Bueno, bueno, bueno, hace mucho que no me paso por la Mazmorra pero no tenemos abandonado el sitio. De momento (?). ¡Bienvenidos a la Mazmorra! Soy Rika y vengo a hablaros de padres autoritarios desde un punto de vista feminista. Los que no sepáis de qué hablo, podéis echar un vistazo a este post para ver de qué van a ir más o menos los próximos artículos.
La verdad es que le he dado bastantes vueltas a este artículos. ¿Por dónde empezar cuando vas a hablar de hombres en la
literatura? Hay muchas posibilidades, bastante más variadas que con mujeres.
Los clichés están más diferenciados, los personajes (buenos) se disuelven más
en el mar de referencias y hay más sitio para respirar antes de poner los ojos en blanco y pensar que ya has leído esto en otro sitio. Así que he optado por uno de los grupos más
«minoritarios» en cuanto a que no son tan habituales o tan… numerosos. Al fin y
al cabo, padre solo hay uno —y a las madres hay que matarlas, así que son todavía más relevantes por lo únicos que son—.
En
concreto, vamos a hablar de padres autoritarios, porque lo que queremos es
deconstruir un poco los personajes. Es difícil crearlos bien, es decir, reconociendo todos los terribles elementos
misóginos, machistas y demases que suelen ir asociados a este tipo de figuras.
Y es que son el ejemplo clásico del patriarcado. Qué digo, son la
figura del Patriarcado. El Dios de la tradición judeocristiana, el dios-padre
prácticamente omnipresente de todas las grandes religiones politeístas (Zeus,
Odín, Osiris… bueno Osiris no tanto porque acaba muerto muy pronto, pero os
hacéis la idea), la figura del Papa o de los Patriarcas, el señor de la familia,
el Presidente, el Gran Hermano. El padre es quien engendra y quien posee, por
tanto, quien domina. El máximo reflejo del machismo, porque es quien lo crea,
establece y enseña. Irónicamente, ese mismo sistema tiende a devorarlo porque llega alguno de sus hijos para ocupar su
lugar. Con todo, su presencia marca para siempre a su descendencia.
No es muy habitual sentarnos a ver padres autoritarios
jóvenes —que los puede haber. Generalmente la metamorfosis les da cuando tienen una niñita, tipo El
rey león 2, pero se los nota más «blandos» y en proceso de aprender, así que no
los incluiría en esta categoría. A menos que estén locos, un poco como el padre
de Danny Torrance de El resplandor.
Solo que ahí te dicen que es el hotel. Más o menos—, ya que la idea de padre es la de un hombre mayor, casi anciano. No suele ser el ejemplo ideal para convertirse en protagonista.
Sin embargo, a pesar de no ser el foco de la acción, hay muchas figuras de este estilo. Como no puede ser de otra forma, hablaré de Tywin Lannister,
patriarca de una de las familias más disfuncionales de Canción de Hielo y Fuego —lo cual ya es decir—, Robert Baratheon y el padre de Sam Tarly. Pero también saltará
Tritón de la Sirenita y su familiar lejano Zeus, en este caso de mano de Javier Negrete
en Dioses del Olimpo.Entre otros perosnajes, claro.
¡Vamos allá!
Los Lannister y el tóxico sistema patriarcal. Destinados a caer
Aunque no os lo creáis, en medio de su misoginia (que
intenta corregir), de sus dramas políticos y la exagerada mutilación de
personajes, don Martin promueve la idea del amor como la forma de supervivencia.
Los Stark son de las pocas familias más o menos agradables que conocemos y que
no se manipulan tanto unos a otros, porque hay amor. O se supone que hay.
Tampoco es que nos muestren mucho. Pero bueno, se da a entender que la figura
de Ned une al clan entero.
Sin embargo, la familia más profundizada es la de los
Lannister porque es un clan completa y absolutamente disfuncional. ¿Y por qué
esto es un buen ejemplo para lo que nos interesa? Porque, quitando el incesto que es un fetiche muy
personal de don Martin, pretenden crear un ejemplo de toxicidad y autodestrucción.
El autor no los demoniza, pero tampoco los defiende. Crea personas destrozadas,
desconfiadas y aisladas que no pueden avanzar porque no asumen sus pecados ni
pretenden cambiar. Jaime podría ser un ejemplo del intento por mejorar, pero habrá que ver si plantará
cara por lo que le hizo a Bran.
Así pues, a pesar de la crueldad y viciosidad de los
Lannister, no son los Dursley. No son antinaturales, no están hechos para ser malos (y con esto me refiero a que el autor los planta para que el lector se sienta bien porque tiene a alguien a quien odiar, pura y llanamente), sino que puedes
apreciarlos y quererlos a tu propia manera. No necesitas correr detrás del
autor para gritarle que no tienen sentido dentro del sistema patriarcal en el
que viven, porque están perfectamente construidos de acuerdo a la sociedad en
la que han nacido… Y, aun más importante: el maltrato y el abuso de Tywin sobre
sus hijos, al contrario que con Harry Potter, tiene terribles efectos.
Además, por una vez, la muerte de la madre juega un papel
más o menos importante y justificable para todo el odio, insidia y veneno que
hay dentro de los leones.
Tywin Lannister es un hombre que representa a la perfección
los valores más radicales y extremos del patriarcado en cuanto a inteligencia,
frialdad y, ante todo, poder. Es el hombre más rico de Poniente gracias a las
minas de oro de Roca Casterly, fue Mano del Rey Loco durante años y, cuanto
este lo humilló —negándose a casar a su príncipe con Cersei, sobrepasándose con Lady Joanna durante su encamamiento y dando un
golpe final en que le arrebató a su heredero y lo volvió miembro de la Guardia
Real—, lo derrocó e instauró un nuevo poder. Tywin hasta se aseguró de que su hija Cersei sería reina del nuevo sistema.
Su sombra es gigantesca y aplasta a su familia, tanto que Kevan, uno de los pocos Lannister relativamente amables, puede parecer un santo a su lado. El problema son sus hijos, que viven por y para él, traumatizados desde la infancia. Y
es que Tywin no solo fue un mal padre, sino un mal patriarca. No enseñó ninguna
clase de política a Cersei por su misoginia y rechazo a las mujeres, a pesar de
lo cual ella siempre quiso ser «Tywin con tetas», lo cual implicó poner en el trono a una mujer con arrebatos, poca inteligencia política y que se enemista con casi todos los nobles del reino. Por otra parte está Tyrion,
al que acusa de haber matado a su madre, es el más odiado por su cuerpo y su
apariencia y desde niño fue maltratado, ninguneado y abusado sexualmente (al manipularlo por casarse con una plebeya y forzarlo a violarla). En cierta manera, tanto Cersei como Tyrion se parecen mucho en el
rechazo que siente su padre por ellos, en cómo desean fervientemente su
aprobación y cómo ser mujer y enano significa ser condenado por la sociedad.
Por otra parte, Jaime jamás estuvo a la altura de los deseos de su padre, nunca fue tan inteligente, tan buen político y, peor aún, se negó a ser su heredero porque quiso recuperar algo de honor.
Si Tywin vengó ofensas, nunca fue porque se preocupara por
sus hijos, sino por el honor y no dejar pie a que nadie pudiera poner en duda
el poder de los Lannister. Un poder que se venía abajo año tras año. Hacia el final de su vida, Tywin se negó a reconocer a su propio hijo, rechazó el descarado incesto de Cersei y Jaime, y estuvo a punto de condenar a Tyrion.
Y, como todo gran y poderoso patriarca, sus propias acciones provocaron que fuera asesinado por
su hijo menor (en serio, id a la mitología. Siempre hay un varón, habitualmente hijo,
que destrona al Padre. El ejemplo más evidente es Zeus vs su padre Cronos y
Cronos vs su padre Urano).
Pero ¿qué tiene de especial todo esto? Bien, cuando pretendes presentar una historia y señalar que algo
es malo, juegas con el karma, con los mensajes, con los personajes y la
impresión que causan, además de las tormentas que cosechan. Los Lannister no
son la única familia patriarcal (solo hay que ver a los Baratheon), pero sí el
ejemplo más tóxico. Y eso se ve en los hijos.
Cersei repite una y otra vez que llorar, mostrar dolor,
compasión, es un ejemplo de debilidad. Sansa, con suerte, servirá un día como ejemplo contrario. El caso es que Cersei, cuando quiere reinar, decide que lo hará
a través del miedo. Porque el miedo equivale a respeto. Desde siempre los
sistemas autoritarios han odiado la burla, la comedia, el humor negro. ¿Qué
forma más humillante hay de derribar una imagen bien construida, de negar la
validez pública de una persona que creando cancioncillas, burlándose de
detalles pequeños pero que se quedan en la mente y vuelven imposible que te
tomes algo en serio? El humor es un arma, cuando se sabe usar bien.
Y por eso el peor terror de Tywin y de Cersei, lo que más odian y
desprecian, es la posibilidad de que se rían de ellos. Para ambos su orgullo es lo primero, es lo único que importa. No son
como Tyrion, que está amargado pero ha hecho del humor su arma —motivo que lo
separa más y más de su padre—. Se levantan una coraza de frialdad, crueldad y
deshumanizan al resto hasta que vuelven, literalmente, a todo el
mundo su enemigo.
Cersei jamás ha confiado en nadie, ni siquiera en Jaime (que
no sabe nada de las violaciones de Robert, por ejemplo, ni tampoco de lo fatal
que se siente Cersei en su papel como reina y mujer. Eso se ve en cómo ruge
cuando sabe que lo ha traicionado, sin pensar en que él tiene el privilegio de
ser hombre de la Guardia Real y, además, poder elegir no acostarse con ninguna
persona. Cersei solo tiene su cuerpo como arma) y su falta de educación deforma
sus actos en una espiral de hostilidad. Un solo error contra
ella puede suponer la muerte. Pero ¿esta política de terror es útil? Cersei, al
contrario que su padre, no tiene autoridad propia, solo la tiene como madre del rey.
Para colmo, no sabe negociar, no sabe atraer a sus enemigos, así que se
convierte en una de las peores políticas de Poniente.
Si Tywin supo manejar bien el reino cuando le convenía de
forma personal, como se ve mientras fue Mano de Aerys el Loco, también lo
destruyó en cuanto vio la oportunidad. La guerra de los ríos que se sucede
durante los libros, el enfrentamiento contra los Stark, todo se da por una
serie de consecuencias de su nefasta educación de su hija que, a su vez, no
supo educar a Joffrey para que tuviera un mínimo de inteligencia emocional. Y
así, Joffrey precipitó al reino a la guerra, mientras Cersei alimenta las
llamas al entregar puestos a favoritos, guerrear contra Margaery y llevar el
reino todavía más a la ruina.
¿No os resulta familiar? Tywin se volvió como era porque su
padre se dejó manipular por una amante plebeya a la que puso en el poder. En
cuanto su padre murió, Tywin la sometió al mismo castigo que vivió su hija años
después —algo, quizá, provocado por su hermano Kevan al inspirarse en lo que
más puede despojar de autoridad… en el mundo de don Martin, claro. Aquí
tenéis un artículo sobre la realidad medieval acerca de maltratar así a una
mujer noble—: abandonar desnuda la ciudad, entre la crueldad de los ciudadanos.
Años después, como venganza contra Aerys, saqueó en cuanto pudo la capital y
mató a Elia y sus hijos para asegurarse un puesto en el siguiente régimen.
La historia de Cersei todavía no ha terminado, pero todo
apunta a que ella y el fuego valyrio están muy unidos. Así pues, Cersei hace
las veces de reflejo de Aerys el Loco y en cómo sospecha de todo y todos, se
aleja de sus amigos, y de su marido Robert Baratheon al ignorar los problemas
del pueblo y beber y beber, volviéndose más violenta... Todo mientras trata de emular a su padre. ¡Felicidades, Tywin, tu hija dará otro empujoncito al reino para que se destruya!
Así pues, ¿cuál es el legado de Tywin? Muerte, destrucción.
Toda la fuerza de los Lannister se viene abajo en cuanto los tres hermanos se
separan y son incapaces de colaborar unos con otros. Es una sensación similar a
los Stark, solo que allí la mayoría de los hijos han sobrevivido y se unen por
el cariño que sentían por Ned Star, su justicia y el mundo pacífico que creó en
el Norte. Su reunión probablemente se de en algún momento y sus actos salvarán
el mundo (o el Norte, al menos).
Tarly y Baratheon. Padres monstruosos
Pero no todos los padres son como Tywin. Los hay de otras clases e igual de brutales.
Pongamos, por ejemplo, a Sam Tarly.
Cualquiera que haya visto la serie o leído el libro sabe que está gordo y eso lo incapacita bastante
en una sociedad guerrera. Pero no tanto porque esté muy gordo, como porque a
ello se une una personalidad amable y retrotraída. No es capaz de levantar una
espada por propia voluntad hasta que, Más allá del Muro, demuestra lo
contrario. Sin embargo, sabemos que su educación militar fue un desastre, que
no puede lanzar flechas y que prefiere los libros y las ropas agradables.
Así pues, ¿qué debe
hacer su padre con él? Randyll Tarly es un hombre terrible, un misógino —lo
cual se demuestra en cómo habla y trata a Brienne— cruel y que aplasta lo que
no le gusta. Sin embargo, su brutalidad con su primogénito tiene un origen (que jamás volverá el maltrato justificable. Solo hay que tenerlo en cuenta para ver por qué es un personaje mejor construido de lo que peude aparentar a primera vista y a través de los ojos de Sam). Pensemos que estamos en una sociedad medieval basada
en la primogenitura. Cuando Aerys le quitó a Tywin a Jaime, no fue un golpe
simple. No solo porque, entonces, su único heredero fuera Tyrion —un enano, una
vergüenza para la casa Lannister que además Tywin culpa de matar a su esposa
durante el parto—, sino porque Jaime fue criado
para ser primogénito. La primogenitura genera una sociedad de tensiones donde
los segundones deben aprender a obedecer, no a mandar. En un mundo que cría
hombres para defender sus tierras y dedicarse a lo militar, no es fácil poner
en el mando a una persona que no se ha criado para tal papel —de ahí que Ned
siempre se sienta inferior a su hermano Brandon— pero ¿qué pasa cuando el
primogénito no es lo suficiente capaz para proteger sus territorios?
Randyll es un
monstruo, insisto, y un buen ejemplo de padre autoritario llevado al extremo si tenemos dos dedos para crearlo y ver su contexto.No solo Randyll se ha
criado en una sociedad dolorosamente patriarcal, sino que es de un estamento
que desprecia la amabilidad o la compasión. Además, vive en unos territorios
complejos entre casas tan agresivas como los Lannister o los Tyrell. Así pues,
tenemos a un padre que decide que no necesita a su primogénito.
Hasta aquí todo
lógico. Es un hombre maltratador, misógino, poderoso. Todo ello se ve en su
caracterización. La metedura de pata más clara en su caracterización viene en cómo librarse de su
hijo. En una sociedad medieval lo más fácil sería ordenarlo en una religión y
¿qué mejor sitio que Antigua, donde se forjaría una cadena de Maestre, para
Sam? Pero claro, entonces no habría acabado en el Muro, donde se cortan todos
los lazos con el resto del mundo exterior y deja de ser una amenaza para su
hermano pequeño.
El legado que dejen
Tarly y este muchacho, con todo, no parece muy halagüeño viendo cómo se codea
con los Lannister.
Otro ejemplo podría ser Robert Baratheon. Un hombre del que
nunca sabemos si sonrió cuando le presentaron los cadáveres de Aegon y Rhaenys,
asesinados cuando no eran más que bebés. Un hombre, que nunca conoció a la
muchacha de la que estaba taaaan enamorado, Lyanna Stark, como bien señala Ned
al decir una y otra vez que no era como Robert la imagina, se hundió bajo el
peso de la corona. Dejó bastardos por todas partes, de los que no se ocupó. A
su vez, golpeaba a Cersei con regularidad y la violaba en reiteradas ocasiones
(fingiendo después que estaba demasiado borracho para recordar). Además, maltrató
a su hijo mayor. Sí, Joffrey no era un santito, pero siempre intentó ganarse el
amor de su padre a su extraña manera. Y Robert, que decidió ir al norte a
buscar a su viejo amigo tras 15 años de ignorancia, para que le hiciera el
trabajo, nunca se hizo cargo de sus responsabilidades.
Robert es un padre patriarcal disoluto, con una
rabia desproporcionada y que rehuye las responsabilidades. Pero lo peor es que
a Tywin puedes verlo venir. Sabes qué le indignará, qué no, y que sus actos
serán desmedidos. En cambio, Robert es carismático, alegre, bebedor, campechano. Además es un bebedor, un violador, un maltratador. Y
Ned confiaba tan poco en él que se aisló en el Norte y ocultó a Jon con todas
sus fuerzas porque…
Robert habría sido capaz de matar al hijo de Lyanna y sabemos que promovió el asesinato de una nia de 14 años embarazada (Daenerys). Ya da malas vibraciones como posible padre, pero es que Robert siempre vivió en el pasado, soñó con los hijos de
Lyanna y de los Stark, en vez de centrarse en lo que tenía delante. ¿Qué habría
cambiado si le hubiera mostrado algo de cariño a Joffrey? Quizá mucho.
El resultado final, sin embargo, es que sabemos que Ned y Cersei temían por la vida de Joffrey,
Myrcella y Tommen en caso de que se averiguara lo del incesto. Tanto que Ned
dio la oportunidad a Cersei y a su familia a huir a Roca Casterly, porque
Robert no dudaría ni un segundo en matar a los niños que creía suyos y que, en
teoría, crió.
Fascinante.
Con esto no quiero decir que Robert no sea un buen personaje. Lo es. Resulta insufrible, encantador a veces, completamente decepcionante siempre. Es la sombra de un joven que no debió ser rey y su caída en desgracia, su cobardía, su dependencia están maravillosamente llevadas. Su forma de idealizar el pasado, de fingir que no se daba cuenta de que violaba y golpeaba a Cersei, de rehuir los problemas pero saber al borde de la muerte que todo lo que ha hecho es mediocre y está mal le dan profundidad como personaje.
No es simplemente un rey cruel o superficial. Es una persona con una corona que no le pertenecía y que nunca amó sus hijos ni hizo bien prácticamente nada. No solo eso, sino que el karma vuelve a hacer su efecto como señal del escritor. Robert muere borracho y atacado por un jabalí. Nada más irónico para un personaje tan bien elaborado —uno puede ver que era un rey que se preocupaba por proteger militarmente su reino, que dejaba en manos de gente más hábil los temas de moneda porque no entendía nada y que, hacia el final de su vida, fue capaz de reconocer toda su decadencia y sus problemas, en particular cómo buscó matar a Daenerys— y tan cerdo. En especial cuando averiguamos que Cersei propició su muerte.
No es simplemente un rey cruel o superficial. Es una persona con una corona que no le pertenecía y que nunca amó sus hijos ni hizo bien prácticamente nada. No solo eso, sino que el karma vuelve a hacer su efecto como señal del escritor. Robert muere borracho y atacado por un jabalí. Nada más irónico para un personaje tan bien elaborado —uno puede ver que era un rey que se preocupaba por proteger militarmente su reino, que dejaba en manos de gente más hábil los temas de moneda porque no entendía nada y que, hacia el final de su vida, fue capaz de reconocer toda su decadencia y sus problemas, en particular cómo buscó matar a Daenerys— y tan cerdo. En especial cuando averiguamos que Cersei propició su muerte.
¿Qué es interesante, pues, con todos estos personajes? Que
hay una conciencia detrás con que son malos
ejemplos. Da igual que algunos como Tywin jugaran mejor al juego de tronos que
Ned Stark o que Aerys II. Nadie gana, todos acaban muriendo de
una forma u otra, pero el legado que dejan detrás es diferente. Los Lannister, los
Greyjoy y los Baratheon legan una tierra dolorida, calcinada, con familia dividida y
que se devora a sí misma.
Esto es una elección consciente. Martin no se declara como feminista y, desde luego, tiene serios problemas machistas. Sin embargo, para el caso que nos interesa, la creación de personajes masculinos es muy interesante porque busca sacar lo peor de ellos. Los que quieren cambiar las cosas, los que son buenos y buscan el amor, el respeto dentro de ese sistema patriarcal, en cambio, son el enfoque a intentar seguir a pesar de sus errores.
En cambio, de todos los ejemplos mencionados no hay interés narrativo ni nada similar que nos invite a que estemos de su lado. Todo sin hacerlos menos humanos, sin dejar de darles sus tragedias, problemas y responsabilidades, que acatan con mayor o peor acierto.
Un padre que cambia
Pero vamos a dejar de lado Canción de hielo y fuego. Hablemos de algo aún más conocido, que llega a muchísimos niños y es completamente mainstream. ¡Hablemos de Disney!
La
Sirenita, en el fondo, no es la historia de Ariel, sino de Tritón y hace un
buen trabajo con el mismo. Es él quien cambia y debe aprender a dejar ir a su
hija, a reconocer que estaba obsesionado con ideas que no se correspondían del
todo con la realidad y que tuvo que sacrificarse a sí mismo por intentar
arreglar el daño que había causado. Al fin y al cabo, ¿no se habría podido evitar que Úrsula se
adueñara de Ariel y luego del Tridente, o que Ariel misma desapareciera, si
se hubiera comportado con algo de dignidad en vez de entrar a machaque
destrozando todas las posesiones de una niña de 16 años?
Pero Tritón es un hombre arrogante, pagado de sí mismo. La película empieza, después de
todo, con un concierto donde sus hijas le cantan alabanzas y Ariel es
la única que no participa. Tritón pasa la mayor parte del tiempo enfadado con
ella, pero soñando con que encuentre un maridito que la haga feliz… Solo que
debe tener cola, nada de dos piernas.
Hasta
que, al final, acepta que Ariel sabe pensar y elegir por sí misma. Le quita de
encima la aleta y deja que vaya a vivir por sí misma.Y sí, esa es la historia de La Sirenita. Que el rey Tritón se dio cuenta de que no debería haber sido tan autoritario, que su visión estaba equivocada y que lo único que podía hacer por remediar sus actos sería dejar ir a Ariel con el chico que la protegió a muerte. Quitando los inevitables fallos (Ariel es una niña, conoce de tres días a Eric y todo eso), vamos a asumir que es una lección buena.
Sin embargo, Ariel no aprende ninguna lección (que se nos muestre); su fijación es vivir en la superficie, con el príncipe del que se enamora… a pesar de que no lo conoce. Y lo consigue. A pesar de casi causar el fin de su padre y del mar y la tierra, no hay espacio en la película para que ella madure y tome una decisión —no por nada se quita apresuradamente a Tritón de escena y se centra todo en que Eric asesine a Úrsula—, aprendiendo de sus errores, cosa que películas como Moana intentan llevar mejor.
Sin embargo, Ariel no aprende ninguna lección (que se nos muestre); su fijación es vivir en la superficie, con el príncipe del que se enamora… a pesar de que no lo conoce. Y lo consigue. A pesar de casi causar el fin de su padre y del mar y la tierra, no hay espacio en la película para que ella madure y tome una decisión —no por nada se quita apresuradamente a Tritón de escena y se centra todo en que Eric asesine a Úrsula—, aprendiendo de sus errores, cosa que películas como Moana intentan llevar mejor.
Con
todo, y a pesar de que Ariel no termine de ser la protagonista de su propia
historia, La Sirenita nos demuestra
cómo se puede llevar de forma interesante a un personaje tiránico y paternal,
sin volverlo mala persona —en especial si tenemos en cuenta la serie, donde
aparece como un buen rey y un buen padre, quitando los estallidos de cólera—. Aunque la ira lo ciega, siempre es consciente después… de
sus problemas. Es una forma de no
quitarle la responsabilidad lo que hace que un personaje autoritario sea
realmente bueno. En el momento en que se empieza a dar excusas por todo,
justificando los actos crueles o controladores, cosa que se da mucho en las
parejas sobreprotectoras o abusivas, tenemos un grave problema.
Porque esos padres que no
dejan que sus hijas den un paso —¿recordáis esa escena, jaja, tan graciosa del
padre de Bella en Crepúsculo cargando
la escopeta cuando quiere presentarle al novio?— sin estar encima de ellas, ni
mucho menos permiten que expresen su sexualidad sin rugir como leones furiosos... Esos son el problema a evitar. Porque se pretende que simpaticemos con ellos y sus reacciones. En especial si se pintan con la excusa de «es
que es su niñita».
Tritón, insisto, está
encantado con que su hija tenga novio mientras no sea humano. Algo bueno debía tener.
Cuando papi Zeus es la víctima y no el abusador
Aaaaaah, peroya hemos puest suficientes buenos ejemplos. Vamos a los malos. Vamos a cuando el autor adora al padre autoritario y se identifica más con este que con el hijo. Por ejemplo, el Zeus de Señores del Olimpo de Javier Negrete.
Ya en la mitología es mala
persona, un dios al que no se ama, sino que se teme. Se dedica a violar a toda
mujer (y muchos hombres) viviente y a dejar por ahí hijos de los que no se
ocupa hasta que le llaman la atención. Un dios terrible, caprichoso y todopoderoso. Cuidado con enfadarlo.
En Señores del Olimpo, don Negrete pretende darle profundidad, desarrollarlo como un personaje harto de sus hermanos, de la histérica y celosa de su esposa, y que fácilmente cae bajo la seducción de diosas como Tetis… que, ojo, buscan seducirlo. En otras ocasiones se hipersexualiza a ninfas o nereidas, pero Zeus es bien capaz de resistirse. Así que ya sabéis, la culpa es de las mujeres jóvenes y bellas.
En Señores del Olimpo, don Negrete pretende darle profundidad, desarrollarlo como un personaje harto de sus hermanos, de la histérica y celosa de su esposa, y que fácilmente cae bajo la seducción de diosas como Tetis… que, ojo, buscan seducirlo. En otras ocasiones se hipersexualiza a ninfas o nereidas, pero Zeus es bien capaz de resistirse. Así que ya sabéis, la culpa es de las mujeres jóvenes y bellas.
El caso es que Zeus la idea no es mala. Ya hemos dicho que los padres autoritarios deben ser personajes y Zeus lo es. Para empezar, está muy
enfocado como un mal padre. Para mostrar esto, comparte su protagonismo junto a su hija Atenea, cuyo hilo
argumental es que pierde la virginidad con Ganímedes. Fuera de sí, Zeus mata a Ganímedes,
que no podía decirle que no a una diosa, y destierra a Atenea. Tiene miedo porque si esta llegara a tener un hijo, lo destronaría igual que él destronó a su padre de acuerdo a cierta profecía.
Poco después, las diosas utilizan a Tifón, un monstruo que Hera tiene por su cuenta —así que todavía peor— sin progenitor masculino y con la ayuda de Gea, para destruir a Zeus. Solo que no se muere y hace el Viaje del Héroe junto a Hércules para volver al Olimpo y matar a Tifón. Por supuesto, a las diosas se les escapa el control de la situación y Zeus y Atenea salvan a Hera y compañía. Sin embargo, Atenea muere por el camino. Zeus la reconstruye con ayuda de Hefesto, pero ya no es su hija y esa es su lección por haberla desterrado, que nunca volverá esa chica a la que tanto quería.
Ven aquí guapetónnnnn no te voy a dejar despedirte de tu familia, VAS A SERVIR A LOS DIOSES, QUÉ TE PARECE |
Poco después, las diosas utilizan a Tifón, un monstruo que Hera tiene por su cuenta —así que todavía peor— sin progenitor masculino y con la ayuda de Gea, para destruir a Zeus. Solo que no se muere y hace el Viaje del Héroe junto a Hércules para volver al Olimpo y matar a Tifón. Por supuesto, a las diosas se les escapa el control de la situación y Zeus y Atenea salvan a Hera y compañía. Sin embargo, Atenea muere por el camino. Zeus la reconstruye con ayuda de Hefesto, pero ya no es su hija y esa es su lección por haberla desterrado, que nunca volverá esa chica a la que tanto quería.
La historia pretende justificar a
Zeus con la manipulación de otro padre autoritario, Cronos, a quien encerró en un
espejo y del que todavía depende para decidir algunas de sus tácticas. Sin
embargo, aparte de demonizar a las diosas y darles una buena lección para
devolverlas a su sitio, sin reflexionar jamás acerca de los motivos por los que se rebelaron ni intentar un cambio, el problema es que Zeus no saca ninguna lección. Y que el mensaje no hace hincapié en cómo el ciclo vicioso es cruel y lo está perpetuando el propio protagonista que, como rey supremo, tiene las posibilidades de cambiar las cosas. Pero nope. Todo acaba como empezó.
Solo que Atenea ya no está, y Ganímedes tampoco.
No se da voz a otros personajes que hablen de cómo Zeus jamás cambiará, siempre será un abusador repugnante, sino que se pretende que Zeus sea la mayor víctima del sistema.
No se arrepiente de haber matado a Ganímedes —quitando un par de páginas, no se vuelve a hablar de él—, no aprende el valor de la vida con la pérdida de su hija. Manipuló a todos sus hijos, los utilizó de acuerdo a sus designios —los varones trataron de encontrarlo y rescatarlo junto a Atenea of course— pero su castigo kármico es… ¿qué?
¿Que Atenea es castigada por ser fiel a un hombre despreciable y al que quiere a pesar de todos sus problemas?
Solo que Atenea ya no está, y Ganímedes tampoco.
No se da voz a otros personajes que hablen de cómo Zeus jamás cambiará, siempre será un abusador repugnante, sino que se pretende que Zeus sea la mayor víctima del sistema.
No se arrepiente de haber matado a Ganímedes —quitando un par de páginas, no se vuelve a hablar de él—, no aprende el valor de la vida con la pérdida de su hija. Manipuló a todos sus hijos, los utilizó de acuerdo a sus designios —los varones trataron de encontrarlo y rescatarlo junto a Atenea of course— pero su castigo kármico es… ¿qué?
¿Que Atenea es castigada por ser fiel a un hombre despreciable y al que quiere a pesar de todos sus problemas?
¿Que pierde a su hija favorita y
se siente miserable?
Ninguno de sus actos para con Atenea demuestran nada, como puede ser Denethor reconociendo que quería a su hijo, Tritón levantando la mano sobre Ariel o Tywin muriendo a manos de su prole por haberla llevado al extremo. Jamás sostienen una conversación tras su destierro, Atenea corre a interponerse entre su padre y Tifón para que no caiga muerto. Y se supone que pretende ser el drama, que nunca hubo tiempo para nada.
Pero aunque lo hubiera habido, nada habría cambiado y Atenea no pudo ser testigo de ello ni crecer y dar la espalda a su padre. Hasta el último intante es fiel a él y se le quita su papel como protagonista para ser la excusa freudiana de su padre.
Esto es querer que empaticemos con un personaje cruel, desalmado, arrogante y egoísta, un terrible padre y asumir que con verlo triste debemos pensar que ha aprendido una lección que nunca se nos muestr. Al final la tragedia de Zeus es que el pobre perdió a la Atenea que quería y ganó una fiel seguidora libre de sentimientos o razonamiento.Pero jamás habría escuchado a la anterior Atenea, así que...
Ninguno de sus actos para con Atenea demuestran nada, como puede ser Denethor reconociendo que quería a su hijo, Tritón levantando la mano sobre Ariel o Tywin muriendo a manos de su prole por haberla llevado al extremo. Jamás sostienen una conversación tras su destierro, Atenea corre a interponerse entre su padre y Tifón para que no caiga muerto. Y se supone que pretende ser el drama, que nunca hubo tiempo para nada.
Pero aunque lo hubiera habido, nada habría cambiado y Atenea no pudo ser testigo de ello ni crecer y dar la espalda a su padre. Hasta el último intante es fiel a él y se le quita su papel como protagonista para ser la excusa freudiana de su padre.
Esto es querer que empaticemos con un personaje cruel, desalmado, arrogante y egoísta, un terrible padre y asumir que con verlo triste debemos pensar que ha aprendido una lección que nunca se nos muestr. Al final la tragedia de Zeus es que el pobre perdió a la Atenea que quería y ganó una fiel seguidora libre de sentimientos o razonamiento.Pero jamás habría escuchado a la anterior Atenea, así que...
No se desarrolla, no se castiga, no hay cambios, su
imperio no se desmorona ni nada similar. Hay un añadido final en el que se nos
indica que Cronos está en nuestro mundo y los dioses del Olimpo encerrados en
una suerte de limbo eterno, pero esto solo sirve para cimentar el «Zeus es malo
pero no tanto». Y ese es el terrible padre autoritario que en general
encontraremos defendido en muchísimas historias porque, oye, es guay y el pobre es tonto y no entiende lo que debería hacer. ¡Es un hombre!
¡Perdonémosle, los hombres se equivocan!
Una cosa es que todos seamos víctimas del patriarcado y otra que el autor ridiculice los castigos impuestos a Hera y otras diosas (las muy tontas, jeje, intentaron rebelarse y el monstro Tifón se volvió contra ellas porque SON TONTAS y no saben estar en su sitio), se regodee en el sexismo y establezca que kármicamente el equilibrio se restablece gracias solo a Zeus y Hércules (y algunos dioses varones... hijos. Los hermanos de Zeus aparecen como inútiles y de Hades se pretende que nos riamos porque no es capaz de plantarle cara a Core/Perséfon).
Podría presentarse la excusa de que los dioses simplemente son muy extremos en sus emociones y que no deben cambiar, pero entonces no tendría sentido el uso de Atenea como el único ser racional de la historia justo con Hefesto. Zeus mismo pasa a ser comedido cuando el argumento lo necesita.
Hera, con todo, no era una santa. Solía descargarse no con Zeus, sino con las mujeres a las que este jodía la vida. Y con sus hijos. |
Podría presentarse la excusa de que los dioses simplemente son muy extremos en sus emociones y que no deben cambiar, pero entonces no tendría sentido el uso de Atenea como el único ser racional de la historia justo con Hefesto. Zeus mismo pasa a ser comedido cuando el argumento lo necesita.
Así pues, ahí tenéis un mal
ejemplo. Estoy segura de que, si os ponéis a leer, encontraréis demasiadas excusas de toda clase para indicaros que, en el
fondo, esos padres no eran tan malos. ¡Es más, eran aun más víctimas que otras personas! Normalmente un pasado trágico o un
destino cruel que palien o alivien un poco sus condiciones como malos padres.
Lo cual tiende a ser una mala excusa.
De la opinión del lector y la del autor
Si alguno ha jugado a Dark Souls, quizá recuerde que Gwyn,
Señor de la Ceniza, es padre, si bien
su faceta más conocida es la de rey y guerrero. Con todo, el destino de su
familia habla por sí solo. A pesar de lo triste, de lo dramática que es la
misión de Gwyn, los datos del juego empañan un poco su visión cuando empezamos
a ver a un rey autoritario y cruel contra los humanos. Pero también contra sus
propios hijos. Aunque no se puede confirmar que fuera él quien derribara la estatua
de su primogénito y borrara su nombre de los anales de la historia, fue su
legado quien arrancó al príncipe heredero del mundo por no seguir la política
de su padre. Como su hijo menor nació débil, deforme y con afinidad a la luna,
lo forzó a vestir como una mujer —con las consiguientes complicaciones
psicológicas que eso supone— y ocultarse para siempre de la vista del público.
A su otra hija menor la usó como vehículo para un gran y terrible hechizo y la
durmió hasta su muerte. Parece que la única que salió bien parada fue
Gwynevere, su hija mayor.
Y como Gwyn puso por delante su faceta como gobernante, su
familia sufrió las terribles consecuencias. Con todo, no se puede decir que
Dark Souls presente mal a Gwyn, sino
que es el ejemplo de cómo una faceta queda demasiado oculta por la otra (rey,
guerrero, dios) y no es capaz de desarrollar al personaje. Claro que es Dark
Souls, no se le puede pedir tanto detalle o el mundo implosionaría.
Fuente. Estoy segura de que esto pasó alguna vez. Segurísima. |
Sin embargo, al contrario que don Negrete, Dark Souls
jamás te dice lo que debes pensar de los personajes y les da toques de luz y
oscuridad. Cuentas con hechos sueltos y eso debe servirte para hacerte una idea del personaje. Villano o héroe. O algo intermedio. Lo decides tú y ahí reside la magia del juego.
En otras historias un padre autoritario
se torna malvado, cruel y hasta monstruoso por la mera necesidad del morbo, la
tragedia o el que simpaticemos con los personajes. Así, en La sombra del viento, tenemos a unos padres encerrando a su hija
embarazada (de un bastardo) y condenándola a un parto solitario y muerte de
inanición y desangramiento porque… Drama. ¿Para qué comprender a los personajes
más allá del orgullo o el odio cuando puedes desconcertar a un lector con un
golpe de efecto al describir las paredes llenas de sangre, a una mujer en la
nevera en el suelo con su hijito porque el padre es, literalmente, un Monstruo?
Esto es lo que pasa, por ejemplo, en la novela de La otra Bolena. Cualquiera que haya
visto Los Tudor o Canción de hielo y fuego conoce a
Enrique VIII, señor que no amaba demasiado las cabezas de sus esposas y
amantes. En esta novela la narradora es María, dama de la reina Catalina de Aragón, amante del Rey y madre de uno de sus bastardos. La historia pretende contar cómo los Bolena, particularmente el padre y el tío de María, las usaron a ella y a su hermana para alzarse en el poder y luego
cómo abandonaron a Ana y a su hermano a una miserable muerte.
Lo cierto es que el tratamiento de personajes como Ana o su hermano, ambos ambiciosos, controladores y jóvenes, está bien hecho. Tienen claros, tienen muchas sombras, y María tiende a ver sobre todo las partes de sufrimiento que los humanizan detrás de las máscaras que se ponen frente al rey. En cuanto a María y Ana, su relación es de envidia y vago cariño, pero aun así jamás se deshumaniza a Ana. Hasta Enrique VIII goza de cierta escritura humanitaria, porque a pesar de ser una persona monstruosa, vemos cuando se deprime, cuando llora, cuando puede ser amable y cariñoso.
Lo cierto es que el tratamiento de personajes como Ana o su hermano, ambos ambiciosos, controladores y jóvenes, está bien hecho. Tienen claros, tienen muchas sombras, y María tiende a ver sobre todo las partes de sufrimiento que los humanizan detrás de las máscaras que se ponen frente al rey. En cuanto a María y Ana, su relación es de envidia y vago cariño, pero aun así jamás se deshumaniza a Ana. Hasta Enrique VIII goza de cierta escritura humanitaria, porque a pesar de ser una persona monstruosa, vemos cuando se deprime, cuando llora, cuando puede ser amable y cariñoso.
Lo cual jamás, gracias, lo excusa de ser un niñato y un
pésimo rey.
Pero la vida de las Bolena fue una tragedia, víctimas de las
manipulaciones familiares y de un rey loco y monstruoso que nadie se atrevió a
matar. En vez de centrarse en describir un mundo donde los padres nobles no
criaban a sus hijos y apenas había conexión familiar, María se concentra en
la corte, en el amor y sus tragedias personales… De modo que, cuando sus padres
aparecen para ordenarle que ahora se acueste con el rey, ahora no, ahora se
vaya de la capital, ahora vuelva, ahora sea la doncella de su hermana, ahora…
Ahora haz lo que quieras porque tus hermanos van a morir, no parecen humanos.
Parecen roles. Son máscaras con una voz y unas órdenes a dar, que forman
parte de una tragedia pero podrían haber sido sustituidos por cualquier otro.
Y estamos hablando de unas personas tan importantes para lahistoria que
llevaron a la muerte a dos de sus hijos por sus ambiciones desmedidas. Peor,
estamos hablando de personas reales que en este libro adoptan papeles porque se
tiene que vender.
En un cuento, las máscaras y los roles son inevitables. Por otra parte, nunca
se puede desarrollar por completo a un personaje en una novela, por eso los
dividimos entre protagonistas, principales, secundarios y todo eso. Sin embargo,
cuando renunciar a tener personajes creíbles, como puede pasar con los muggles
de Harry Potter y concretamente Vernon —porque al menos conocemos un poquitito
a Petunia hacia el final—, tu historia falla.
En una historia normal lo estarían denunciando. Pero bueno. ES Harry Potter |
Harry Potter no solo da problemas de creibilidad porque su protagonista sea un niño huérfano, maltratado, muerto de hambre y abusado durante 11 años y no lo parezca ni tampoco tenga traumas ni nada similar. Da problemas debido a que los Dursley son figuras crueles y desalmadas porque sí, porque los niños lectores deben identificarse con el mundo mágico antes que con el muggle. Por eso la autora se burla y es cruel con ellos —hasta con Dursley, que no olvidemos que tiene 11 años como Harry y no es culpable de que sus padres estén abusando de él al criarlo de una forma tan terrible—. ¿Qué llevó a Petunia, la niña celosa de su hermana mágica y perfecta, a casarse con un hombre abusador, gritón como Vernon? No lo sabemos, pero fueron quienes criaron a Harry.
Todo queda en manos de los que nos dedicamos a pensar. Al
menos hasta que doña Rowling decida usar Twitter otra vez, podemos interpretar
que es el deseo de una vida normal y anodina, alejada de lo mágico y lo que
jamás pudo tener, lo que llevó a Petunia a ser como es. Lo cual es bastante triste. Pero jamás se explotará como tal
porque lo muggle es mediocre, es malo, debe desaparecer y ser el lugar al que
nadie quiere volver.
Si Petunia, a su pesar, quería a su hermana y sufrió su muerte, ¿cómo empezó a maltratar así a Harry? ¿Por qué Vernon odia a un bebé? ¿Hay algo que explique su resentimiento? Porque no le tienen miedo hasta que trae una varita. No hubo ataques de magos que pudieran hacer que Vernon y Petunia temieran a Harry. Jamás se pone desde el punto de vista, no sé, de Voldemort de pequeño manipulando a otros críos —porque, claro, Harry es un niño perfectamente sano a pesar del abuso—.
Es un recurso pobre y que también se empleó en las películas con Lucius Malfoy, demonizándolo y volviéndolo cruel con su hijo para que los niños no le tuvieran tanta tirria a Draco.
Si Petunia, a su pesar, quería a su hermana y sufrió su muerte, ¿cómo empezó a maltratar así a Harry? ¿Por qué Vernon odia a un bebé? ¿Hay algo que explique su resentimiento? Porque no le tienen miedo hasta que trae una varita. No hubo ataques de magos que pudieran hacer que Vernon y Petunia temieran a Harry. Jamás se pone desde el punto de vista, no sé, de Voldemort de pequeño manipulando a otros críos —porque, claro, Harry es un niño perfectamente sano a pesar del abuso—.
Es un recurso pobre y que también se empleó en las películas con Lucius Malfoy, demonizándolo y volviéndolo cruel con su hijo para que los niños no le tuvieran tanta tirria a Draco.
Si vais a las películas de Guillermo
del Toro, que adora los blancos muy blancos y los negros muy negros porque le
gustan los cuentos y los mitos… Aun así encontráis elementos interesantes. El
padrastro de El laberinto del fauno
tiene el símbolo del tiempo detenido con el reloj de su padre y un evidente
trauma por su pérdida, que se refleja en cómo intenta ser como él y repetir sus
hechos en el momento de su muerte.
Pero, aun así, no se justifica. Es malo, malo con ganas, cruel y despiadado. Además tiene ese fetiche de don del Toro por autoinfligirse daño al lidiar con una herida que lo está consumiendo, pero adora a su hijo recién nacido —por mucho que no parezca ser de una forma paternal y encantadora— y lo vemos fumar, fallar, enfadarse, defender sus ideas nacionalistas y fachas. Es un padre autoritario que cuidará mal a su hijo, que trata fatal a la protagonista y no siente nada ni por ella ni por su madre. No es un personaje perfecto, es una máscara de malo, pero a veces se resquebraja un poco. Sabemos lo que hace, lo que le gusta y lo que no, además de lo que piensa. Hay mimo en su caracterización, en su posición social y en su representación del terror del franquismo.
Lo mismo sucede en La forma del agua, donde vemos que el villano tiene una esposa, hijos y una profunda desconexión emocional con ellos. Le gustan los caramelos, que pueden interpretarse como que toma para endulzar su vida aburrida y monótona, etc etc. Pero es malo, paranoico y cruel. Sin atisbo de redención posible.
Pero, aun así, no se justifica. Es malo, malo con ganas, cruel y despiadado. Además tiene ese fetiche de don del Toro por autoinfligirse daño al lidiar con una herida que lo está consumiendo, pero adora a su hijo recién nacido —por mucho que no parezca ser de una forma paternal y encantadora— y lo vemos fumar, fallar, enfadarse, defender sus ideas nacionalistas y fachas. Es un padre autoritario que cuidará mal a su hijo, que trata fatal a la protagonista y no siente nada ni por ella ni por su madre. No es un personaje perfecto, es una máscara de malo, pero a veces se resquebraja un poco. Sabemos lo que hace, lo que le gusta y lo que no, además de lo que piensa. Hay mimo en su caracterización, en su posición social y en su representación del terror del franquismo.
Lo mismo sucede en La forma del agua, donde vemos que el villano tiene una esposa, hijos y una profunda desconexión emocional con ellos. Le gustan los caramelos, que pueden interpretarse como que toma para endulzar su vida aburrida y monótona, etc etc. Pero es malo, paranoico y cruel. Sin atisbo de redención posible.
No son grandes personajes, no me
malinterpretéis. Son figuras, rozan lo absurdamente plano al lado de los
protagonistas y secundarios de don del Toro. Pero sientes detalles en ellos,
notas que puedes asomarte a su vida y que encontrarás algo más que una parodia
o una excusa freudiana para que sean malvados. Además, don del Toro juega con
su profunda crueldad al lado de entidades sobrenaturales para decirnos que el
verdadero peligro son las personas y cómo pueden acabar, no tanto las criaturas
del otro lado. Hay que ser muy buen director o buen escritor para que no te
quede un personaje olvidable...
O un villano aburrido. Porque creo que todos adoramos a
Maléfica —la de verdad, no la de Angelina Jolie, con todo mi dolor para la
actriz. Te merecías un guion mejor— y es plana como la hoja donde se
escribieron sus encantadoras frases. ¡Pero está bien, porque la película es un
cuento! ¡Y Maléfica es una entidad! Lo divertido es verla, escucharla, igual
que con Eris de Simbad y la Leyenda de
los siete mares.
El problema llega con personajes más cercanos y relevantes, como Madre Gothel en Rapunzel, y su terrible influencia sobre la protagonista. En cambio, está mucho mejor llevado Frollo (cuyo papel es básicamente el mismo) con su mentorazgo sobre Quasimodo. No necesitamos conocer su historia porque la canción Fuego Infernal, o sus fallos ante Esmeralda, sus dolores de cabeza, su pánico a ser castigado, hablan por sí solos.
Es un personaje poético, maravillosamente construido para una película de niños que pretende ser una figura pura, limpia, y es mundana, material, sucia —y lo es no porque Esmeralda sea pura o angelical, sino porque ella no es hipócrita ni niega que lo material y mundano sea bueno—, machista, patriarcal y el mundo se vuelve contra él al final.
Al final, Frollo literalmente se ahoga en el Infierno que tanto temía.
En el manga de Berserk, por otra parte, hace aparición un rey inteligente, comedido, que no duda en hacer ascender a los comunes con tal de poder ganar una guerra que diezma a su pueblo. Un hombre que, en especial comparado con otros personajes nobles, nos debe suscitar simpatía porque se preocupa por su gente, está ahí a pesar de que se nota que no desea ser rey y cuyo único consuelo primero fue su esposa y luego, su hija.
Entonces se obsesiona por mantenerla pura, perfecta, una imagen de niña pequeña que jamás debe madurar… ni ser tocada por otro hombre. Porque la posibilidad de que ella quiera tener sexo la convierte en una puta, no ser el único hombre de su vida es desastroso. Por eso intenta violarla cuando descubre que ha consentido en una aventura con uno de sus generales, destruye a este arrojándolo un año a las mazmorras más profundas (donde se lo tortura) y vemos cómo abandona a su pueblo, obsesionado porque su hija no acepta verlo.
¿Es trágico? ¿Duele porque le habíamos apreciado? Sí. Pero ser un buen o mal rey no debe ser impedimento para ser un acosador, para merecer el destino que él mismo provoca que caiga sobre sus hombros. Eso, y no lo de Zeus, es usar bien a un personaje con claros y sombras, una víctima paranoica y enferma que trae la desgracia sobre sus hoombros.
El problema llega con personajes más cercanos y relevantes, como Madre Gothel en Rapunzel, y su terrible influencia sobre la protagonista. En cambio, está mucho mejor llevado Frollo (cuyo papel es básicamente el mismo) con su mentorazgo sobre Quasimodo. No necesitamos conocer su historia porque la canción Fuego Infernal, o sus fallos ante Esmeralda, sus dolores de cabeza, su pánico a ser castigado, hablan por sí solos.
Es un personaje poético, maravillosamente construido para una película de niños que pretende ser una figura pura, limpia, y es mundana, material, sucia —y lo es no porque Esmeralda sea pura o angelical, sino porque ella no es hipócrita ni niega que lo material y mundano sea bueno—, machista, patriarcal y el mundo se vuelve contra él al final.
Al final, Frollo literalmente se ahoga en el Infierno que tanto temía.
En el manga de Berserk, por otra parte, hace aparición un rey inteligente, comedido, que no duda en hacer ascender a los comunes con tal de poder ganar una guerra que diezma a su pueblo. Un hombre que, en especial comparado con otros personajes nobles, nos debe suscitar simpatía porque se preocupa por su gente, está ahí a pesar de que se nota que no desea ser rey y cuyo único consuelo primero fue su esposa y luego, su hija.
Entonces se obsesiona por mantenerla pura, perfecta, una imagen de niña pequeña que jamás debe madurar… ni ser tocada por otro hombre. Porque la posibilidad de que ella quiera tener sexo la convierte en una puta, no ser el único hombre de su vida es desastroso. Por eso intenta violarla cuando descubre que ha consentido en una aventura con uno de sus generales, destruye a este arrojándolo un año a las mazmorras más profundas (donde se lo tortura) y vemos cómo abandona a su pueblo, obsesionado porque su hija no acepta verlo.
¿Es trágico? ¿Duele porque le habíamos apreciado? Sí. Pero ser un buen o mal rey no debe ser impedimento para ser un acosador, para merecer el destino que él mismo provoca que caiga sobre sus hombros. Eso, y no lo de Zeus, es usar bien a un personaje con claros y sombras, una víctima paranoica y enferma que trae la desgracia sobre sus hoombros.
En cambio, los Dursley o de Zeus, ¿qué marca dejan? ¿Qué enseñanza?
Conclusión (por fin)
Usar a padres
autoritarios como representantes y, por qué no, víctimas de un sistema es una
idea buena. Es más, ya puestos, debe hacerse. Los hombres son, después de todo,
también víctimas. Sin embargo, la tragedia de un personaje jamás, ¡jamás!, debe excusar sus
actos, a pesar de que nos puedan ayudar a comprenderlos.
Un buen padre autoritario será un reflejo de su mundo, de su sociedad, de su infancia y juventud, de las personas que lo han rodeado. Será algo más que una máscara, más que un rol y una piedra que se interponga en el camino. Puede cambiar a mejor o a peor, pero su sombra afecta a la historia, normalmente para mal porque nunca es buen padre.
Un buen padre autoritario será un reflejo de su mundo, de su sociedad, de su infancia y juventud, de las personas que lo han rodeado. Será algo más que una máscara, más que un rol y una piedra que se interponga en el camino. Puede cambiar a mejor o a peor, pero su sombra afecta a la historia, normalmente para mal porque nunca es buen padre.
La tragedia es buena si da una lección. El drama es necesario en las historias, porque debe haber conflicto. Poner voz a un padre autoritario a menudo es necesario. Aislarlo de las demás y contar solo (o mayoritariamente) con la suya puede ser interesante siempre y cuando no sea la excusa para tenerle lástima y exonerarle de sus problemas y el daño que haga.
Por desgracia, este último caso junto con ser el villano de turno tiende a ser lo que nos encontramos en la literatura... O en cualquier sitio en general.
Por desgracia, este último caso junto con ser el villano de turno tiende a ser lo que nos encontramos en la literatura... O en cualquier sitio en general.
Hola, Rika
ResponderEliminarQue bueno tener de nuevo otro de tus interesantes artículos. Personalmente odio el personaje de padre autoritario porque creo que con las pocas excepciones que nombras nunca se hace bien. La mayoría de las veces es para hacer la gracia de que no le cae bien el novio porque se esta llevando a su propiedad y en su "redención" es aprender a compartir a su hija como si fuera un objeto. Además lo típico de estar asqueado de que la hija tenga relaciones sexuales. Nunca el hijo, para que preocuparse de educar al chiquillo o preocuparse por sus sentimientos. Nooo, solo hay que darle una palmadita en la espalda por tener muchas novias al campeón.
Los personajes que mencionas como los padres de Juego de Tronos si son un buen ejemplo de padres autoritarios porque se ve lo que la masculinidad toxica provoca tanto en hombres como en mujeres. Como dices a Cersei no la educaron porque el perfecto hijo tiene que ser un hombre y a Tyrion porque el perfecto hijo tiene que ser un hombre pero con todas la característica que la masculinidad toxica asocia al hombre como la altura y la fuerza. Los mismo pasa con Sam. Es sumamente interesante como Martin cuestiona muchos roles de genero y muchos de forma casi inconsciente creo yo.
Besos.
¡Hola Meri!
Eliminar¡Muchas gracias! <3 Es que andamos ocupadas y casi no nos pasamos por aquí, me da una lástima :< Por supuesto que nunca es el hijo, el hijo en todo caso tiene sobrecarga de expectativas o responsabilidades. Que, mira, es un tema patriarcal y si se trata como tal y no como algo natural, me resulta interesante.
Por eso, una vez supero la rabia ciega (?) contra los personajes mencionados de Canción, me parecen bastante buenos. Tywin tiene muchas escenas brillantes en las que ves de dónde viene, por qué es cómo es y lo invulnerable que se cree. Tengo ganas de ver cómo acaba el padre de Sam.
Nah, yo creo que es algo consciente. Siempre ha desafiado muchas convenciones -y ha promovido otras terribles. El nuevo capítulo de Arya como Mercy es escalofriante y da mucha grima- clásicas porque las conoce y le molestan. Sansa es un buen ejemplo de deconstrucción de princesa en el castillo, pero no tiene doncellas, no tiene relación con otras mujeres... Vamos, Martin trabaja mejor con señores, para mi gusto.
¡Un saludo y muchas gracias por pasarte a leer, Meri!
Atte. Rika~
¡Bravo! No se habla lo suficiente de la paternidad tóxica, ni en la ficción ni fuera de ella; y éste es un estupendo punto de partida de lo que, espero, sea una conversación más larga.
ResponderEliminarNo sé si será sorprendente (a mí no me lo parece, por desgracia) pero es la primera vez que veo a alguien retratar a Robert Baratheon objetivamente como una mala persona, sin simpatías de machote guiño-guiño codazo-codazo. Todo el mundo odia a Cersei (y con razón, porque es una villana espléndida) pero se compadecen de Robert por haber tenido que casarse con ella, e incluso piensan que es el "puto amo" por andar fornicando, matando y emborrachándose por la vida sin asumir responsabilidades. Me recuerda a Breaking Bad, donde Skylar se lleva mucho más odio que Walter, que al final es un mal padre, un maltratador y un traficante de drogas que ha matado a gente sólo para probarse a sí mismo.
Además has explicado con mucha claridad que presentar el lado humano de un personaje malo no implica justificación, algo muy importante (aunque suele volar por encima de la cabeza de la mayoría del público porque, bueno, machismo; "Robert es el puto amo" otra vez).
De verdad de verdad creo que es vital que creemos una ficción que nos ayude a distinguir los patrones familiares sanos de los que no lo son, y a deconstruir los valores patriarcales que están en los cimientos de nuestra idea de familia, porque están tan normalizados como el romance tóxico, y no necesitamos más generaciones de personas que tengan que recuperarse de su niñez, como si se tratase de una enfermedad.
Gracias por escribir esto. Os sigo leyendo.
¡Hola MJ!
EliminarOjalá lo sea, a ver si para verano estoy más libre y puedo centrarme en artículos de este tipo. Hay tantas cosas de las que hablar...
¿En serio? Al menos los sitios por donde me muevo son bastante críticos con Robert Baratheon. Vamos, nadie niega que sea un maltratador y un terrible rey venido a menos. Y creo que Martin nunca lo ha presentado como otra cosa que un cobarde, así que me sorprende mucho porque en Breaking Bad sí que se pretende que simpaticemos con los hombres... Al contrario que aquí.
Y sí, completamente de acuerdo contigo. Canción lo intenta en muchos aspectos, pero falla demasiado en tema de racismos y cosificación femenina. Pero no podía ser perfecto. En La maldición de Chalión me encanta cómo se enfoca al protagonista masculino en ese sentido, criticando los roles de género y tirando por diplomacia y amabilidad en general uwu <3. Además, hace las veces de padre-maestro de chicas y aunque al principio estaba en modo "no sé educar a niñas", el primer día cambia de opinión y las trata con tranquilidad y normalidad y yo llorando de felicidad.
¡Gracias a ti por leer! <3
¡Un saludo!
Atte. Rika~
Buenas:
ResponderEliminarOtro gran artículo, muy interesante y que hace pensar...
Me gustaría hacerte partícipe de una teoría (fan) sobre por qué los Dursdley son tan malos con Harry...
Y es que Harry, en el fondo, es un Horrorcrux. Cuando Ron se pone el colgante, se vuelve cruel y mezquino. Y Harry ha estado viviendo con los Durdsley casi 11 años.
De hecho, los Durdsley son más amables con Harry cuanto más tiempo pasan alejados de él. En el último libro, casi parecen personas normales...
¡Buenas Lord Darkmoon!
Eliminar¡Muchas gracias! <3
Ay sí, he leído esa teoría. Y estaría bien si Rowling la hubiera tratado en su historia, pero nadie se ve afectado por vivir con Harry durante un año -aparte de los problemas de andar con un protagonista- o durante siete. Y como los horrorcrux afectan igual a magos que muggles, por lo que se ve, todos los Gryffindor deberían haberse vuelto aún más insufribles de lo que son (?). Nah, simplemente es mala escritura, ojalá estuviera justificado.
¡Un saludo!
Atte.Rika~
Genial artículo, muy bien argumentado.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Feérica! <3
EliminarExcelente artículo, como de costumbre. Tenía muchas ganas de leer lo próximo que escribierais, y puedo decir con satisfacción que la espera mereció la pena .
ResponderEliminarMe ha interesado especialmente el tema del artículo porque no es algo de lo que se suela hablar, a pesar de que es un recurso ciertamente frecuente. Pero claro, no nos damos cuenta de que hay algo que falla porque lo más común es que la misma novela intente justificar en todo momento el comportamiento del personaje padre e incluso victimizarlo, buscando que el lector se compadezca o que se identifique con él. “¡Oh, pobrecito, si él solamente quería lo mejor para su hijo/a! Sí, se comportó como un cerdo y un completo cretino, ¡pero es que él es así, no sabe hacerlo mejor, hay que comprenderlo! ¡La intención es lo que cuenta! ¿O no?"
Pero la madre no, por supuesto. La madre, si es que vive/existe y a alguien le importa lo más mínimo... pues es mala y puta. ¡Ojo! ¡Puta, reputa!
¡Buenas Ben!
EliminarMuchísimas gracias *se quita el sombrero y hace una reverencia*.
La madre es el MAL, hay que quitarla de en medio. ¡Que es mujer! ¿Para qué la necesitamos? Con un padre es más que suficiente.
Y sí. Resulta curioso que las mujeres suelen ser personajes mal escritos pero somos muy duros con ellas, tanto si están bien como mal, mientras que ante los hombres salimos a defenderlos y excusarlos porque pobres ellos, que solo son asesinos de niños como Jaime y merecen amor (?). ¡O solo son abusadores y violadores, por favor!
Qué asco de mundo en el que vivimos.
¡Muchas gracias por leer y comentar, Ben!
¡Un saludo!
Atte. Rika~
¡Hola! ¡Qué estupendo artículo (como de costumbre)! ¡Me encanta todo lo que escribís! ¡Por favor, no lo dejéis!
ResponderEliminarNo sé si ya se os habrá ocurrido antes, pero tal vez algún día podríais hacer un Top de vuestros libros favoritos (o de vuestros mangas, o ambas cosas). A mí me gustaría mucho leer vuestras recomendaciones.
¡Un saludo!
¡Buenas don Guts!
EliminarMuchas gracias ;w; <3. No lo dejamos, no lo dejamos, pero oposiciones y la vida en general se cuelan a machete y hay que dedicarle tiempo aaah.
Hmmm. Podríamos hacerlo, aunque no creo que interesara mucho a los lectores. Por mi parte (Rika), tengo una página con unas compañeras llamada Mistral Chronicles donde nos dedicamos a hablar de anime, manga y videojuegos y hacemos recomendaciones. Por si quieres pasarte (?). FIN DEL SPAM. Muchas gracias por el interés y por comentar <3.
¡Un saludo!
Atte. Rika~
If the Ough. https://imgur.com/a/Zt5gRAT https://imgur.com/a/mSleEdq https://imgur.com/a/XyaJokx https://imgur.com/a/eSlu47s https://imgur.com/a/IMqgeEG https://imgur.com/a/JWUqnUz https://imgur.com/a/txFd7dT
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