece a una malvada raza negra guerrera donde las mujeres tienen el control más o menos total, si bien los hombres son los principales recursos de batalla, de su cultura y han establecido un delicado sistema de destrucción. Es un mundo terrible, sin ninguna amabilidad o conmiseración, donde las mujeres se traicionan y matan entre hermanas y madres. Y son literalmente Malvados como raza. Drizzt es una de las escasísimas excepciones. Como un demonio bueno, el pobrecito.

Así pues, las sociedades hembristas tienden a estar estancadas o atrasadas culturalmente y además son bélicas por naturaleza. En ocasiones ellas son más grandes y pelean o, más habitual, usan a los hombres para pelear y ellas se quedan con la política y la magia. 



Sociedades invisibles


Y en sí no tengo problema con ninguna de las dos opciones, de verdad. Mi problema está con que no tengan nada que ofrecer como sociedad, ya sea porque son Malvadas o yo qué sé. A pesar de presentárselas en general como brutales guerreras, nunca o casi nunca componen grupos mercenarios —o si lo son, envían a los hombres, como en El temor de un hombre sabio, tócate las narices— que puedas ver en grandes batallas, en ciudades famosas o al servicio de grandes reyes o reinas.

¡Pero Rika…! Nada de peros. En Canción de hielo y fuego conocemos por ejemplo a los dothraki por su capacidad de monta de caballo y por lo feroces que son, pero también se sabe que son comerciantes. En El señor de los anillos las espadas elfas son de las armas más ambicionadas porque sus herreros son aun mejores que los enanos. Si leemos la historia de Kvothe, encontramos reinos famosos por la Universidad o por su sistema de nudos. Cogéis la idea, ¿no? Es como el mundo real. Los holandeses fueron conocidos como grandes comerciantes, los españoles tenían sus Tercios, su vino y sus telas, los chinos tenían sus especias, los árabes eran centro de saber. Blablabla.

¿Qué aportan las sociedades hembristas? Por lo general… Nada. Con la excusa de su aislamiento, no encontraréis nombres conocidos, con excepción de alguno con suerte, ni tampoco se hablará de sus barcos, de sus cimitarras, naginatas, o de sus formaciones de batalla (que al ser femeninas y no basarse tanto en la fuerza pues podrían ser diferentes pero efectivas) ni sus grandes generales. Nada. Total y absoluto silencio. En algunos libros te comentan, como en Tramórea, que una reina es astrónoma o que las Atagairas son grandes talladoras. Pero ¿importa más allá de la anécdota cuando el protagonista visita el lugar? ¡No!

Qué realista ir a cazar y pelear todo sexys.

¿Por qué?

Porque, y eso es lo que demuestra el machismo del autor, lo que importa es que son mujeres. A lo mejor esto es lo que más resuena en la sociedad medieval patriarcal o mundo futurista convenientemente machista y tiene sentido que personajes se centren en eso. No lo niego. Pero igual que criticaríamos una historia donde un personaje evidentemente inspirado en musulmanes solo fuera tratado como un fanático (en vez de resaltar también avances en la ciencia, en la agricultura o demases), no veo a nadie quejarse de que solo importe que sean mujeres y nada más. Las tetas y la vagina siguen importando más que cualquier cosa.

Los autores solo quieren la excepción, lo diferente, lo exótico y atractivo como una zona de recreo que visitar y de la que luego partir.

Porque son El Otro.

Las Otras


Los autores se limitan a repetir la visión que se tenía sobre las Amazonas como monstruitos —no olvidemos que los creadores del mito eran griegos. Por mucho que nos mole la idea, está visto desde el punto más rancio posible y se empleaba como el ejemplo que las mujeres no debían imitar—. Prefieren separar a las mujeres y verlas a través de un cristal distante, como un mero interés formal. Por ejemplo, en Second Stage Lensman de E.E. Smith, las protagonistas son Amazonas telépatas, que no soportan a los varones de ninguna especie y solo consideran que las mujeres puedan llegar a entenderse vagamente con ellas. ¿Cuál es el problema? Bueno, pues que sus propios varones carecen de inteligencia y son violentos, lo cual facilitó que se mataran entre ellos y ellas ascendieran al poder. Es decir, aisladas, poco dispuestas a comunicarse y encima cerradas entre sí por ser telépatas. ¿Contáis los tics que podemos poner de todos los puntos que recopilamos al principio?

La misma pestecilla a diferente la tienen las Atagairas de Tramórea. Viven en Atagaira, una tierra montañosa y casi impenetrable y, vaya, están manipuladas genéticamente por las feministas para que sean más altas, más fuertes y… ¿albinas? Muy inteligente. ¡Es que las feministas son tan poéticas que decidieron fastidiar a toda su nueva raza, incapaz de pelear bajo el sol por sus delicados ojos! Entendedlas, debían darles alguna ventaja a los hombres… Pero es que además son incapaces de reproducirse con otros varones excepto los suyos, por lo que deben resignarse a que sus hombres sean débiles, bajitos, poco fuertes y encima envejezcan pronto. Es la excusa perfecta para que todas vayan como locas a los brazos de hombres de verdad, como si esto tuviera alguna lógica en una sociedad donde ellas son las fuertes físicamente. ¿Tengo que recordaros cómo se insulta a una mujer musculada incluso hoy en día? Seguro que no. Pero bueno, como se ve en su relato de Mañana todavía, no es que don Javier Negrete quiera ser muy inteligente en cuestiones de mujeres en el poder.




En realidad, creo que a la larga lo único que de verdad me gustó de las Atagairas era que en un momento se dice que se ha matado a la hija bastarda de la reina. Y la reina, en el siguiente libro, arquea mucho la ceja y dice que solo los hombres tienen hijos bastardos. Para una mujer, son todos legítimos. Ah, si el libro entero fuera así.

Pero luego llega el cuarto libro y me quiero morir. Don Negrete decide de pronto que va a haber más mujeres como las Atagairas. Solo que, en vez de ser un reino, ¡controlan un territorio mucho más grande —y aislado, que nadie conoce— y por motivos de historia solo diré que no tienen sociedad rival! ¿Qué puedes hacer con una verdadera sociedad exclusivamente de mujeres? ¿Una donde han tenido siglos para competir entre ellas y desarrollarse sin hombres de por medio?


¿Volverlas más salvajes, más lujuriosas, sin una pizca de dignidad? Sí, eso. Por qué no. Y representarlas como lo peor de lo peor. Supongo que no tuvieron la suerte de tener hombres de verdad como referencia para convertirse en personajes dignos de ser al menos buenas personas, ya que no podían ser interesantes. (Y, por cierto, son como las jefas de turno finales antes de los enemigos de verdad. Esos jefes de relleno que nunca te interesan. Sip).



¿Queréis otro ejemplo de Otredad? Algo similar sucede con los Adem de El temor de un hombre sabio. Cuando Kvothe se adentra en sus tierras montañosas —otra vez. ¿Dónde están mis islas?— se encuentra con una sociedad silenciosa que habla sobre todo por signos de manos. Hay algunos detalles sobre cómo pedir una canción es algo casi romántico/sexual pero ea, author appeal, no nos interesa. Lo importante es que el silencio incrementa el aislamiento y la Otredad, porque exige un esfuerzo particular por cualquier extranjero para comunicarse con ellas. Son una sociedad guerrera, pero las conocemos a través de un chaval porque, aunque sus hombres nunca medran socialmente, los envían fuera a ganarse la vida. Supongo que para que maduren o algo. 

Hay teorías sobre el norte de España, en particular los cántabros, donde quizás hubo una sociedad matriarcal en la que se enviaba a los hombres al sur para que se hicieran mercenarios y no fueran unas bocas más que alimentar. ¿Leéis lo último? Sí, lo hacían por escasez, no porque necesitara el lector un hombre que nos guiara a la famosa tierra de las mujeres.

Lo más irritante es esta concepción de que las Adem creen que tienen hijos porque sí. La idea de que un hombre pueda ser padre les hace reír y cuando Kvothe, desconcertado, intenta preguntarles qué pasa cuando un crío se parece al hombre con el que se acostaron —porque no, no existe el matrimonio ni ningún equivalente. Supongo que a don Rothfuss eso de poner a hombres realmente sumisos, sometidos o con una ropa diferente (porque son exactamente igual a los demás hombres solo que más callados y se pliegan ante las mujeres) era equivalente a hacerle explotar la cabeza— cambian de tema y lo dejan de lado.

Asumir que una mujer no es capaz de medir sus menstruaciones, relacionarlas con cómo funciona el sexo y que por tanto deben creer en el embarazo espontáneo —seguramente por eso hace que se queden aisladitas en sus montañas para enfatizar la ignorancia en comparación con el mundo real— es arrebatarles el poder sobre el que se habrían elevado los posibles viejos matriarcados. ¡En el puñetero control de la natalidad! ¡Arrebatarle a la mujer el control sobre quién nace y quién no es una de las cosas rancias e insultantes que se puede hacer! Porque no se enfoca como mantener en la ignorancia a los hombres sobre su poder en la reproducción, no, sino como que nadie se da cuenta. Pobrecitas, las sociedades de mujeres, qué atrasadas son todas.

La cosa es que si controlan un mínimo de animales, saben perfectamente cómo hay que actuar para conseguir tener una buena prole. Es sumar dos más dos. Pero no. Don Rothfuss trata de justificar esta ignorancia porque son una cultura muy promiscua (es decir, tenemos cientos de madres solteras porque los hombres ni pinchan ni cortan, para qué ponerlos en el rol de padres a los que no se deja hacer nada más), como si todas las culturas donde no hay monogamia fueran estúpidas y no tuvieran un mínimo de instinto de supervivencia. En una sociedad donde tienes sexo prácticamente siempre, el control de la natalidad sería básico, en especial si son «bárbaros» y no tienen un sistema agrícola o ganadero muy desarrollado para mantener a la población.

¡Pero Rika, eso no siempre es así! Lo sé. Hay ideas más interesantes que se salen de lo exclusivamente rancio, como Glory Season de Davin Brin, una novela de ciencia ficción donde las mujeres se reproducen por partenogénesis en invierno y adoran a las niñas que nacen de esta forma, pero desprecian a chicos y chicas que nacen en verano, es decir, por el sexo corriente. No es como tal una distopía o utopía, sino un estudio de la sociedad.

Y se me ocurre poco más.


O mujeres o guerreras


En La rueda del tiempo, da la impresión de que todo sea un matriarcado, pero no cambian mucho las cosas, quitando que hay Consejos de Mujeres. Los hombres usan espada, las mujeres se ocupan de la casa. A las mujeres se las manda casar a la fuerza pero cuando esto le toca a un hombre, es para reírnos en su cara. Y las brujas. Ah sí, las brujas (Aes Sedai) que solo están en el poder porque la fuente de la que sacan su magia se contaminó para los hombres (y si usan magia se vuelven locos). Además, por supuesto, la magia está dividida en lo más «amable» (viento y agua) que dominan mejor mujeres y lo más «brutal» (tierra y fuego) para los hombres. En fin, que me voy.

Hablemos de las Doncellas de las Lanzas. Pertenecen a un pueblo elegido llamado los Aiel que vive en las montañas (AGAIN) y se dedican en exclusiva a batallar con una lanza. Tienen un sistema de símbolos de manos para comunicarse y poco más, excepto que juran no contraer matrimonio mientras sean Doncellas de las Lanzas.

Esto no se le exige a los hombres. Son ellas quienes tienen que renunciar a su labor si buscan familia. Si, por otra parte, poseen cierta magia y se las obliga a convertirse en Sabias, también deben abandonar sus armas, vistas como «juguetes».

Sí, son peligrosas, pero como toda creación masculina, existen por y para la lucha, son retraídas (aunque coquetear no dejan de hacerlo porque les gustan los hombres bien grandes y fuertes) y ocupan su lugar temporalmente como seres teóricamente asexuados. Los hombres extranjeros sufren porque son chicas con pantalones, pero a la hora de la verdad deben mantenerse como Doncellas si quieren pelear y abandonarlo todo si pretenden algo más.

Son las Eowyn, las Mulán y todas las mujeres que se asientan una vez cumplen su aventura. Y me dan mucha, mucha…

…rabia.



Hay otra vertiente más clásica que se aleja de las armas e incluye la magia. ¡Magia! Otro elemento siniestro y con peculiaridades negativas, a menos que se mantengan en la distancia —pensemos en cómo se pinta a la Dama del Lago vs Morgana—.

¿Qué es lo que hace Odiseo/Ulises si llega a la isla de Circe de camino a Ítaca y se encuentra hermosas mujeres? ¡Quedarse diez años, perder a todos sus hombres y luego seguir por su cuenta, que su esposa y su reino lo esperan, por supuesto!

Todo gracias a que supera el hechizo de la bellísima Circe que, al fin y al cabo, no es una esposa. Es demasiado poderosa, demasiado inteligente (aunque caiga por amor/deseo). Una amenaza.

En muchísimos mitos, un hombre solo puede ser aceptado por la diosa si esta se convierte en su esposa como forma de legitimación —ya hablaremos de eso algún día—, caso contrario muere o es expulsado, una bruja, un hada o una diosa deben bajar de nivel y adoptar el rol de mujer corriente de la época para estar junto a su señor.

Podéis pensar en las Doncellas Celestiales japonesas como ejemplo, a las que los hombres les roban sus mantos para que no puedan ascender al cielo, y así tenerlas como esposas. Pues en general, las mujeres con magia/poder son demasiado para un hombre. Y lo digo en el mal sentido. Normalmente intentan adoptar ese rol y fallan (y se ve como eso, un fallo), como puede ser el caso de Medea que tras ser traicionada decidió vengarse de su marido matando a sus hijos.

¿Veis el patrón? Mujer poderosa/hada/bruja/diosa que no se somete… Mala. Hay que dejarla atrás y salir corriendo a por una esposa normal. Pero cuidado, ya te has liado con ella. Pagarás las consecuencias. Tarde o temprano, lo harás, como te recuerda Morgana mientras engendra a Mordred, o Melisandre se ríe en la sombra mientras decide abandonarte por un posible candidato más fuerte y muchos ejemplos más.

Demasiados.

Lady Hammilton posando como Circe, de George Romney


El sexo


Esto es perfecto para buscar en TV Tropes, donde encontramos un tópico que siempre sobrevuela a estas mujeres «liberadas» y es All Women Are Lustful. ¿Habrá alguna sociedad hembrista no hecha para satisfacer a los hombres y en especial los lectores? De momento, lo dudo mucho.

Justificación cultural


¿Recordáis a los Adem de El temor de un hombre sabio? En cierto momento, Kvothe discute con una amante, Penthe, las diferencias entre sus culturas. Ella defiende (más bien don Rothfuss lo hace) que le atrajo Kvothe porque albergaba mucha ira (anger) y las mujeres toman la ira de un hombre durante el sexo.

Un momento, qué diablos. ¿Hablamos de violencia de género? Probablemente se refieran más bien a pasión o algo similar por cómo señala a continuación que es un deseo, un hecho, el ansiar la vida y que todo lo vivo tiene ira y es el fuego de esta ira lo que los mueve. Así pues, en la cultura Adem las mujeres tienen muchas formas de canalizar su ira. Los hombres, en cambio, tienen demasiada. Tanto si la palabra no es una mala traducción de los Adem como si se refieren a pasión, la simplificación del deseo o de la ira o de lo que sea (y afirmar que los hombres tienen más) es… Bien. Divertido entre otras cosas.

Sabemos que las mujeres y los hombres tienen sistemas hormonales, a grandes rasgos, diferentes. Pero que una cultura que educa a mujeres y hombres de forma opuesta a la nuestra tenga las mismas concepciones machistas es, cuanto menos, perezoso. Cuanto más, insultante, porque eso en las Adem se traslada en que deben calmar los deseos sexuales de sus hombres, que no saben controlarse (¿no os recuerda a cierta excusa que se usa siempre a favor de los señores?) y no se toma de la forma humillante que podría ser, con la que Kvothe saliera sintiéndose animalesco o inferior. Es decir, subhumano, como se debería enfocar en una cultura donde se mira a los hombres por encima del hombro. No, es una afirmación «racional» y no sé qué es peor: si esto o el hecho de que una sociedad como las Adem tenga tan poco trabajo detrás.

Es más, la maestra de Kvothe, Vashet, interrumpe varias veces su entrenamiento porque se pone cachondo ¡y así no se puede! Es que ella huele a sexo, entendedlo al pobre. Venga, a tener un polvo rápido y acabar rapidito, que tenemos que seguir entrenando. No sé cuánto debería gritar, porque roza lo insultante. Vashet sirve a Kvothe para aliviarlo a él sexualmente. Es decir, tenemos a un objeto perfecto para que te haga correrte rápido cada vez que lo necesitas —y encima de la forma corriente para los hombres de tu otra cultura— y además te da clases para que seas el mejor luchador de tu país. ¡Una ganga!


Ridiculización de la violación masculina


Las Atagairas capturan a los hombres —y matan a las mujeres— que entran en su territorio para meterlos en harenes. Ellos disfrutan como locos, por supuesto. Porque a las Atagairas les gustan los «hombres de verdad» y los mantienen entrenados y en forma (todo se ve desde el punto de vista de una niña para evitar describirlos de forma sexual, pero sí hay cierto desdén hacia hombres corrientes del harén que no saben cómo reaccionar ante una situación violenta). Claro, porque sabemos lo mucho que a nuestros hombres les gustan las mujeres con músculos que pueden rivalizar con ellos en la cama, ¿verdad? Cuánta lógica.

Además, es una lástima que solo las veamos salivar con un hombre grande, violento y que por supuesto las «monta» encantado. No me malinterpretéis, me gusta que las mujeres se tiren a quien les apetece, pero me resulta absurdo pensar que se les mojarían las bragas por un señor mucho más grande que ellas, peludo y maloliente cuando en su sociedad los hombres son más pequeños y delicados. Quizás a alguna con gustos exóticos pero… ¿todas?

El caso es, en la saga de Tramórea, las violaciones están a la orden del día. Al principio del artículo mencioné cómo ciertas mujeres cargaban desnudas para desconcertar sexualmente a sus enemigos. Eran las Atagairas. Y si estas mujeres secuestran y usan como objetos sexuales a hombres, entonces, se tratará la violación, ¿no? Sería normal entender que en una sociedad hembrista ser violada no iría antes que tu vida. No sería tan importante ni tan humillante porque la concepción de que un hombre se te pueda imponer de esa forma no debería ni rondarles la cabeza.

Pero don Negrete adora hacer que violen Atagairas, incluso en masa. Bueno, hablaremos de esto en otra ocasión. La cosa es: ellas serán también una cultura violadora, ¿verdad?

Y sí, en cierto sentido, la tienen. Solo que, como el autor es un señor, nunca se enfoca como tal. Ese hombre grande, violento y que monta encantado Atagairas acaba siendo paralizado durante semanas, secuestrado y trasladado contra su voluntad. Las Atagairas lo violan una y otra vez para su entretenimiento y desfogo.

¿Importa?

¡Buff, lo dejaron machacado! ¡Malditas lujuriosas, que lo usaban como un trapo! Menos mal que ya están muertas. A otra cosa, mariposa.

Todavía me fascina (y agradezco) que en Requiem of the Rose King saliera una violación masculina, dejara cicatrices psicológicas y se represente como lo terrible que es.
Y creo que eso lo dice todo de lo que un autor piensa de la potencia sexual de sus mujeres —y no es exclusivo de don Negrete, no. Nunca lo diría nadie, pero a uno de los protagonistas de La rueda del tiempo lo secuestra y viola una mujer, poniéndole un cuchillo al cuello. ¡Pero a quién le importa! Tuvo sexo gratis unas semanas—.


Conclusiones



 Las mujeres nunca salen como algo peligroso en terminos sexuales, sino siniestras y traidoras en caso de no gustarles los hombres extranjeros. Su vida gira alrededor, al final, de la presencia o ausencia de hombres. Su cultura se construye porque son mujeres y nada más, empleando la excusa de reducirlas a un extremo alejado de la tierra, aislado y a donde solo entrará el protagonista elegido (hombre). Las violaciones a los hombres ni se conciben en la mente de los autores. Y, ya que todas las sociedades tienden a ser bélicas, la idea de que puedan tener amor, guerra y sexo a la vez sin renunciar a nada es como pedir un milagro.

Es decir: los hombres no están interesados en escribir sociedades hembristas, sino sueños húmedos. A veces el mensaje será que tengas cuidado con esos sueños húmedos porque las viles mujeres pueden intentar cortarte el elefantito. En ocasiones, te dirán que está bien pasarte a saludar, que seguro que todas te desean. 

En cualquier caso, son sociedades construidas para señores y nada más.



Links a las imágenes

https://www.deviantart.com/art/Drow-of-Praxirek-59516000
https://yumor.deviantart.com/art/amazon-warrior-179117057
https://lineith.deviantart.com/art/The-Gerudo-RotS-585432715

13 comentarios:

  1. Hola, Rika
    Todo lo que comentas me hace recordar a las Amazonas de Futurama que están aisladas son unas gigantes salvajes y estúpidas y violan a los hombres con su "muerte por kiki" y ellos encantados por supuesto.
    Como se nota el increíble machista que tienen algunos autores que no se dan cuenta de que hemos vivido y vivimos en una sociedad patriarcal, y que eso no quiere decir que no se hayan desarrollado la ciencia y las letras. Antigua Grecia grandes filósofos, en principios de la Edad Moderna humanistas que tenían que dominar varias artes y en la Ilustración casi endiosados pensadores, entre muchos ejemplos. Todo ello en sociedades patriarcales. Bueno, mira en la actualidad con lo avanzada que esta la tecnología y las humanidades y todavía seguimos viviendo en una sociedad patriarcal. Pero, claro si es una sociedad de mujer ya tiene que ser lo peor de lo peor en lo que solo se salvara una que seguramente quiera ser follada por el prota de turno. Asco.
    Y bueno con lo de las violaciones masculinas es un chiste. Entre que las disfrutan o que simplemente ni siquiera nombran que lo es tienes para llenar más de veinte entradas. Hace unos días deje de ver Ouat precisamente porque violan a un personaje masculino (habiendo violado anteriormente a dos) y no pasa absolutamente nada.
    Me han recomendado las crónicas del asesino de reyes pero ya no se si me lo pienso leer porque si Obi-Wan y Anakin no se liaron siempre maestro alumno por ser hombre no pienso leer sobre una relación que se crea solo porque los dos protagonista son heteros.
    Gran articulo como siempre.
    Un beso.

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    1. ¡Hola Meri! Siempre es un placer verte por aquí <3.

      Recuerdo haber visto ese episodio y sonreír porque al final no les hacía tanta gracia que los forzaran a tener sexo, pero fue hace una eternidad y no estaba muy concienciada por entonces. Así que no sé hasta qué punto jugaban con el tema.

      Y yo creo que se dan cuenta (algunos) pero no quieren arriesgarse a hacer nada verdaderamente currado, como con Rothfuss, y otros como Negrete que son conscientes (ha escrito sobre el tema en sus libros históricos) pero no lo aplican porque sueños húmedos. En fin :/

      Me sorprende incluso que en Ouat violaran a tantos hombres... ¿Tenía alguna importancia para el argumento? Me apuesto un caldero a que ni siquiera era una escena gráfica, aparte de que no tuviera consecuencias psicológicas para el personaje.

      No te puedo recomendar las historias de Kvothe por motivos que ya comenté en la reseña (básicamente que, aunque el autor escribe bien, NO PASA NADA), al menos hasta que haya salido el tercero y demuestre que la aventura ha merecido la pena. O no. Pero vaya, me encanta tu argumento y me subo al carro.

      ¡Un saludo y un beso Meri!

      Atte. Rika~

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  2. Pues menuda razón tienes, oye. En lo personal, creo que una sociedad de puras mujeres se parecería mucho más a los pitufos que a las amazonas. ¡Besos!

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    1. ¡Bienvenida a la Mazmorra Gissel!

      Muchísimas gracias por leer y me alegra que coincidamos 8D. Oh bueno, esperemos que en la sociedad de las pitufinas haya más de una mujer mayor, siempre me extrañó eso (?).

      ¡Otro beso para ti y un saludo!

      Atte. Rika~

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    2. Pues en la peli nueva de los pitufos (totalmente animada) [ALERTA DE SPOILERS PARA QUIENES NO LA HAN VISTO] hay una sociedad "perdida" de pitufinas, y sólo tiene una Mamá Pitufa. Pero en la de los pitufos sólo hay un Papá Pitufo, así que están parejas :-D

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  3. Sólo hay una parte al principio en la que no estoy de acuerdo, y aclaro que voy a hablar en función de mi propia experiencia personal.

    Como alguien que usa una copa C, que cuando tengo la regla y se me hinchan las tetas me queda hasta pequeña, no estoy de acuerdo en que si tienes pechos grandes hay que sujetarlos para evitar el dolor mientras haces deporte. Yo he hecho body combat, cross fit y corrido media maratón sin sujetador y no sólo no me dolían en absoluto las tetas sino que el movimiento me resultaba muy agradable, como un masaje. En mi experiencia, si duelen es porque la musculatura del pecho está débil por sujetarlo de modo habitual. En cuanto la fortaleces no sólo es que no moleste, es que es mucho más cómodo. El único problema real es que al tener pechos grandes y no sujetarlos, si haces un ejercicio que incluya movimiento rápidos, como correr sin ir más lejos, pasa ese efecto "rebote" que tanto les gusta a los pervertidos exagerar hasta el extremo en anime y videojuegos (ya sabéis a qué me refiero:https://www.planetminecraft.com/skin/ukraine-from-hetalia-when-was-the-last-time-i-made-a-hetalia-skin/). Y, claro, pasa que te encuentras rodeada de jombres que te mirar con cara de chacales en celo o directamente de sueltan comentarios de acoso "intentado ser graciosos". Pero por lo que a mi respecta no hay ninguna razón para sujetarse los pechos para hacer deporte. Por supuesto, otra cosa muy diferente y que no tiene nada que ver sería llevar una armadura en condiciones a la batalla, que el tronco, cuello y demás se llaman zonas vitales por algo.

    Por lo demás muy de acuerdo. Pero si lo primero que pensé yo al construir mi mundo hembrista es que el aborto seguro y fácil sería un derecho fundamental inviolable, así como el conocimiento y acceso a anticonceptivos. Además, justo uno de mis problemas es reinventar el sexo, ya que no se parecería nada al tradicional. Estaría todo centrado en el clítoris y la penetración sería muy secundaria, y a nadie le importaría mucho si los (cis)hombres llegan a eyacular o no; vamos, que ni de broma sería el sexo "tradicional" que ponen. Como se nota que es, como dices, fantasía masculina. Luego que por qué no pueden ser protas del feminismo, y es casos como este se nota que son incapaces de ver las cosas como las ve una (cis)mujer.

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    1. ¡Hola Selenita!

      Pues... si es tu experiencia personal, me alegra de veras que no te duela o incluso sea un masaje. De verdad. Pero como persona que también tiene esa copa y un tipo de pechos pesados y que duelen con la regla (no solo se hinchan) sigo en mis trece. Yo he hecho baile, esgrima y he probado a tirar con arco, entre otras cosas, y el pecho es un incordio porque se mete en medio. Es algo que hay que recoger y controlar, lo tenga entrenado o no, porque me cambia el equilibrio, me golpea los brazos o simplemente rebota. Y no, masaje o no incordia y es una distracción. No voy a correr con el pecho dándome botes igual que no me voy a poner medias sueltas que me distraigan de la carrera cuando pueden ser unas apretadas o me voy a dejar el pelo suelto para que me dé latigazos en la cara. Será sano o satisfactorio pero cuando haces ejercicios que exigen enfrentamientos físicos (como puede ser la esgrima, cuántas veces habré vuelto, a pesar de los estúpidos protectores con forma de tetas, con moratones bien dolorosos) o simplemente juntar los brazos, los pechos están ahí. Y no te puedes permitir ni que reboten ni digan "hola" para llevarse el golpe. Tengo una amiga que tiene más pecho que yo y opina igual y cierta "senpai" mía usa una G y sus sujetadores cuestan 50 euros y te puedo asegurar que por mucho que con gusto renunciaría a ese pastizal, pero aunque hubiera entrenado sus músculos, seguirían doliendo y molestando. Y vamos, lo cuento por experiencia y por saber que hay mujeres con pecho pequeño a la que sí qeu no les duele casi seguro y que me alegra la vida por ellas que no sepan lo que es esto.

      En fin, lo siento, no coincidimos en esto y sinceramente me da igual que los hombres se burlen del rebote de los pechos porque yo me puedo fijar en el rebote de ahí abajo y reírme igual. Sobre los japoneses... qué quieres que te diga, los estadounidenses apuntan a los pechos igual en las grabaciones así que xD. No es cuestión de que algo sea natural o no y tengamos que luchar por x o y (que sí, pero no hablo de ese tema) sino de que igual que los hombres no pueden doblarse en cierta postura, nosotras tenemos pecho e incordia. Y es tan fácil como recogérselo, igual que es fácil ponerse algo para protegerse la entrepierna cuando los tíos van a hacer algún ejercicio concreto.

      Así que eso, binders cómodos para mujeres con mucho pecho, que recojan sin hacer daño y sin resaltar como los sujetadores y quien no quiera llevarlos, pues que no lo lleve.

      Las fantasías masculinas son lo peor. En Tramórea violan a cierta Atagaira y ella para sentirse mejor tiene sexo con el protagonista, que se corre dentro claro, y entonces se siente mejor porque la ha "limpiado" y no puedes imaginar cómo me dolieron los ojos de ponerlos en blanco. Lo cierto es que cuando una se pone a pensar no es tan difícil imaginar sexos que impongan un rol a los hombres de forma pasiva, cumplan ciertas ideas (porque el sexo tradicional también es una imposición a los hombres) de la cultura/sociedad y sean más satisfactorias para las mujeres.

      Muchísimas gracias por leer, Selenita, y por comentar <3.

      ¡Un saludo!


      Atte. Rika~

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    2. Otra razón para amar mis tetas pequeñitas :-D (aparte de que me libro de los comentarios de hombres babosos).

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    3. Vaya, siento mucho oír eso. D-: En mi caso y entorno justo lo contrario: a más sujeción más incomodidad y dolor y viceversa. Debe ser cosa de familia, mi madre tiene aún más que yo (copa D o E) y tampoco le han supuesto nunca ningún incordio ni dolor excepto en sus embarazos. Su único porblma ha sido como el mío: los complejos; hasta el punto que la pobre en su adolescencia, cuando desarrolló, durante una temporada cambió su postura y empezó a ir encogida para intentar esconder el pecho por las miradas y acoso que recibía. :-(

      Lo que cuentas me ha recordado a "Los hombres que no amaban a las mujeres", donde la prota femenina sufre una violación brutal que la deja como una semana en cama. En cuanto se recupera físicamente no sufre ningún problema psicológico y aquí no ha pasado nada. Y encima ¡no sólo a los pocos meses acepta ir a vivir sola con un hombre desconocido en una casa aislada sino que ella le pide sexo a él! Todo muy creíble, sí.

      Si es que empiezas a rascar y un mundo hembrista sería taaan diferente, porque un montón de costumbres, palabras, etcétera vienen de construcciones machistas y hay que cambiarlas. Pero así es más interesante y te construyes por el camino. Desde luego, en mi mundo lo normal será no usar sujetador y estos sólo serán para casos concretos de molestias, y obviamente tipo deportivos pensando en la comodidad, nada de aros y demás aparatos de tortura.

      Gracias a tí por escribir artículos interesantes como este.

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    4. Senpai aquí.

      Creo que la mejor comparación posible en mi experiencia de tener una copa G sería "tener dos sacos de kilo y pico cada uno" colgandote del torso. El sujetador no me permite respirar tan bien como querría, pero no es como si tener los dos sacos colgando y sin control fuese una mejor alternativa. Desequilibran, pesan, son molestos. Ya no es una cuestión de dolor siquiera, es incómodo. Si tengo el pecho suelto y tengo que correr, me lo recojo con las manos, ni se me pasaría por la cabeza correr sin recoger el pecho aunque sea de esa manera.

      La forma natural del pecho puede cambiar las cosas (no es lo mismo tenerlo en forma de pera que más redondeado), pero diría que por norma general a poco que tengas un pecho abundante lo más probable es que te moleste.

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  4. ni modo las criticas y los vicios llegaron para quedarse. ya solo depende de las personas si toman o siguen con el producto. he leido y visto historias que empiezan bien y han terminado de manera desastroza

    el hecho de que una sola escena sea buena o mala, no quiere decir de que solo por eso la historia completa ya es buena o mala.


    a mi megustaria una historia fantastica que tuviera la proza de rothfuss mundos fantasticos como los de sanderson con personajes
    como los de abercrombie pero lastimosamente la perfeccion no existe
    siempre se le podra criticar algo aun autor. en este caso la representacion femenina que le dan los hombres es casi siempre
    por falta de investigacion y esto se nota mas en los mundos de fantasia., los seres humanos somos complejos
    y plasmar esas complejidad en la literatura es dificil. es cierto
    que con el tiempo las personas cambian pero la justificacion de ese cambio tiene que ser verosimil.
    bien pero a lo que quiero llegar es que los autores no pueden satisfacer a todo el mundo no puedes crear una obra y esperar a que a todo el mundo le gusten. un autor favorito que tengo es
    Kurt Vonnegut quien lo explica bien en unos consejos que deja son ocho

    Tiempo.
    ¿Cómo reaccionarías si un completo extraño abusa de tu tiempo? Pues bien, tú eres el
    completo extraño para el lector. No hagas que pierda el tiempo.
    Personajes I.
    Dale al lector al menos un personaje con el que pueda identificarse.
    Personajes II.
    Todo personaje debe "desear algo". Si no desea nada no merece participar en la historia.
    Acción.
    Cada párrafo debe tener dos objetivos: revelar algo acerca del carácter de los personajes o
    impulsar la acción. Si no cumple ninguna de estas dos funciones, bórralo.
    Dónde empezar.
    Ninguna buena historia empieza por el principio. De hecho, las grandes historias empiezan
    siempre cerca del final.
    ¿Cuál es tu lema?
    Ser un sádico. No importa cuán inocentes y puros sean tus personajessi no les ocurren cosas el lector no sabrá de qué están hechos.

    7 ¿Para quién escribir?
    Escribe para una sola persona. Si decides abrir la ventana y escribir para el mundo tu historia
    provocará una sola cosa: neumonía.
    8 Información.
    Dale información a tus lectores, y rápido.Solo en la posesión de información sobre los
    personajes y sus historias puede imprimirse el suspenso.Recién entonces el lector querrá
    saber qué diablos ocurre, dónde, cómo y por qué.


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    1. Buenas don/ña Anónimo.

      Perdona que te pregunte pero ¿esta lección qué tiene que ver con la entrada, aparte de, supongo, excusar el machismo de la industria?

      ¡Un saludo!

      Atte. Rika~

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    2. Muy interesante el artículo. Me reí mucho con los ejemplos que tomaste de El temor de un hombre sabio, que es muy por debajo que El nombre del viento en mi opinión

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